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Insoportable levedad

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Cómo olvidar la obra literaria de Kundera? Un exiliado checo disidente del comunismo que nos regaló un libro inspirado en el viejo binomio de opuestos de Parménides. El griego oponía peso a levedad y filosofaba con los pares de opuestos. Luz y oscuridad, el bien y el mal, etc.

En fin. Hasta acá mi excusa para evocar la novela de Kundera y la Insoportable levedad. La misma que uno percibe en el mesocrático sistema político uruguayo. En el binomio Peso/Levedad, lo último prima por sobre todas las decisiones de nuestro sistema. Levedad en las medidas, levedad en el vuelo de miradas, ligereza para abordar temas en que nos va la vida, etc.

Hay excepciones que merecen aplauso. La reforma educativa no es perfecta, pero es una decisión valiente. La reforma de la Seguridad Social no era la perfecta, pero es una apuesta no demagógica de parte del gobierno.

Por fin uno ve algo de Peso frente a la Levedad del sistema todo. Alguien que piensa más allá de una elección y aborda un problema que debió ser atendido en anteriores administraciones. La ley “multicolor” es controvertida y será sometida a plebiscito por parte del Pit-Cnt. El PESO lo asume la espalda de Lacalle y su gobierno. La LEVEDAD la impone la blandura y ambigüedad de la insoportable indefinición del FA. El PESO lo carga quien piensa en las generaciones futuras y en un sistema que si no cambia deriva en un enorme agujero negro que dejará sin jubilaciones o sin recursos al país entero. La LEVEDAD es descubrir que la única oposición que es alternativa de gobierno NO asume postura política alguna en un tema crucial de la vida del país. DEJO EN LIBERTAD DE ACCIÓN A MIS VOTANTES. Ni Poncio Pilatos se hubiera atrevido a tanto.

Pero el Peso/Levedad no solo lo percibo en la oposición. Me da tristeza ver como frente a una realidad que nos va fagocitando en cuotas la soberanía como lo es el narcotráfico el propio sistema deja en soledad al Ministerio del Interior con esfuerzos aislados, meritorios y a veces mal comunicados.

No nos hemos desayunado aún que el narcotráfico y sus redes han hecho un trabajo de más de una década para finalmente quitarnos soberanía, controlar, someter y hasta presionar organismos oficiales (por ahora parcialmente). Hasta la justicia ya han contaminado. Han copado barrios enteros y a algunos narcos les regalamos libertades condicionales con tobilleras de la “Casa de los Chascos”.

La levedad nos lleva a ver como actores aislados intentan reaccionar ante el fenómeno con soluciones (plausibles sí) pero muy tardías o de corto vuelo. Cito un ejemplo. Lo del allanamiento nocturno era una medida a tomar hace 8 años. Hoy ya no es solución. Es apenas un meritorio avance.

Señores. Estamos frente a un problema de soberanía. Ni más ni menos. Los Estados de excepción previstos en nuestra Constitución no son suficientes. Son ambiguos y no tipifican adecuadamente los problemas a los que ya nos vemos enfrentado. Antes que emerjan los Bukeles de termo y mate ¿no podríamos generar un aggiornamento constitucional para proteger nuestro ordenamiento jurídico y nuestra soberanía? ¿Cómo van a justificar la eventual intervención militarizada si no adecuamos nuestras normas? En fin. ¿Solo unos pocos notamos que nos estamos quedando cortos con las respuestas del sistema?

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