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“Ideas a tener en cuenta”

En las mismas semanas en que se planteó la reducción de filosofía en nuestros liceos -tema no del todo laudado- nos llegó al Estudio un libro de Manuel Atienza, catedrático alicantino de Filosofía del Derecho cuyo aporte en teoría de la argumentación tiene gran vigencia en Hispanoamérica: tanta, que, siendo ostensiblemente un libro español, lo publicó el sello nacional BdeF.

El título es “Ideas (jurídicas) para tener en cuenta” y el autor -una autoridad internacional- reconoce que es una aplicación al Derecho de la célebre distinción de nuestro entrañable Carlos Vaz Ferreira en su Lógica Viva, entre pensar por sistema -dando por sentado y deduciendo de lo que ya se da por sabido- y pensar por abordajes diversos, o sea “por ideas a tener en cuenta”.

Atienza defiende que el Derecho se encare no sólo como un sistema lógico sino, además, como una reflexión creadora a la que se llega por abordajes libres. Transcribe de Vaz: “Hay que pensar con todas las ideas que se pueda, teniéndolas en cuenta a todas, tomándolas como tendencias, en cada caso, equilibrándolas, adaptándolas”. Y reflexiona: en la discusión jurídica, más que aprender de memoria una clasificación de las falacias, importa “ser capaz de detectar que un argumento efectivamente es falaz”.

Este libro de 2023 es por sí mismo la prueba cabal de lo fecundo que, para esclarecer los términos de las discusiones y para iluminar las decisiones, sigue siendo el ideario que Vaz Ferreira enseñaba hace más de un siglo. Atienza lo aplica al Derecho, pero la Lógica Viva es un enfoque “a tener en cuenta” en todas las áreas de la gestión práctica. Enseña criterio, cimenta sentido común, educa para no quedarse encerrado en los enfoques lineales y no encasillarse en dogmas pétreos. Busca entrenarnos para que levantemos vuelo, venciendo el peso muerto de lo que meramente es y alzando el espíritu hacia lo que puede y debe ser.

Ahora bien.

Si la siembra de un profesor liceal inquieto por enseñar a pensar a su país -eso era Vaz Ferreira antes de su consagración al frente de la Facultad de Humanidades- motiva hoy a un Maestro del Derecho de la talla de Atienza -que dejó espléndido eco cuando, hace pocos años, disertó en la Facultad de nuestra UDELAR- debemos estremecernos recordando qué pensamiento hondo y fecundo se cultivaba en el viejo liceo uruguayo. Y sobre todo, ¡qué libertad creadora supimos asumir!

Pero no es cosa de quejarnos para resignarnos, sintiendo por dentro la verdad de Francesca da Rimini en el Canto V de la Divina Comedia: “Nessun maggior dolore che ricordarsi del tempo felice nella miseria”.

Es cosa de saber que la semilla del pensar lúcido y noble vuelve a dar retoños conceptuales como este libro español, inspirado en uno de los Maestros que edificaron el espíritu nacional.

Esos retoños conceptuales se recortan sobre una escena pública que tiene grandes grupos que no saben pensar ni comprometerse con valores. Bajó la cultura cívica en todos los niveles sociales.

No iremos lejos si seguimos viviendo sin más filosofía que un pragmatismo de corto vuelo, entrecruzado con un materialismo que ignora que, igual que el Derecho, la economía -del signo que fuere- requiere siempre grandes batallas por la claridad de espíritu y la fuerza de voluntad.

Y no va a ser ningún honor que Vaz Ferreira sea reverenciado y aplicado a miles de kilómetros, si aquí seguimos perdiendo la vida en discutir fruslerías.

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