Grandes desafíos

El “Informe sobre el Estado del Clima Global 2021” presentado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) muestra como toman forma procesos de largo plazo en el clima global que se hacen cada vez menos reversibles.

Para tener una idea de la complejidad del sistema del clima global, la OMM utiliza siete indicadores de cambio climático, incluyendo la composición de la atmósfera, la acumulación de gases de invernadero en la atmósfera y las respuestas de los continentes, océanos y áreas cubiertas de hielo.

El cambio del clima global tiene una variedad de consecuencias para los recursos básicos de que dependen nuestras sociedades (como agua, tierra fértil, cosechas) entre las regiones y dentro de los países.

El contenido del informe lleva a dos reflexiones sobre el escenario presente y futuro.

Primero, el cambio del clima global tiene, directa o indirectamente, un impacto social y político.

El Informe menciona un rosario de consecuencias, incluyendo sequías, incendios forestales, degradación de la tierra agrícola, tormentas de arena y polvo, desertificación, inundaciones, erosión de las zonas costeras y cambios en la temperatura de los océanos. Todos estos problemas tienen un impacto directo sobre la salud pública, la seguridad en el acceso a alimentos y agua potable, las posibilidades de tener un empleo, las economías regionales, la infraestructura y la biodiversidad.

Las sequías y la desertificación causan migraciones y conflictos por el acceso a recursos naturales en peligro o que se hacen cada vez más escasos en proporción a poblaciones que aumentan. La combinación de conflictos de diferentes naturalezas y los eventos climáticos extremos, todo ello exacerbado por la pandemia de covid-19, concluye el Informe, “han conducido a un aumento del hambre, y minado décadas de progresos realizados para mejorar la seguridad alimentaria”. Esos problemas se concentran en las regiones subdesarrolladas de nuestro planeta que ya tenían serios problemas. El 9% de la población mundial padece problemas de desnutrición y la mayoría de esas personas se concentra en Asia (418 millones) y África (282 millones).

Segundo, las medidas, aún las más eficaces, para contener el cambio climático tomarán tiempo para contener o revertir ese proceso.

Un ejemplo es el Protocolo de Montreal, considerado como una de las medidas de protección ambiental más eficaces hasta el momento. Este tratado prohíbe la fabricación y utilización de los gases más conocidos como CFCs, empleados en los aerosoles y sistemas de refrigeración, que causan el agujero de la capa de ozono. Pero, advierte el Informe, aún si no hubiese nuevas emisiones, en la atmósfera todavía persisten suficientes cantidades de químicos como para destruir la capa de ozono sobre la Antártida en la primavera austral. Resultado: el agujero continuará formándose por mucho tiempo más.

Aún si se mantienen los niveles globales actuales de las emisiones de gases de invernadero, nuestro planeta probablemente excederá los umbrales acordados internacionales de 1,5º C o 2º C por encima de los niveles que existían en el período preindustrial. Una vez cruzados esos umbrales, aumentarán los riesgos de impactos climáticos de mayor envergadura que hasta ahora.

Mejor prepararse para el hostil nuevo mundo que ya llegó.