Esto recién empieza

Días atrás se conoció la triste noticia de la muerte accidental del primer venado de campo (Ozotoceros bezoarticus arerunguaensis) nacido por inseminación artificial en la Estación de Cría de Fauna Autóctona “Uruguay Tabaré González Sierra” (ECFA).

No empaña en lo más mínimo la proeza técnica lograda nada menos que con nuestra única especie nativa declarada “Monumento Natural”, lo que elevó a un estatus superior las estrategias nacionales de conservación.

Recordemos que la ECFA exhibe orgullosamente el rebaño de venado de campo -en semi cautividad- más grande del mundo, con casi 200 ejemplares. Pero enfrenta un serio problema de consanguinidad, por tratarse de una población cerrada desde los tiempos iniciales del pionero conservacionista Tabaré González, sin que se haya renovado la sangre del plantel con ejemplares externos (prohibición legal). Generación tras generación la variabilidad genética se reduce, reflejándose en la genética de los animales de la estación.

En 2020 se inició una primera etapa del proyecto de reproducción asistida, inseminando a un plantel seleccionado de hembras con semen proveniente de ejemplares machos salvajes del norte del país.

Hace tres meses nació el cervatillo llamado “Tabaré Clemente”. Constituyó un acontecimiento de relevancia internacional en el campo de la conservación de especies amenazadas de extinción. Fue la primera vez que se logró.

Desde luego la muerte accidental del cervatillo estrella causó una enorme desazón, tomando en cuenta cuánto trabajo, esfuerzos y dedicación demandó conseguir la proeza. Pero en ciencia el éxito nunca está asegurado. Por el contrario, se sabe que al principio habrá muchos más fracasos que logros; y en ese tesón, en esa perseverancia es dónde se cimentan los logros significativos.

Estos contratiempos deben servir para tomar nuevos impulsos, ya que el nacimiento de “Tabaré Clemente” es la prueba palmaria de que el proyecto fue un gran éxito. Y lo fue, no solamente por el alumbramiento de un cervatillo sano, ágil y vigoroso, sino por el invaluable aprendizaje que supuso todo el proceso.

Tabaré González subrayaba el comportamiento singular que esta especie tenía en la Estación de Cría. Aprendió en el día a día, porque no existía bibliografía al respecto. Se trata de una especie que en semi cautiverio suele estresarse mucho ante situaciones o elementos inesperados, que podrían parecernos menores. Más de una vez perdió algún ejemplar por asustarse y emprender una carrera desenfrenada, golpeando contra el tejido del recinto -como le ocurrió al venadito estrella-. Fue así que gracias su sentido común y aguda intuición le permitieron desarrollar un manejo muy cauteloso de los venados, particularmente con los más pequeños, por ejemplo dándoles la mayor privacidad posible con respecto al público visitante, y que fuera corolario de su enorme éxito conservacionista.

Confiamos en que el año entrante el proyecto cuente nuevamente con los recursos necesarios para encarar una nueva etapa de inseminación en la ECFA que desemboque en varios nacimientos exitosos desde todo punto de vista.

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