Escalada con China

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Segunda presidencia de Trump: ¿qué esperar? Si se toman al pie de la letra, su retórica y propuestas implicarían una reestructuración profunda del gobierno federal y un cambio de muchas políticas de larga data. Desde luego, debemos esperar cambios ideológicos y políticos en el resto del mundo, ya que la política estadounidense sigue marcando tendencia, especialmente en la política europea. Pero otras dos regiones del mundo -América Latina y Asia- podrían verse afectadas por el impacto en el comercio y el aumento de las tensiones con China.

Trump ha ganado claramente en dos asuntos: seguridad fronteriza y economía.

México, por ejemplo. Los ataques de Trump a Biden y la supuesta incapacidad de Harris para asegurar la frontera y detener la inmigración ilegal. Ello creó una atmósfera de miedo y una imagen de Trump como hombre fuerte que pondrá fin a la crisis. En octubre sorprendió con su amenaza de utilizar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798. Ello le permitiría deportar a 20 millones de personas, si declara a México, o específicamente a los traficantes de personas mexicanos, como enemigos de guerra.

En economía, Trump dijo en una reunión con empresarios: «para mí, la palabra más hermosa del diccionario es ‘arancel’». Y ha reiterado su intención de elevar los aranceles a las importaciones, especialmente a las chinas.

Aunque existe un consenso bipartidista sobre la necesidad de actuar contra el expansionismo de China, Harris denunció en campaña las nuevas propuestas arancelarias de Trump como una amenaza para el comercio mundial. El temor es que Trump vaya demasiado lejos.

Dependiendo de su aplicación real, estos nuevos aranceles podrían dañar seriamente la economía china, aún muy orientada a la exportación. Pero los expertos advierten de que el proteccionismo de Trump afectará también a otros exportadores asiáticos y, potencialmente, a otros socios estadounidenses como Europa y América Latina.

En particular, Brasil ya se prepara para nuevos aranceles a la importación. Pero otros países latinoamericanos, especialmente aquellos percibidos como poco amistosos con EEUU y con gobiernos de izquierdas, podrían ser objetivos. En su afán de proteger los intereses estadounidenses, Trump podría perturbar las cadenas de suministro y las relaciones comerciales mundiales.

Con todo, es probable que Trump continúe y amplíe su política de tratar a China como una amenaza. Aunque, de nuevo, esta estrategia también fue adoptada por los demócratas, Trump se plantea presionar con más fuerza tanto a China como a sus aliados si no actúan lo suficiente contra la superpotencia asiática. Algunos expertos creen que Trump podría presionar a los países latinoamericanos y a otras regiones para que limiten sus lazos con China, o para que sigan el ejemplo de Milei en Argentina (quien por cierto ha suavizado su retórica antichina).

Que Trump adopte una postura más hostil hacia China se ve también respaldada por la elección de su gabinete. Trump piensa en el senador Marco Rubio para secretario de Estado. Percibido como un halcón, según él la pretensión de China de redefinir las normas e instituciones internacionales para servir a los intereses del Partido Comunista es «la cuestión geopolítica clave del siglo XXI». Rubio fue uno de los primeros en exigir al gobierno federal que actúe contra TikTok y Huawei.

Del mismo modo, Trump habría elegido a Michael Waltz, un oficial retirado de la Guardia Nacional del Ejército, como su asesor de seguridad nacional, un puesto clave en materia de seguridad y política exterior. Waltz pidió el boicot estadounidense a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022 por el bloqueo de China a dar información relativa al Covid-19.

Sin duda, parece claro que la nueva administración norteamericana intensificará las tensiones con China. Junto con el daño a vínculos claves en la región y la naturaleza caótica y grosera de Trump, esto podría apoyar inadvertidamente la posición de China. A la vez, la política de la nueva administración de Estados Unidos hacia China podría traer algunos resultados positivos. De hecho, Trump y los republicanos han sido más eficaces a la hora de contrarrestar la amenaza de China para la estabilidad regional y el orden mundial que los demócratas.

Sin embargo, como en muchos otros ámbitos, nosotros, el resto del mundo, tenemos que estar preparados para hacer más por nuestra cuenta para proteger nuestras instituciones y valores, porque los Estados Unidos de Trump es un país impredecible con el que no se puede contar. * CADAL

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