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Daniel Martínez, el voraz

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Diego Fischer
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Parece que los anuncios de la Intendencia de Montevideo en materia fiscal se hacen ahora cada quince días. Gradualismo le llaman.

El 12 de julio se supo que el gobierno de Montevideo pretende cobrar una tasa que oscila entre 50 centavos y 3 dólares a los turistas extranjeros que pernocten en la Muy Fiel y Reconquistadora. Según los jerarcas municipales, con esto recaudarán casi dos millones de dólares para invertir en proyectos turísticos.

Ni las críticas provenientes del propio Ministerio de Turismo, timoneado por el mismo Frente Amplio, ni la denuncia formulada por estudiosos del Derecho, que sostienen que la medida es "inconstitucional", fueron escuchadas. Será la Junta Departamental, donde la coalición de izquierda tiene mayoría, la que aprobará la medida del intendente Daniel Martínez. De esta forma, los visitantes extranjeros deberán pagar por pasear entre los basurales que siguen pululando por toda la ciudad, toparse con personas que continúan acampando y durmiendo en las calles de todos los barrios, arriesgarse a que los asalten o presenciar el patético espectáculo de personas pasadas de pasta base o alcohol peleándose en pleno Centro o en los alrededores de la plaza Matriz, apenas cae la noche. Es el Uruguay al natural, o mejor dicho, la Montevideo de 28 años consecutivos de gobiernos del Frente Amplio: mugrienta, abandonada, insegura y triste.

Días más tarde, el director de Hacienda, Juan Voelker, salió a anunciar a tambor batiente que las arcas municipales cerraron 2017 con un superávit de US$ 26 millones. También se informó de una baja en los tributos domiciliarios que, según las autoridades del Palacio Municipal "beneficiará a hogares y comercios de la capital". Como expresó Antonio Mercader en esta misma página el domingo último, las cifras son engañosas, ya que nada se habla del endeudamiento de US$ 200 millones, como tampoco de los US$ 100 millones de déficits acumulados.

La semana pasada, nos enteramos que a partir del 1º de setiembre se sumarán 198 cuadras a la zona de estacionamiento tarifado. Ayer, lunes en el programa En Perspectiva de Radio Mundo, el director de Movilidad Pablo Inthamoussu confirmó que dicha ampliación, representa aumentar el área de control en un "50 por ciento" por lo que se recaudarán mensualmente "dos millones de dólares más". Según expresó, la medida procura desestimular a las personas que se trasladen al Centro en vehículos propios y usen el transporte público. Pero el señor Inthamoussu, según declaró, va a trabajar en auto y no en ómnibus. Moraleja: haz lo que yo digo pero no lo que yo hago.

En la misma entrevista, el jerarca informó que en 2017, se empadronaron veintiocho mil nuevos vehículos en Montevideo y que el parque automotor se duplicó en la última década. ¿A qué se destinan los millones de dólares que por nuevas patentes se recaudan? Sabemos que en el Corredor Garzón se tiraron US$ 40 millones. ¿Y el resto? ¿Dónde están los US$ 38 millones que recibió por multas de tránsito? La voracidad de la Intendencia, como la del resto del Estado, no conoce límites. Castiga particularmente a la clase media.

Estamos en tiempos electorales y Martínez se perfila como candidato de su fuerza política. Aun así, nos sigue metiendo la mano en el bolsillo.

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