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Cincuenta es menos que ochenta

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El próximo 16 de febrero se celebrarán elecciones en la Asociación Uruguaya de Fútbol. El camino emprendido hace mucho para recuperar los derechos comerciales y televisivos para la Asociación y tener mayores ingresos enfrentará un nuevo cruce de caminos.

En la primera venta, hace más de veinticinco años, hubo dos ofertas. Una de ochenta millones de dólares, la otra de cincuenta. Inexplicablemente se adjudicó a la que ofrecía treinta millones de dólares menos.

Se cedieron todos los derechos televisivos y comerciales del fútbol, incluyendo local y seleccionados.

Coincidió con una época oscura en materia de participación de Uruguay en mundiales. Se clasificó al de Corea-Japón (dónde no se pasó de fase) pero faltamos a Francia y Alemania.

Con la llegada en 2006 de José Luis Corbo a la presidencia de AUF se comenzó la recuperación de los derechos sobre la selección nacional. Sebastián Bauzá lo profundizó y logró que se concretara. Un aumento considerable de fondos para AUF. Patrocinadores importantes y mayores ingresos por los derechos de TV permitieron mejorar sus arcas. Llegó el maestro Tábarez al Complejo Celeste, lo modernizó, invirtió en él y no hemos vuelto a faltar a la cita mundialista con participaciones destacadas en Sudáfrica y Rusia.

Sin embargo, algunos episodios revelaron falencias. El más conocido fue cuando se votó el contrato de vestimenta de la selección. Había dos propuestas. Una por tres millones de dólares (de la misma empresa que es titular de los derechos de TV) y otra de una multinacional por veintitrés.

Gracias a la valiente fundamentación y voto del delegado de OFI triunfó la propuesta de veintitrés. Lo increíble fue que nueve clubes votaron en contra de que AUF recibiera veinte millones de dólares más.

Aparecieron en escena jugadores del seleccionado y locales que comenzaron a exigir algo tan simple como que se aceptaran las ofertas mayores. Que no se repitiera lo de 1998 cuando se optó por una propuesta de cincuenta millones en lugar de ochenta.

Esto llamó la atención de FIFA y Conmebol. Dos instituciones que tuvieron problemas muy serios y que, por suerte, terminaron con quienes incurrieron en actos ilícitos tras las rejas.

Alertaron que el fútbol uruguayo estaba sujeto a la voluntad de unos pocos. Eran diecinueve votos que reconocía el Estatuto de AUF, dieciséis de ellos de los clubes de primera división profesional.

Importantes actores quedaban fuera: el fútbol del interior, los jugadores, entrenadores, árbitros, la primera división amateur, la propia Segunda División Profesional que tenía un solo voto.

FIFA y Conmebol señalaron que eso era contrario a los estatutos de la primera y que la gobernanza debía incluir a todos los involucrados en el fútbol. No solo a los dieciséis clubes profesionales de primera división.

Luego de cuatro años advirtiendo que se debían reformar los Estatutos de AUF, la FIFA resolvió hacer uso de una cláusula contemplada en los suyos: removió a las autoridades y designó una Comisión Normalizadora que tuve el honor de presidir. Su finalidad fue redactar nuevos estatutos y someterlos a la aprobación de la Asamblea.

En menos de tres meses se presentó el nuevo Estatuto que fue votado por unanimidad y democratizó la AUF dando participación a todos los estamentos del fútbol (clubes profesionales, jugadores, fútbol de interior, entrenadores, sala, árbitros, femenino, amateur, etc).

Algunos pusieron el grito en el cielo pese a que votaron afirmativamente. Dijeron que la Comisión Normalizadora era una intervención ilegal y que no tenía potestades para hacer lo que hizo. Resolvieron ir al Tribunal Arbitral Superior (TAS). Este resolvió, en tres sentencias, que no tenían razón y que lo actuado era acorde a derecho.

Pese a que perdieron en tres instancias aún hoy siguen repitiendo que no fue legal. Increíble. Fueron a la Justicia que no les dio la razón pero siguen diciendo que la tienen.

Luego intentaron formar una Liga Profesional que reeditara las mayorías previas al nuevo Estatuto. Algunos clubes se negaron a integrarla si no se daban las garantías de que siempre se optaría por la mayor oferta y los mayores ingresos. La Liga, según el Ministerio de Educación, podrá tener personería jurídica pero no es la entidad prevista en el Estatuto de AUF si no tiene los mismos integrantes que este prevé.

Ahora, ante una nueva elección, postulan un candidato. Los que lo hacen son varios de los clubes que votaron para que AUF no recibiera veintitrés millones sino tres. Muchos, la mayoría, recibieron adelantos de la empresa de televisión por lo que mantienen adeudos con ella.

El fútbol se encuentra en otro cruce de caminos. El contrato de televisión y derechos comerciales del fútbol local vence en diciembre del 2025. El nuevo Presidente y sus compañeros deberán negociarlo.

El presidente Alonso se paró firme en esto. Quiere la mejor oferta. Que veintitrés sigan siendo más que tres y que cincuenta no vuelvan a ser más que ochenta.

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