A cien años de 1904 (III)

17 de enero. Se produce un nuevo encuentro en la costa del arroyo Las Palmas. Las columnas revolucionarias pasan dicho arroyo en el Paso de las Conchas. Luego los gubernistas se lanzan furiosamente sobre el vado, pero se encuentran con que saben defenderlo y muy bien las guerrillas de las fuerzas de Paysandú, las de José González, las de Cicerón Marín y las de Abelardo Márquez, que producen fuertes bajas en el enemigo. Se lucha desesperadamente a menos de 200 metros de distancia. Galarza se corre arroyo abajo y luego de vadear una picada, intenta un flanqueo, pero descubierto a tiempo, es rechazado con singular energía y tiene que repasar el río, dejando en sus márgenes un tendal de heridos y algunos muertos. Saravia aprovecha la confusión del enemigo para ganar distancia, prosiguiendo marcha hacia el norte.

18 de enero. En Pablo Páez se continúa la retirada en contacto con el enemigo, produciéndose tiroteos.

21 de enero. El Ejército revolucionario está frente a Melo. A las 3 y 1/2 de la tarde y bajo una persistente lluvia se inicia un fuerte tiroteo con las fuerzas gubernistas destacadas en la ciudad. Esta acción duró casi una hora, luego de la cual el enemigo abandona Melo.

Siempre bajo lluvia se va dejando la ciudad a la derecha y se pasa el Tacuarí por el Paso de las Tropas, casi a nado, haciendo un alto a unos cinco kilómetros de Melo.

"En el combate de Conventos —dice el coronel Juan José Muñoz— pelearon la Compañía Urbana y la Policía de 1a. sección de Maldonado. De noche ya, se nos ordenó a González, Marín y a mí, que fuéramos a tomar posesión de la Picada de Borches, del Tacuarí, la que se creía en poder del enemigo, para asegurar el pasaje de nuestro ejército en su marcha al sur. Marchamos toda la noche y antes de amanecer llegamos a sus inmediaciones, haciendo alto. Se destacó a la Compañía Urbana de Flores para apoderarse del Paso, donde no se encontró a nadie. Así que aclaró, pasamos el río y acampamos. Por la tarde del día 22 llegó el General..."

El Ejército se dividió, luego del combate de Conventos, en dos columnas. Una, de revolucionarios desarmados que a órdenes de Basilio Muñoz tomó rumbo al Brasil. Y otra que constituye la mejor fuerza de la Revolución que contramarcha y hace entrada triunfal a Melo, por cuyas calles desfila.

22 de enero. El general Muniz envía, a las 11 y 45 de la mañana, al Presidente de la República el siguiente telegrama: "Hoy temprano entré en Melo para desalojar al enemigo que había llegado primero. Continúo la persecución de los insurrectos. Estos marchan en tres columnas con rumbo a la frontera. Los seguiré hasta disolverlos. Hoy se les tomaron otras carretas más con municiones y armas, 400 caballos y muchos prisioneros. Ayer entregaron a la Cruz Roja de Melo los heridos más graves en número de 96. Llevan además doscientos y tantos. Justino Muniz".

Muniz engañaba al presidente Batlle y Ordóñez: 1) desorientado por la maniobra del General Saravia al dividir el Ejército revolucionario; 2) Afirmando haber tomado carretas con armas, pues los revolucionarios, en mayor número de desarmados que de armados, no llevaban las armas en carretas; 3) denunciando un número de heridos que no existía en tal proporción y 4) en cuanto a que había desalojado al enemigo de Melo, pues Saravia desfiló en dicha ciudad en la noche, tomando rumbo al sur. El mismo Muniz se desmiente al decir que continúa la persecución hacia el Brasil.

23 de enero. En el Paso de Centurión, del Yaguarón, las fuerzas puestas a órdenes de Basilio Muñoz, que partieran de Melo al Brasil, sostienen un ligero tiroteo con el 6º de Caballería. En Montevideo "La Razón" decía que Saravia había traspuesto la línea fronteriza con el Brasil con el grueso del Ejército en derrota. En esferas oficiales se daba por definitivamente concluido el alzamiento revolucionario.

24 de enero. El "disperso" Ejército revolucionario de Saravia, desfila por la ciudad de Treinta y Tres.

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