Llevar un gatito a la familia es un compromiso que puede durar dos décadas, por eso desde los refugios consideran fundamental cumplir ciertos requisitos.
En 2015 María y Pablo recibieron una llamada del INAU: había una niña para ellos. Cinco años después el teléfono volvió a sonar. Esa niña tenía un hermano menor en situación de adoptabilidad.
Muchos prefieren una mascota adulta antes que toda la incertidumbre de un cachorro. En los refugios se conoce de sobra la máxima: “Para gente grande, perros grandes”.
El Grupo Adoptados Uruguay logró 146 encuentros en 5 años.
Invitada el sábado a Consentidas (Canal 10) recordó el mal momento que pasó una vez que publicó su libro sobre Raúl Sendic, y que la llevó a tomar la decisión de mudarse.
La actividad se hará el sábado 18 de agosto en el Parque Rodó.
La inseminación artificial o la adopción por parte de uno solo de los miembros de la pareja, son las opciones que hasta ahora eligen los homosexuales para formar una familia. El INAU tiene registradas tres adopciones de personas gay, que declararon esto por propia voluntad, pero no es algo que se indague durante el proceso.
Hay familias que hace cinco años sufren en el laberinto de la adopción.
En 2015, se entregaron solo 80 niños a familias, pese a la ley que acortó los plazos.
Detrás de las madres que cometen el delito de abandonar a sus hijos muertos o vivos en contenedores, hay mujeres desesperadas, solas, pobres, a veces golpeadas, siempre vulneradas en sus derechos más básicos. La víctima no es solo el bebé. Ella no es la única culpable. El Estado y la sociedad están en falta.