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St. Andrew's cumple seis décadas de historia el próximo año y sigue construyendo una propuesta educativa integral.
Próximo a cumplir su aniversario número 60, St. Andrew’s School sigue en su camino de formar alumnos que puedan convertirse en ciudadanos del mundo, brindándoles las mejores herramientas técnicas y los valores humanos para transformarlo y hacerlo mejor.
Fundado en 1963, St. Andrew’s ha mantenido desde entonces su identidad y estilo —fue uno de los primeros colegios de horario completo, una institución pionera en ese sentido— más allá de que ha ido incorporando todas las experiencias y aprendizajes que los tiempos van definiendo.
Con 350 alumnos y un staff de más de 60 profesionales, el colegio ofrece una propuesta educativa integral que potencia las capacidades de cada uno de quienes allí hacen sus primeros aprendizajes, según la directora Magdalena Segredo.
“El sello del alumno de St. Andrew’s”, dijo Segredo, “es la responsabilidad que desarrollan y el respeto que demuestran hacia el otro. Son alumnos, comprometidos académica y socialmente. Tenemos claro que es en esta etapa donde se asientan los fundamentos de todo aprendizaje. Nuestro accionar se dirige a crear bases sólidas para toda la vida. Se trata de darles confianza en sí mismos y que sientan que pueden cambiar y transformar su entorno”.
El colegio apuesta por el inglés no solo como un idioma a aprender sino como un vehículo para el aprendizaje de muchas otras áreas. “St. Andrew’s es más que un colegio bilingüe, es una experiencia de inmersión en el idioma. El inglés no es una asignatura más, sino que es a través de él que se adquieren conocimientos y habilidades. Esta dinámica permite al alumno pensar y analizar en inglés para llegar a aprendizajes tanto académicos como culturales y de valores» expresa Segredo sobre la importancia de tener familiaridad con más de un universo cultural.
"Más que un colegio bilingüe, es una experiencia de inmersión en el idioma".
St. Andrew’s School tiene un promedio de 20 alumnos por clase, e imparte educación inicial desde los 2 años y primaria hasta los 12. Este número de alumnos favorece el desarrollo de las fortalezas de cada niño y hace posible la interacción y cooperación efectiva entre ellos.

Con 60 años de historia St. Andrew’s ha ido avanzando al compás de los tiempos transcurridos. A la propuesta educativa sustentada en el manejo constante del inglés, se le ha ido incorporando todo aquello que actualmente resulta fundamental en la formación curricular. “Tenemos una mirada hacia la tecnología, que forma parte de la vida cotidiana de los niños, y resulta fundamental que la puedan manejar. Tenemos Programación y Robótica como parte de nuestra propuesta, y aspiramos a que logren desarrollar un pensamiento lógico matemático que les permita abordar situaciones de todos los días. Se trata de los fundamentos, porque somos un colegio primario, pero van a necesitar esos conocimientos más Adelante”, aseguró Segredo.
La directora agrega dos otros ítems que le parecen fundamentales: poder manejar en forma competente tanto el discurso oral como escrito; leer y comprender. “Si adquieren esas herramientas cuando son niños, pueden alcanzar otros saberes”, dijo Segredo y agregó que en un mundo tan cambiante como el actual, esas herramientas serán esenciales.
Pero no se trata solo de enfocarse en lo académico. De acuerdo a la visión de Segredo, la educación emocional es muy importante. “Lo social y lo emocional son parte del saber; aprender a ser, a ser con otros, que la educación te prepare para la vida. Hoy en día sabemos que la mayoría de las habilidades que nos conducen a una vida plena son las emocionales. Se puede saber mucho de una asignatura o área, pero hay que saber también gestionar las emociones, desarrollar la capacidad de resolver conflictos, ponerse en el lugar del otro y poder trabajar en equipo, para que ese saber tenga sentido y pueda ponerse en práctica”, añadió.
Además, como agrega Mariana Lapido, subdirectora, el papel del ejercicio físico y el juego es algo a lo se le asigna mucha importancia en St. Andrew’s. En un contexto deportivo y lúdico también se aprende entre otras cosas a colaborar, y a ponerse metas para intentar cumplirlas. “En Educación Inicial le damos gran importancia al juego. El valor del acto de jugar es crucial y lo es durante toda la niñez, también en primaria. Es una necesidad básica de los niños y una actividad fundamental para comprender el mundo, ganar confianza, y resolver problemas”.
"Jugar es una actividad fundamental para comprender el mundo", dice Segredo.
Con este enfoque, St. Andrew’s ha forjado un ambiente que tiene un aire familiar, cálido y cercano y, a decir de muchos exalumnos, donde se generan amistades para siempre. Cada persona que integra el staff desde el lugar y función que desempeña contribuye a mantener esa contención que experimentan los alumnos en el colegio y es una de las razones por las cuales los exalumnos vuelven como padres que llevan a sus hijos a formarse allí. “Y estamos comprometidos para que eso ocurra. Hace 15 años que trabajo aquí, y cada primer día de clase siento la misma ilusión, compromiso y expectativa que sentí desde el principio. Tal vez esto resume uno de nuestros principales diferenciales como institución educativa. Hacemos lo que hacemos con pasión y vocación, para dejar un legado”, concluyó Segredo.
