PABLO ANTÚNEZ
El MGAP no prohibirá el ingreso de carne de cerdo de Brasil por más que esté autorizado en ese país el uso de la raptopamida. Rusia y la Unión Europea presionan para rechazar las importaciones brasileñas. En Uruguay, por ley, no se puede usar.
Previo al problema desatado en Brasil por el caso atípico de "vaca loca" (encefalopatía espongiforme bovina), Rusia y la Unión Europea -entre otros compradores- cuestionaban el uso de la raptopamida como promotor de crecimiento en la industria del cerdo y ponían el foco en la carne brasileña, advirtiendo que cerrarían el mercado al producto.
La raptopamida es un específico veterinario usado como aditivo alimenticio para promover el crecimiento de masa muscular en los cerdos y no sólo la utiliza Brasil, tiene una fuerte adopción en Estados Unidos y otros países. El producto fomenta el músculo y evita el engrasamiento, lo que permite producir animales más magros y con mejores cortes.
Si bien en Uruguay los anabólicos y promotores de crecimiento están prohibidos por ley, el director de los Servicios Ganaderos, Francisco Muzio, dijo a El País que la carne de cerdo que ingresa de Brasil y algunos cortes bovinos tienen por destino el rubro chacinería y no representa riesgo alguno".
En paralelo, aclaró que el fármaco no genera problemas de inocuidad, ni deja residuos en la carne. "Por el momento no se va a prohibir el ingreso de carne con ese destino", aclaró el jerarca. Muzio remarcó que la decisión adoptada "no significa que, de futuro, no pueda haber algún cambio. Por el momento, no tenemos pensado restringir las importaciones".
La raptopamida fue aprobada por la Agencia de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA) el 22 de diciembre de 1999 y su uso está aprobado en 20 países, entre los que se encuentran Australia, Brasil, Colombia, Canadá y Tailandia. Pero así como unos aprueban el uso del fármaco, hay otros 150 naciones que la rachazan y entre ellas está la Unión Europea, China y Malasia, entre otros.
PROBLEMA. En Uruguay la discusión pasa por otro lado. La semana pasada, el presidente del Instituto Nacional de Carnes, Luis Alfredo Fratti afirmó que "la carne importada tendría que tener la misma carga impositiva" y por lo tanto "debería pagar los mismos impuestos que paga la comercialización de la carne local. Esto nos está pasando ahora, nos estamos dando cuenta ahora. Las carnes deberían tener igualdad de condiciones", criticó el jerarca.
En el mercado interno, los consumidores están incrementando el consumo de carne suína. "Si bien somos abiertos, pensamos que no podemos ser estúpidos. Que se importen espinazos de Dinamarca no me gusta demasiado", admitió.