PABLO ANTÚNEZ
Buscando mayor transparencia en la cadena cárnica y apuntando a reducir la fricción entre productores e industriales por los rendimientos, el Poder Ejecutivo propone eliminar la obligatoriedad del dressing en la operativa de faena.
Si hay consenso entre los actores de la cadena, el Instituto Nacional de Carnes (INAC) está dispuesto a recomendar al Poder Ejecutivo que elimine el decreto que desde 1979 obliga a los frigoríficos a que retoquen la media res (dressing), una vez que el vacuno es sacrificado y se le quita el cuero, la cabeza y el garreo.
La idea es impulsada por el vicepresidente del INAC, Fernando Pérez Abella, y contribuiría a brindarle más transparencia a la cadena cárnica, dejando de lado la antigua disputa por el rendimiento del ganado en la faena que mantienen los ganaderos con la industria desde hace varias décadas.
La normativa está vigente desde el 31 de octubre de 1979 y fija el retoque (dressing) de la media res de abasto, pero cuando fue impuesta por el gobierno, el sistema de comercialización del ganado era en pie y no existía la opción actual de la segunda balanza, donde sólo se paga la carne, pero con la res retocada al comienzo del proceso industrial.
En la Junta Directiva del INAC, donde están representados el gobierno, los productores y los frigoríficos, recién se va a comenzar a discutir el planteo de su vicepresidente.
"Hay que estudiarlo bien y lo mejor sería que se resolviera entre los privados, para terminar, de una vez por todas, con la discusión de los rendimientos del ganado en las plantas", aseguró Pérez Abella a El País.
Según su visión, "todos los tejidos vivos del animal valen" y se debería pagar "por lo que pesa el bovino y después, en última instancia, es un tema de precios. El Estado no debe obligar a que se saquen algunos tejidos de la media res para hacerla más prolija. Esa debería ser una operación industrial", estimó el vicepresidente del INAC.
De eliminarse el decreto en vigencia, a la res se le quitaría cuero, cabeza y garreo, al tiempo que el productor remitente de la hacienda cobraría por los tejidos vivos que quedan.
"Hoy el Estado no sólo no es neutro, sino que obliga a los frigoríficos a retocar la media res", reconoce el número dos del Instituto Nacional de Carnes, para quien la solución sería "derogar el decreto que establece un dressing mínimo".
Para Pérez Abella si se consigue el consenso y se decide recomendar al Ejecutivo la derogación de la legislación vigente, desde la Junta Directiva se estaría "aportando mucho por la cadena cárnica, porque se eliminaría un motivo de fricción entre los eslabones que la componen".
MERCADO. Por otra parte, el jerarca reafirmó las buenas perspectivas para las carnes uruguayas. En tal sentido, Pérez Abella estimó que se cerraría el 2010 con una exportación de 400.000 toneladas de carne bovina, con un valor promedio de alrededor de US$ 2.700 por tonelada (al alza), que incluso superaría al promedio por tonelada del año pasado: US$ 2.517.
En cuanto a la faena de bovinos, desde el INAC se estima que este año se sacrificarían cerca de 2.800.000 cabezas, superándose la faena récord del 2006, que se situó en 2.588.538 cabezas bovinas. Cabe recordar que ese año el país estaba siendo castigado por una sequía que provocó el envío a faena de mucho ganado.
La competencia de la ganadería bovina con la agricultura y la forestación vino para quedarse y está obligando a la producción ganadera a mejorar la eficiencia del rodeo, acelerando la extracción y bajando la edad de faena de los novillos.
INVERSIONES. El vicepresidente de INAC también adelantó a El País que hay capitales jordanos que quieren invertir en la industria cárnica uruguaya dedicada a la industrialización de ovinos. Hoy ya están comprando carne ovina uruguaya certificada por el INAC. "Ellos propusieron venirse a Uruguay, producir ellos mismos los ovinos y autoexportarse", explicó.
Por el momento, todo se resume a una suma de intenciones, pero no se descarta, ni la inversión en una nueva planta, ni procesos asociativos con algún frigorífico ya existente.
"Ellos son conscientes de que el stock ovino en el mundo va en caída y eso está obligando a intensificar la producción ovina para poder aprovechar las oportunidades que presentan los mercados", aseguró finalmente Pérez Abella.
Medida: El dressing es obligatorio a partir de un decreto del 31 de octubre de 1979.
Disputa: Productores y frigoríficos discuten por el rendimiento que tiene el ganado.