Pablo Mestre | Brasil (Enviado)
En todos los ámbitos de la Expointer se aprecia un sentimiento contradictorio. Mientras se observa la acostumbrada potencia que exhibe ésta, la mayor muestra agroindustrial de América Latina, los productores dicen no estar bien, es más, confiesan estar muy mal. Carlos Sperotto explica esta dualidad por el lado que si bien están mal, "tenemos muchas esperanzas y nos abrazamos a diversos proyectos".
Para el presidente de Farsul, la agricultura brasileña tiene un desfasaje entre costos y producción. "Esto es todo Brasil, en Río Grande del Sur la seca transformó el problema en un problemón", aseguró. Según el influyente dirigente rural, los costos de producción son muy elevados, "inclusive agravados por los altos precios que en un momento tuvimos por comodities producidos acá, como la soja, cuando los costos se elevaron en consecuencia y quedaron pese a que el precio ya bajó".
Ello se agrava por la ausencia de líneas de financiación. Pero para el presidente de Farsul la preocupación mayor ni siquiera es el financiamiento, sino tener un programa amplio de seguro agrícola para una actividad de riesgo como la agropecuaria. "No esperamos del gobierno, sino que tenemos que juntarnos con los integrantes del sector y hacer. El gobierno puede ayudar en determinada etapa buscando adecuación de los costos, pero la responsabilidad es nuestra", afirmó Sperotto.
Y en eso están. Prueba de lo cual son dos proyectos impulsados por Farsul.
CASA RURAL. "Es un sentimiento de necesidad de no dejar al productor solo en la búsqueda de soluciones", explicó. Este emprendimiento tiene el objetivo de desarrollar soluciones para agregar valor al agronegocio, generando y poniendo a disposición de los productores el conocimiento competitivo. Casa Rural tiene acceso "on line" a 133 sindicatos rurales, congregando más de 134.000 productores rurales de todo Río Grande del Sur. "Es nuestro mayor patrimonio, reconoció Sperotto".
Es una institución que suma esfuerzos junto al sistema Farsul, Sindicatos Rurales y el Senar (Servicio Nacional de Aprendizaje Rural), que nació a partir de la necesidad de los productores rurales de defenderse comercialmente ante la fuerte competencia comercial. "Centralizamos para crear una escala, tanto de compra como de venta, donde Casa Rural es aglutinadora, generando estos mecanismos, haciendo negociaciones, creando oportunidades de precios buenos para el productor y paralelo a eso, también la parte inversa de esta freeway, en el sentido que el producto que se consiga, aglutinado pueda lograr mejores precios en mercados más gratificadores", explicó a El País el presidente de Farsul. Eso sí, Casa Rural no compra, no vende, no transporta, no almacena, ni avala. Es un agente generador de oportunidades al productor. Para efectuar cualquier solicitud en el sistema, es necesario estar registrado vía internet. Y si no tiene computadora, el programa proporciona a través de los Sindicatos Rurales, una infraestructura de computadores conectados a internet, así como funcionarios entrenados.
Buscando el valor agregado
El otro programa es referente a carne de calidad. "Buscamos agregar valor a nuestros productos", dijo Sperotto. Para el presidente de Farsul "así como Uruguay, que es un eximio negociador internacional vendiendo sus cualidades, su genética y un ejemplo a seguir".
Carne Pampa es un programa impulsado por un grupo de productores, "una idea para juntarnos y poder competir, con el objetivo de producir el mismo producto para acceder a mercados infinitos", explicó.
El mismo incluye sólo animales de razas británicas y sus cruzas, criados en la pampa gaúcha, con características de producción valorizadas y pagadas en el mercado internacional. Incluye la trazabilidad, "factor fundamental para llegar a los mercados exigentes", apuntó Sperotto.
La iniciativa es impulsada por el Sebrae Farsul y el Servicio Nacional de Aprendizaje Rural.