PABLO ANTÚNEZ
Faltarán terneros en los próximos años, pero no habrá vientres para gestarlos. El stock de vacas y vaquillonas caerá debido a la sequía y por los embarques a frigorífico de ganados que podrían volverse a entorar en un futuro.
El crecimiento de la ganadería de carne está jaqueado. El sector criador, históricamente castigado y reconocido como el eslabón más débil de la cadena, parece estar más desestimulado que nunca. Lo que es peor, Uruguay tiene su máquina productiva -el stock de vientres- prácticamente desarmada y eso condiciona a futuro las exportaciones de carne, lo que implicaría no poder aprovechar las oportunidades de mercado para valorizar más el producto, si la demanda crece y la oferta cae.
La sequía provocó la mortandad de muchas vacas y terneros por falta de comida, pero los productores también decidieron engordar los vientres fallados y mandarlos a frigorífico, porque a la entrada del otoño todavía había buena pastura. Esos animales, podrían haber sido recuperados y conservados en el campo para volverlos a entorar, pero los ganaderos precisaban pagar los gastos y los vendieron.
A las dificultades climáticas se suma el desestímulo que tienen hoy los criadores porque los granos y los árboles siguen desplazando a las vacas ya que son rubros mucho más ágiles y de más rápida reacción.
Los precios que hoy recibe el productor por el ternero generan desánimo entre los mismos, pero hay otros factores que pesan más que los valores del mercado.
"Es la primera vez en la historia que la cría bovina se enfrenta a dos sectores tan potentes. Hasta ahora siempre fue la industria contra los productores y dentro del segmento de los ganaderos, eran los invernadores (engordadores) contra los criadores de terneros", admitió a El País Santiago Bordaberry, médico veterinario particular y productor ganadero.
Según su visión, "habrá pérdidas importantes de terneros, porque además de las vacas que murieron, hubo muchas vaquillonas que no sirvieron porque no llegaban al peso o que, sí se entoraron y directamente fallaron, ya que hubo productores que perdieron toda su base forrajera y se quedaron sin comida".
ESTÍMULOS. Para Bordaberry, apuntalar la cría pasa por mantener la transparencia del mercado cárnico, por evitar intervenciones. Por eso, "cuando se habla de algunos proyectos como la creación de un frigorífico nacional o que no se exporten vaquillonas en pie, se produce un efecto negativo". Para el profesional, "hay que seguir trabajando para que oferta y demanda operen libremente para que se mueva la cadena cárnica. Si el esquema es de intervenir el mercado, el vacuno seguirá la misma tendencia que el ovino: el stock continuará cayendo".
El presidente de la Asociación Rural del Uruguay, Manuel Lussich, también comparte la idea de no intervenir la cadena. También reconoció que "el principal aliciente que tiene cualquiera que produce algo es el precio que logrará por su producto. Para que la cría vuelva a tener el entusiasmo que manifestaba hace un par de años atrás, es necesario que el precio del ternero se recomponga y eso va de la mano de que se siga acomodando el mercado internacional de la carne".
Pero más allá del mercado, dice que hay pasos que debería dar el gobierno para ayudar a todos los ganaderos criadores y no sólo a los pequeños. En ese sentido, Lussich también consideró que el Estado podría estimular al sector bajándole la presión tributaria. "Cuando se eliminó la libre opción Imeba o Irae se afectó al criador", dijo.
OTRA VISIÓN. Para algunos técnicos consultados por El País empujar la cadena productiva fortaleciendo a la cría podría provocar un efecto inverso al que se pretende.
Podría estimular la producción de terneros, incrementar el volumen y eso haría bajar el precio. Los que defienden esta visión sostienen que si el precio del novillo gordo mejora, éste arrastrará hacia arriba al del ternero. Pero así como hay defensores de este pensamiento, también hay detractores. Para Emilio Mangarelli, vicepresidente de la Federación Rural, quienes hacen ese planteo "tienen una mentalidad chata".
"Pensar que si se estimula la cadena y se producen más terneros se bajaría el precio, es tener un pensamiento chato", replicó el gremialista con cierto grado de enojo ante el planteo que rechazó de plano.
Cadena perdió US$ 30:
Los reclamos de apoyos para la cría no son nuevos. Entre las muchas medidas a adoptar, Emilio Mangarelli, vicepresidente de la Federación Rural, pidió que el Estado "premie la eficiencia a través de descuentos en los impuestos" que posteriormente recuperará con un aumento de las exportaciones de carne.
Planteó que se le devuelva a la cadena cárnica los US$ 30 millones que se le quitó por concepto de devolución de impuestos durante estos cuatro años del gobierno de Tabaré Vázquez.