Varias empresas de origen norteamericano esperan por la creación de un marco legal en Uruguay para concretar inversiones en la producción de biocombustibles.
Así lo afirmó el consultor internacional y experto en energías renovables de ese país, George Philippidis, que la semana pasada llegó al país para estimular los procesos a nivel gubernamental.
El consultor mantuvo reuniones con el ministro de Industria, Daniel Martínez, y las empresas Ancap y ALUR, con el objetivo de impulsar la instalación de empresas norteamericanas que desarrollen el mercado del etanol y el biodiesel, sustituyendo hasta un 10% del petróleo por etanol (para los coches a nafta) y un 20% de biodiesel (en vehículos gasoleros).
El titular de Industria se comprometió a estudiar el tema a fin de otorgar las garantías suficientes a inversores extranjeros, aseguró Philippidis. "Primero deben estar sobre la mesa los temas políticos y económicos, y luego los comerciales y sociales. Para que lleguen las inversiones, lo más importante es que primero exista un compromiso del Estado con la producción de biocombustibles", remató el consultor.
En tal sentido, mencionó las iniciativas de Ancap (con la fabricación de etanol a través de la caña de azúcar) como una señal de interés, aunque "se debe avanzar más" en un marco legal. "Los inversores tienen que saber que su dinero va a ser protegido", explicó. A su vez, fue más allá sobre el papel que el Estado debe jugar en este proceso, y planteó la necesidad de que otorgue subsidios transitorios a la nueva industria.
La limitación del clima y la escasez de recursos naturales en Estados Unidos, hace que los inversores miren hacia Uruguay. "Por más que quisiéramos producir más en nuestro país, no podemos", dijo el experto.
A su vez puso énfasis en los precios elevados del petróleo como necesidad de buscar nuevas alternativas y agregó que la generación de biocombustibles es un negocio rentable. Si bien el precio del barril comenzó a bajar, Philippidis remarcó que igualmente sería viable hasta con el precio a US$ 40.
En cuanto al aumento de algunos de las materias primas, como el maíz, Philippidis desdramatizó el hecho alegando que este aumento se debe más a la fuerte demanda de países como China, que a los biocombustibles.