WASHINGTON | AFP, EFE y AP
Estados Unidos mantiene sus planes de reducir en marzo las restricciones a la importación de vacunos canadienses, ante la detección de un nuevo caso de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) en su vecino del norte, y pese a las protestas de sus propios ganaderos.
El Departamento de Agricultura Estadounidense (USDA) permanece confiado "en que las medidas se salud pública vigentes en Canadá (...) combinadas con las medidas estadounidenses de salvaguarda (...) brindan la mayor protección a los consumidores y la ganadería estadounidense", afirmó ayer lunes el organismo en un comunicado firmado por el jefe de sus servicios de inspección veterinaria, Ron DeHaven.
La Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos (ACIA) confirmó el domingo un nuevo caso de EEB, detectado en una vaca lechera de ocho años en el estado de Alberta, al oeste del país.
A pesar de eso, el gobierno estadounidense publicará en el Diario Oficial hoy martes, como tenía previsto, nuevas normas para aliviar las restricciones a las importaciones bovinas canadienses, impuestas tras la detección de un primer caso de EEB en mayo del 2003, también en Alberta.
Las nuevas normas clasifican a Canadá como "región de riesgo mínimo" para la contaminación con EEB, lo que le permitirá reanudar, a partir del 7 de marzo, las exportaciones de bovinos menores de 30 meses así como varios otros productos cárnicos.
PROTESTAS. Sin embargo, el Congreso estadounidense tendrá 60 días para modificar esas medidas, que suscitan resistencias entre los ganaderos estadounidenses. "Estados Unidos se convertirá en depositario de productos inaceptables para más de 30 países consumidores de carne bovina", comentó indignado Leo McDonnel, presidente de una coalición de asociaciones de criadores y profesionales del sector ganadero estadounidense opuestos al levantamiento de las restricciones.
Esta coalición, llamada R-Calf, presentó cientos de páginas de comentarios durante la fase de redacción de las nuevas reglas oficiales, señalando al menos 47 puntos oscuros sobre la base de recientes estudios científicos sobre la EEB. "El departamento (de Agricultura) los ignoró todos salvo una excepción, la de la opción de marcado permanente para bovinos canadienses", afirmó Bill Bullard, otro responsable de la organización. El USDA, por su parte, sostiene que las medidas de prevención implementadas por Canadá son suficientes.
DeHaven señaló que la evaluación de riesgos realizada por sus servicios tuvo en cuenta la posibilidad de que Canadá registrase nuevos casos de vaca loca y recordó que según la Organización Mundial de la Salud Animal (OIE), un país puede considerarse como de bajo riesgo de EEB si registró menos de dos casos por millón de bovinos mayores de 24 meses en los últimos cuatro años.
"Dado que Canadá tiene cerca de 5,5 millones de bovinos mayores de 24 meses, según las normas, podría detectar hasta 11 casos de vaca loca en su ganado y seguir siendo considerado un país de riesgo mínimo", precisó el comunicado.
CARNE SANA. Por su parte, las autoridades canadienses reafirmaron ayer lunes que la carne bovina producida en el país es sana y sus medidas de prevención de la EEB son eficaces.
"Hemos instaurado un sistema extensivo de limitación de riesgos, incluyendo la retirada de partes animales riesgosas para la salud humana, la prohibición de alimentos para ganado elaborados con animales, un programa nacional de vigilancia y restricciones a la importación", afirmó en conferencia de prensa el ministro de Agricultura canadiense, Andy Mitchell.
"Estas medidas han convencido a países del mundo entero de que los productos bovinos canadienses son sanos", aseguró.
"Uruguay no se verá afectado"
"Cuando se habla de un problema de ganado o de carne, en cualquier parte del mundo, nunca es un buena noticia", suele reiterar Daniel Belerati, el director ejecutivo de la Cámara de la Industria Frigorífica. En ese contexto, la aparición de un nuevo caso de vaca loca en Canadá "obviamente no es una buena noticia, y a Uruguay nada le cambia". Su primera percepción es que esta situación no ayudará a que Uruguay incremente sus ventas en Canadá, país al que se ingresa enviando carne dentro de la cuota que tiene esa nación para "terceros países" (los que no son Australia ni Nueva Zelanda, que tienen cupos fijos), y que consta de 11.809 toneladas. "Nuestro país las ha venido cumpliendo en estos últimos dos años, así como también algunos tonelajes más cuando el gobierno concede licencias complementarias a sus importadores", informó Belerati.
En cuanto a lo que puede llegar a afectar a las exportaciones uruguayas hacia Estados Unidos que este país vuelva a admitir la carne y el ganado canadiense, Belerati tampoco cree que incida.
"EE.UU. le va a abrir sus fronteras pero con muchas limitaciones. Y no es fácil que, en el corto plazo, se vuelvan a dar las condiciones existentes antes de mayo del 2003, cuando apareció la vaca loca y se cortó la corriente comercial entre ambos países", explicó. En tal sentido, comentó que entonces entraba, entre ganado en pie para feed lots y carne de consumo, el equivalente a un millón y medio de cabezas "y no parece que ello puede darse ahora en esa misma proporción", señaló.
También consideró como "posible pero muy aventurado" hablar ahora de que con el ingreso de carne canadiense a EE.UU. pueda llegar a caer el precio de la carne uruguaya que se exporta hacia tal destino. "Lo que realmente nos tiene que importar a los uruguayos en el tema carne es el de tratar de que se abra México. De esa forma tendríamos otro mercado que es fuerte demandante, que no tiene cuotas de acceso, y que paga buenos precios".