EMILIO CAZALA
Estamos en presencia de otro alentador efecto colateral generado por la presencia de Botnia, el mas grande proyecto industrial y de inversión registrado en la historia del Uruguay cuando nos referimos al nacimiento de una flota de cuatro barcazas cuya construcción ya está en marcha, destinada a transportar la celulosa desde Fray Bentos hasta Nueva Palmira; desde aquí será trasbordada a los barcos de ultramar para transportarla a los mercados internacionales. Es un proyecto de empresarios locales, por suerte de gente experimentada en la industria marítima, que viendo la oportunidad de innovar en el escenario fluvial del río Uruguay, decidieron asumir el desafío de alumbrar este proyecto. Es un emprendimiento de casi 10 millones de dólares que vale la pena resaltar por los efectos multiplicadores que a su vez va a traer para el escenario litoraleño y que, sin duda, repercutirá con nuevos efectos desarrollistas. Cuando pensamos en Botnia, en Nueva Palmira y en otros procesos de cambio y más allá de que todo tiene que ver con todo, no podemos evitar traer a nuestra memoria aquella hermosa imagen de los círculos concéntricos originados por una piedra arrojada en el río y extrapolar estos efectos acuáticos a Botnia que por cierto, en materia de reverberaciones este gigante no anda con chiquitas para generarlas en nuestro país. Y como no hay hechos aislados sino que todo es causa y efecto, nos permitimos una reflexión. Esto tuvo un comienzo cuando Corporación Navíos se instaló por los años 50 en un puerto palmirense, casi inactivo y desierto por aquel entonces, y luego siguió por la inversión y el desafío de Frigorífico Frigofrut, que fue por cierto una demostración de confianza en el futuro de muchas cosas y fue también visión de futuro, competencia y capacidad de respuesta. Luego vino Ence y llevó los barcos tronqueros al río Uruguay y a Fray Brentos y abrió una ventana en el mundo para Uruguay, con sus troncos, chips, madera aserrada, placas, etc.. Todo esto se vio reforzado cuando el río Uruguay fue desenclaustrado por las obras del canal Martín García a 32 pies, que a su vez generó otros estímulos. Y esto nos puso en vitrina internacional, cuyas reverberaciones llegaron hasta el comercio marítimo de Japón donde apareció Nueva Palmira como una opción para trasbordos. La figura zona franca fue una excelente herramienta de trabajo y los efectos continúan generándose con la llegada de Botnia cuyo paso inmediato fue la construcción de un puerto. Pero es un proceso que no se detiene y continúa provocando cambios en nuestra sociedad. Sus cambios sociales, económicos y desarrollistas, no paran de crecer y vaya uno a saber hasta que profundidades de la sociedad uruguaya llegaran los efectos adicionales y renovadores que traen las inversiones y la tecnología. Esta flota de barcazas es precisamente uno de los tantos cambios.
BARCAZAS. Esta compañía armadora (Transportes Fluviales Fray Bentos), de remolcadores y barcazas fluviales, también es el producto del joint venture del grupo Ontemar (30%) y Christophersen (60%) y será la responsable de transportar un millón de toneladas anuales desde el puerto de BOTNIA en Fray Bentos, hasta Ontur, en Nueva Palmira, a razón de una barcaza diaria de 3,450 toneladas de capacidad. Tanto en Fray Bentos como en Nueva Palmira las barcazas y camiones realizarán sus tareas de carga bajo techo para proteger la celulosa de las inclemencias climáticas, así que en ningún momento habrá riesgo para mantener la calidad de la celulosa.
Las dos primeras barcazas las está construyendo los Talleres Navales Tsakos y aquí viene otro de los efectos Botnia. Esta pasada semana visitamos los talleres Tsakos y presenciamos algunas instancias de los procesos de corte de las gruesas chapas de acero y la soldadura de las partes. Hace muchos años que en el Uruguay no se construyen naves para fines comerciales, que fue una artesanía destacada en pasadas décadas y hay toda una historia, de cuando diversos astilleros del litoral construyeron incluso buques de pasajeros para el cruce Buenos Aires- Colonia/Montevideo. Pero fue una actividad que se ha ido perdiendo y las explicaciones son bien conocidas. Las últimas construcciones salieron de los astilleros de Kambara, en Pajas Blanca. Bueno, ahora es una industria que va a renacer con este primer impacto comercial de TFF y posiblemente pueda continuar con la construcción de un dique flotante y sabemos de lo qué estamos hablando.
La construcción de dos barcazas se están haciendo en los talleres Tsakos sobre la calle Rondeau. Se armarán en tres o cuatro secciones las que irán siendo puestas a flote y soldadas por fuera y por dentro. Luego serán subidas al dique y allí se terminará la soldadura bajo la línea de flotación que antes no se pudo hacer.
Se estima que ambas barcazas estén prontas para abril del 2007. Posiblemente la tercera barcaza se construya en el dique de la Armada Nacional y la cuarta se tomará la decisión mas adelante. Para movilizar las barcazas se incorporan dos poderosos remolcadores que actuaran como trenes por empuje. El tren de barcazas esta pensado para dar salida holgada a la producción diaria de Botnia que está estimada en 3.500 toneladas diarias de celulosa. Cada barcaza de 88 metros de eslora por 13.50 metros de manga podrá cargar 3.500 toneladas. Las embarcaciones tienen doble fondo y doble casco y tapas escotillas herméticas. Así que, cada día saldrá una barcaza empujada por el remolcador con destino a los depósitos de la Terminal Portuaria que Ontur está construyendo en Nueva Palmira. Se afirma que la cuarta barcaza de este conjunto estará a la orden por cualquier contingencia. Las barcazas responden a un proyecto original adaptadas en sus características a las necesidades logísticas del movimiento de cargas de la empresa Botnia. TFF firmaron contrato con aquella empresa por 10 años y ello incluye el transporte de la producción de celulosa que produzca la empresa como así también los bienes que importe para su proceso industrial y que seguramente desembarcaran en Nueva Palmira.
OPERADOR. Rioestiba ha sido creado como operador portuario exclusivo de la Terminal de Ontur.
Para ello Rioestiba esta invirtiendo 3 millones de dólares en equipamiento incluyendo una grúa multipropósito que ya está en el puerto de Montevideo desde la semana pasada, una flota de 6 autoelevadores de 15 toneladas especializados en celulosa, una flota de cinco tractores y 15 trailers especiales de terminal (Mafis) 90.
Futuro para N. Palmira
Según cálculos proyectados se estima que el movimiento de cargas y tonelajes anualmente por la Terminal Nueva Palmira pasará a ser: Cítricos de exportación: 120.000 toneladas, celulosa: 1.000.000 toneladas, madera aserrada y elaborada, exportación y tránsito: 200.000 toneladas, contenedores, exportación, importación y tránsito: 5.000 TEU, Azúcar en sacos y big-bags, importación y tránsito: 30.000 toneladas.