¿Qué son los "gastos Halloween" y de qué manera se pueden mejorar para que no afecten el bolsillo?

A pesar de que hay gastos básicos que deben cubrirse en la vida cotidiana, existen algunos gastos silenciosos como los fantasma, hormiga y vampiro.

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Comercio digital, compras por Internet
"Gastos Halloween".
AFP

Redacción El País

Ahorrar puede tornarse complicado si uno cuenta con la necesidad imperiosa de consumir y gastar en productos y servicios de manera contínua, ya que hoy en día no hace falta salir de tu hogar para gastar. De manera online uno puede realizar compras impulsivas y hasta innecesarias. A pesar de que hay gastos básicos que deben cubrirse en la vida cotidiana, existen algunos gastos silenciosos que también pueden afectar tu bolsillo. ¿Cuáles son? Los “gastos Halloween” (fantasma, vampiro y hormiga).

En este Finanzas de Bolsillo analizaremos estos tres tipos de gastos para lograr identificarlos a tiempo, ya que de ser así, uno puede tener una mejor visión de sus gastos y, en consecuencia, lograr alcanzar determinadas metas financieras.

En relación a los gastos fantasma, Alan Babic, asesor financiero en Balanz, explicó que son aquellos que pasan desapercibidos, pero que se acumulan con el paso del tiempo, aunque a largo plazo terminan siendo parte importante de nuestro presupuesto final.

¿Qué ejemplos hay de estos gastos? Suscripciones a aplicaciones electrónicas, débitos por streaming (Netflix, Spotify, Star+, etc). La recomendación para este caso, según Babic, es intentar armar planes familiares, ya sea con familiares o amigos para así poder abaratar costos.

Por otro lado, Alessandra Crosignani, economista y creadora del programa financiero Concientizando, dijo que en primer lugar resulta necesario evaluar si todos los servicios contratados efectivamente se están utilizando, y con qué frecuencia (además de conocer qué peso tienen en el presupuesto familiar y si no lo están comprometiendo).

Luego, uno podría considerar si hay algún servicio que pueda contratarse de forma mensual, para así maximizar su uso, según Crosignani.

“Otra práctica que se puede adoptar es suscribirse de a uno, sacar el máximo provecho, y luego pensar en contratar un nuevo servicio. Y así, hasta llegar al número ideal de membresías a utilizar, sin perjudicar el presupuesto familiar”, agregó.

En este caso, este tipo de gastos generalmente no se ve y pasa desapercibido a la hora de pagar tus cuentas, por lo que el problema puede llegar a repetirse mes tras mes. Por ello, un buen balance como mencionaron previamente puede ayudar a eliminar aquellos que en realidad no aprovechás.

Por otra parte, están los gastos hormiga o los llamados emocionales, ya que alteran nuestro estado de ánimo. Según dijo Babic a El País. Son los pequeños gastos del día a día. De hecho, los mismos pueden no estar planificados de antemano y muchas veces son impulsados por las emociones.

¿Qué tipo de ejemplos podemos encontrar en este sentido? Salidas a comer con amigos, parejas, compras de café o snacks por la tarde. Para estas ocasiones, el asesor financiero de Balanz recomendó hacerle frente a estos gastos adelantándose a que puedan pasar. ¿Cómo? Llevando un snack o bebidas desde tu casa y no comprarlas afuera, por ejemplo.

En tanto, Crosignani sostuvo que los gastos hormiga son “enemigos que perjudican nuestras finanzas frustrando nuestros objetivos financieros”, los cuales “pocas veces son considerados en los presupuestos”.

“Una golosina después del almuerzo, el agua que me olvidé en casa, una merienda fuera de hora, suman día a día, semana a semana y mes a mes. Los pequeños agujeros también hunden un barco”, agregó.

En ese marco, explicó que “hacer la cuenta es revelador”, ya que, por ejemplo, si usamos $ 50 para los gastos hormiga (que en principio pueden parecer inofensivos) en un año son $ 18.250. Por esa razón, “pasar un peine fino al menos una vez” es una buena práctica para salir de la inercia, es decir, a través del cambio de algunos hábitos para así enfocarse en los objetivos, dijo Crosignani. ¿Qué quiere decir con esto? Se debe incorporar determinados comportamientos, como llevar una botella para poder recargarla siempre y llevar la merienda desde casa, por ejemplo.

“Son conductas que cuidan el bolsillo y nos afirman que si se pueden cumplir los objetivos financieros que nos hayamos propuesto”, afirmó.

En este caso, haciendo referencia a los gastos hormiga, Marcela Romero, coordinadora del Programa de Planificación Financiera en BECA Advisors, dijo que todos aquellos pequeños gastos que hacemos diariamente y son evitables, generan “un impacto importante y cuantioso en el largo plazo”.

Por ello, opinó que la consciencia financiera para tener hábitos saludables respecto al control de los gastos es fundamental para que podamos identificar fácilmente las áreas en donde se filtran estas salidas.

“Algunos tips de fácil implementación son tener nuestro presupuesto diseñado, priorizar ahorrar antes que gastar compulsivamente, planificar las compras y buscar opciones más económicas. Cada pequeño ahorro cuenta a largo plazo y hay que aplicarlos con inteligencia”, agregó Romero.

Por último, nos podemos encontrar con los llamados gastos vampiro. En este caso, Babic explicó que son aquellos que a pesar de ser fijos y necesarios para nuestra vida cotidiana, muchas veces son difíciles de calcular. Estos pueden ser el pago de servicios como luz, agua, gas, gastos comunes, salud y alquileres.

Para prevenirlos conviene, según Babic, tratar de contratar tarifas inteligentes como en el caso de UTE y dividir los gastos en los casos donde uno convive con la pareja y tener una especie de “economía de pareja”.

“Los gastos que sí o sí son necesarios son los vampiro, pero los fantasma y los hormiga, que tienen más que ver con la emoción, son los que tenemos que tratar de atacar”, dijo Babic.

“Hay que poner en la balanza la satisfacción de lo que nos dan (los gastos fantasma y los hormiga)y ver cuanto nos influye en nuestro presupuesto. Las emociones son difíciles de combatir y por eso hay que dejar cierto espacio para darnos los gustos pero siempre generando conciencia y planificando que una parte de nuestro presupuesto se destine a esos gastos”, concluyó el analista de Balanz.

¿La tarjeta de crédito puede ayudarnos a hacerle frente a estos casos?

Dependiendo del uso que se le de mensualmente

Para el asesor de Balanz, Alan Babic la tarjeta de crédito permite, por un lado, ser organizado ya que previamente podes armar un presupuesto y hacer un seguimiento regular de las cuentas y los gastos. Además, permite acceder a descuentos en ciertas compras y pagos automáticos a suscripciones y servicios. Sin embargo, también indicó que la tarjeta de crédito puede llevarte a tomar gastos impulsivos ya que “es fácil” simplemente decir “me tomo el café ahora, total me viene después en la cuenta y ahí veo”. En este caso, se toma como un gasto del futuro y no del presente, lo cual no está bien, según Babic.

También puede ocurrir que con la tarjeta de crédito uno se suscribe a un servicio y luego por algún motivo lo deja de usar y termine olvidándose de cancelar el servicio y, por ende, uno sigue pagando por algo que ya no usa. “Hay que limitar el uso de la tarjeta de crédito para compras importantes y planificadas, y si las usamos en actividades discrecionales elaborar un presupuesto mensual previo para aquellos gastos y evaluar a fin de mes si se llega al objetivo. Cada uno define lo que es importante para uno y su familia, la clave es disfrutar pero generando conciencia y manteniendo un balance”, agregó.

Por su parte, Alessandra Crosignani dijo que la tarjeta de crédito puede mostrarse como una ventaja si se quieren centralizar todos los consumos en un único medio de pago, para así luego hacer el control de dichos gastos en un solo lugar. En ese sentido, recomendó sentarse una vez al mes para estudiar y visualizar como uno ha confrontado esos gastos, para ver qué se puede mejorar para la siguiente ocasión.

Claves para organizar mejor las finanzas

Armar un presupuesto personal y registrar tus gastos a diario es la primera clave para empezar a ordenar tus finanzas. Tenés que conocer muy bien cuáles son tus ingresos mensuales y tus gastos. Para eso, lo mejor puede ser una agenda, una planilla Excel, las notas del celular o una app de registro de gastos.

Es clave registrar los gastos diarios con el objetivo de ir armando un presupuesto lo más completo posible, entonces hacerlo tiene que convertirse en un hábito.

El segundo paso es conocer el porcentaje de ingresos que destinás a tus gastos fijos. Los gastos fijos son aquellos que sí o sí hay que afrontar, como la luz, el alquiler y los gastos comunes de un edificio, por ejemplo. Conocer cuánto representan estos gastos permitirá prepararte para saber si en algún momento tus ingresos corren riesgo, disminuyen o desaparecen. También, cuánto dinero necesitarías por mes para poder pagar estos gastos fijos.

La tercera clave es controlar tus deudas. Es importante identificar el porcentaje de tus ingresos que corresponde a deudas. Pueden ser: deudas a familiares o amigos, préstamos de cualquier tipo o tarjetas de crédito. Tus deudas no deberían superar el 35% de tus ingresos totales.

Otra clave es definir objetivos de ahorro. Para poder mantener tus finanzas ordenadas, es fundamental definir objetivos a mediano plazo y largo plazo. Esos objetivos permitirán tomar perspectiva y analizar cuándo un gasto es necesario y cuándo no.

(En base a La Nación / GDA)

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