El ingeniero Oscar Acuña, del Centro Nacional de Investigaciones de electrones Beam de la Universidad de Texas A&M, con experiencia técnica en el Departamento de Energía de Estados Unidos, estuvo en Montevideo para presentar los resultados de un estudio de factibilidad para la instalación de una planta de irradiación de alimentos en Uruguay, encargado por el gobierno.
En ese marco, habló con El País sobre los desarrollos que están realizando en la universidad estadounidense para mejorar la calidad de los alimentos para humanos y animales, potenciar el efecto de las vacunas como la del covid y convertir las aguas residuales en bebibles.
¿Qué análisis realizan sobre la crisis alimentaria mundial en la Universidad de Texas A&M?
Es un tema crítico que los conflictos internacionales que estamos viendo en varias partes del mundo afecten los sistemas productivos y la distribución de alimentos seriamente, lo cual no garantiza la accesibilidad a los alimentos. Aparte de eso, lo que vemos que, históricamente, el 30% de los alimentos se pierde por falta de sistemas de preservación. La mayoría de los países en desarrollo no los tiene, lo cual es lamentable porque serviría para alimentar a muchísima gente y para darle un ingreso económico mucho mejor a los territorios.
¿Qué es lo que más pesa: la escasez de alimentos, la mala distribución o las pérdidas por falta de preservación que usted comenta?
El hecho de que se está produciendo menos, por los efectos del cambio climático, es lo que está afectando seriamente a muchos países que tradicionalmente eran el “granero del mundo”. El problema en Ucrania continúa por el conflicto bélico, que ha afectado todos los sistemas de importación y exportación. Mucha de la producción de trigo, que es uno de los productos claves en Europa, está limitada en Ucrania porque todos sus recursos están apuntando a la parte militar. Entonces, la productividad agrícola se ha descuidado y el producto se ha encarecido enormemente. Por su parte, Vietnam, que era el país número uno en exportación de arroz, ha disminuido su producción en 40%. Esto ocurre porque las zonas donde el arroz se producía, que eran humedales, hoy son sequías. Actualmente, Vietnam, que era un exportador de arroz, ahora tiene que importar de Tailandia.
¿Qué reflexión le merece Uruguay, que es productor de trigo?
A Uruguay se le abren nuevas oportunidades de mercados. Mercados que antes eran abastecidos por Ucrania o Rusia, o de otros países productores que hoy en día no tienen acceso, Uruguay podría suplir ese faltante. Hay oportunidades de aumentar sus exportaciones en varios puntos, que antes no se exportaba por cuestiones geográficas o por los costos de transporte.
Es una oportunidad para Uruguay, pero también hay que tener en cuenta el precio del combustible a nivel internacional, que por períodos ha aumentado como impacto de la guerra. ¿Cómo queda esa ecuación?
Los países necesitan de los productos. Aunque tengan que pagar un poco más por el transporte, es mejor eso que no tenerlos. El precio del combustible para exportar puede ser alto, pero los mercados compensan. Ahí también entran en juego las distintas tecnologías disponibles en la producción, porque abaratan costos a todo el proceso.
¿Se refiere a las tecnologías de radiación ionizante que desarrollan en la Universidad de Texas A&M?
Tradicionalmente hemos utilizado ciertos equipos que dependen del petróleo, pero hay tecnologías innovadoras que no usan petróleo y ayudan a mantener o incrementar la productividad de los países, o mejoran la calidad de los alimentos, como la producción de aceleradores de electrones, que son tecnologías limpias. Son técnicas que prolongan la vida de los alimentos, no dejan ningún residuo, no alteran las propiedad del sabor o textura y agregan valor.
¿Lo ven como una manera de combatir la crisis alimentaria?
Sí, se ha comprobado que cualquier producto, ya sea una fruta, pescado o carne vacuna, que se irradia mata todas las bacterias, virus, patógenos. Los microorganismos se eliminan, pero el producto no se altera. Ahí vamos al tema de la seguridad alimentaria, porque si tenemos la posibilidad de que los países puedan usar ese tipo de tecnologías que aumentan la vida de los alimentos en los anaqueles, se puede garantizar un mayor abastecimiento. Las frutas secas, el mango, la guayaba, alargan su vida entre 4 a 6 semanas cuando están ionizadas, lo cual es muy importante sobre todo para la exportación. Estamos hablando que Uruguay, por ejemplo, podría exportar más a mercados lejanos.
Muchos países de la región no pueden invertir en tecnologías de irradiación para conservación de alimentos. ¿Hasta qué punto es realista la propuesta?
Creo que deben evaluar adecuadamente el costo-beneficio. Es cierto que muchos de los países en desarrollo están sufriendo crisis económicas, pero invierten en otras cosas. En la industria turística, por ejemplo, hay inversiones millonarias. Se invierten 70 millones de dólares para construir un complejo turístico y esta tecnología cuesta 10 millones de dólares, en promedio, con un enorme beneficio social. Hablamos de seguridad alimentaria, de sanidad, de comer comida más segura, con menos virus, bacterias o patógenos. Esto evita tener que gastar una cantidad enorme de dinero en tratar enfermedades provenientes de la mala calidad de los alimentos.
¿Con qué otros países de la región están trabajando con estas tecnologías?
Con México, Perú, Colombia, Ecuador. Al igual que con Uruguay, en Argentina estamos haciendo un estudio de factibilidad para instalar una planta, lo veníamos trabajando con el gobierno anterior, pero el actual, que tiene un enfoque mayor en materia de exportaciones, le dio lo avaló.
¿La utilización de las tecnologías de irradiación para alimentos están permitidas por la Unión Europea (UE)?
Con respecto a la Unión Europea, hay un reto muy grande, porque como tal no ha aprobado el uso de la tecnología de irradiación para alimentos. La aprueba para otros usos, como por ejemplo, para equipos médicos. Para el cannabis sí la acepta, porque es para uso medicinal. Pero el uso de la tecnología nuclear y la de irradiación, la UE las pone al mismo nivel de energía nuclear. Sin embargo, algunos países la aceptan, como Francia en relación a las especias (condimentos) irradiadas. Creemos que, como universidad, eso va a tener modificaciones, porque el cambio climático está trayendo problemas a los países europeos que no tenían antes, como pestes o insectos que están llegando. Entonces, la Unión Europea verá que la irradiación ayuda a controlar ese tipo de problemas.
¿Esa posición de la UE puede ser una limitante al querer exportarle alimentos irradiados?
No creo, porque en la Unión Europea hay posiciones no favorables a la energía nuclear y algunos países están desmantelando las centrales nucleares de producción de energía, como Alemania, pero el uso de las aplicaciones nucleares en algunos países europeos se da, por ejemplo, en Francia. En Bélgica y Holanda la usan para irradiar alimentos y productos médicos. O sea, depende de la posición de cada país. Si Uruguay va a exportar productos irradiados a Europa, tendría que discutirlo con cada país en particular y establecer acuerdos de exportación de país a país.
¿Qué otras demandas les plantean las empresas para desarrollar en la universidad?
Hay un gran interés de parte de las empresas por remediar los impactos del medio ambiente a nivel de las aguas residuales. Nos preguntan cómo tratar las aguas residuales municipales para poderlas reutilizar, que se puedan beber o usar para la agricultura. Hay tecnología muy efectiva en eso, que requiere solo electricidad.
¿Cuáles son las tendencias en las áreas tecnológicas aplicadas?
Lo que seguiremos viendo son, como decía, los tratamientos para asuntos medioambientales, como las aguas residuales y también los gases provenientes de las plantas industriales que producen gases tóxicos, pero se pueden tratar. Otro tema muy importante son los alimentos irradiados para mascotas. Esto tiene mucho futuro. En Estados Unidos, se dice que de cada diez familias, ocho tienen una mascota, y la gente prefiere comprar alimentos irradiados, que saben que es sano, para que su mascota no tenga ningún problema de salud. En la Universidad también estamos irradiando vacunas.
¿Qué tipo de vacunas, y qué efecto produce la irradiación en éstas?
Se puede irradiar prácticamente cualquier tipo de vacuna, sobre todo las de enfermedades infecciosas, como el covid o la influencia. Si se irradia, aumenta su potencia. Entonces, se requieren menos dosis al ser más efectiva. Ahora se le dice a las personas que necesitan dos o tres dosis, por ejemplo con el covid, pero con las vacunas irradiadas, solo una dosis es suficiente. La influenza es una las vacunas que estamos irradiando en Texas, todavía estamos a nivel experimental, pero con resultados muy buenos.
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