La cruda advertencia de un organismo: “América Latina está enferma de bajo crecimiento”

¿Qué es el nearshoring, el friendshoring y el derisking? Destacados ponentes hablaron sobre la nueva agenda mundial, los riesgos que corre el multilateralismo y cómo han ido surgiendo nuevas formas de comercio.

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Ponentes. El evento “Diálogos sobre el futuro de Uruguay. La inserción económica internacional” estuvo organizado por las Naciones Unidas.
El evento “Diálogos sobre el futuro de Uruguay. La inserción económica internacional” estuvo organizado por las Naciones Unidas.
Foto: Francisco Flores

Una mayor inserción económica internacional y la defensa del multilateralismo, ambos en riesgo en el mundo actual, fueron los ejes de “Diálogos sobre el futuro en Uruguay”, un evento organizado por las Naciones Unidas ayer en el edificio Mercosur, con representantes de diversas embajadas, organismos y académicos.

La tónica fue realista por parte de los conferencistas, quienes hicieron referencia a un “mundo convulso, dividido, con cada vez más guerras y menos paz”, en franca alusión a la guerra en Ucrania y en Medio Oriente, entre Israel y el movimiento terrorista Hamás.

En ese contexto internacional (con una globalización que ha cambiado, más tendencias al proteccionismo, alta inflación y amenazas a las cadenas de valor en el comercio), la región de América Latina y el Caribe no está bien parada.

De hecho, “esta región está enferma de bajo crecimiento, justo cuando se requiere mayor resiliencia”, dijo José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), órgano de las Naciones Unidas.

Según la Cepal, entre 2014 y 2023 la región creció a menos de la mitad de lo que creció en la “década perdida” de los 80. En 2020 (durante la pandemia del covid-19), hubo una caída de la actividad de 6,8%, para crecer 6,7% en 2021 y desacelerarse a 3,8% y 1,2% en los últimos dos años, respectivamente. Cabe aclarar que las dificultades para crecer en la región no se debieron solo al impacto negativo de la pandemia, sino principalmente a problemas estructurales de los países.

Pero, para manejarse mejor en el escenario internacional actual, altamente complejo, la región debería tener un crecimiento más sólido, y mayor. Uruguay (mejor posicionado que el resto de la región en muchas áreas, como estabilidad jurídica y en el frente tecnológico), no es la excepción en cuanto a su bajo crecimiento.

Hoy el desarrollo pasa por la transformación digital, la sostenibilidad, el cuidado del ambiente, la inclusión social, las igualdad de género. Esto también marca la agenda comercial. “Solo creciendo se puede crear empleos de calidad. De lo contrario, no se puede ser inclusivos, ni nada”, dijo Salazar-Xirinachs.

Cambios

Los conferencistas mostraron cómo, en los últimos 30 años, la globalización “dejó de ser lo que fue” (basada en reglas bastante aceptadas por todos) y se avanza en una reconfiguración de los regionalismos, con dinámicas comerciales basadas en figuras como el nearshoring (prestación de servicios a mercados cercanos para evitar los imprevistos de los conflictos a distancia), el friendshoring (relaciones con países que se consideran aliados económicos y políticos), o el derisking (que es la búsqueda de la eliminación de riesgos en general).

Así, muchos regionalismos se caracterizan ahora por mayores tendencias proteccionistas, en medio de la pugna de las potencias por la supremacía tecnológica y una mayor preocupación por la seguridad a todo nivel. “Antes se hablaba de la seguridad militar, pero ahora de la seguridad energética, seguridad alimenticia, seguridad en la manufactura”, hizo notar Salazar-Xirinachs.

Rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) -quien participó por videoconferencia- habló sobre cómo han surgido nuevas potencias mundiales (con China a la cabeza y un mayor peso de los BRICS -Brasil, Rusia, India y Sudáfrica además de China-), lo que mueve otros intereses.

Todos estos cambios significan que los países deberían transformar sus modelos de desarrollo para fortalecerse internamente y competir mejor en el nuevo tablero internacional.

Uruguay

Para Nicolás Albertoni, subsecretario de Relaciones Exteriores de Uruguay, existen espacios de coyuntura crítica (que tienen que ver con la acumulación de las crisis mundiales de las últimas décadas) y, en ese contexto, “Uruguay defiende el multilateralismo”, afirmó.

Albertoni señaló que el listado de temas de los acuerdos comerciales (que comenzó prácticamente solo con el tema de los aranceles), se ha multiplicado en su contenido; actualmente son tan amplios y diversos, que incluyen cláusulas sobre igualdad de género y mayores requerimientos sanitarios y de sustentabilidad, que hay que cumplir.

“La inserción internacional en sí misma no alcanza; tiene que generar o drenar desarrollo productivo y social en lo interno de los países”, advirtió Albertoni. Asimismo señaló que la interconexión que debe existir entre los países, a veces está puesta a favor del proteccionismo, por lo que conviene estar alertas. Sobre el friendshoring, consideró que podría ser visto como “discriminatorio en el comercio”.

Pablo Ruiz-Hiebra, coordinador residente de las Naciones Unidas en Uruguay, también hizo referencia a la importancia de rescatar el mensaje del multilateralismo y el desarrollo sostenible. A su entender, “Uruguay está en una posición de dar un salto al desarrollo, si da pasos audaces en ese sentido”, agregó.

Michelle Muschett, directora regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) destacó la importancia de reforzar las instituciones sólidas en el contexto internacional de desconfianza, y la buena gobernanza.

Además

Prepararse para acuerdos bajo el “pacto verde europeo”

Teresa Aishemberg, asesora global senior y ex secretaria ejecutiva de la Unión de Exportadores (UEU), señaló que “estamos a solo siete años de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de 2030”, y lejos de alcanzar esos compromisos.

Consideró que las nuevas exigencias en el comercio, vinculadas a criterios de sostenibilidad como los que está imponiendo la Unión Europea con el “pacto verde europeo”, no son fáciles de aplicar, y que el empresariado uruguayo está haciendo esfuerzos en ese sentido, porque hacia ese lado va el mundo.

“Los gobiernos también están adoptando nuevas iniciativas, como la basura electrónica, sistemas de reciclaje, formación de capital humano en estos temas, promoción de la innovación”, agregó. “Hay desafíos climáticos, ambientes y económicos”, reafirmó.

Los principales desafíos que identifica Aishemberg en esta coyuntura son los desarrollos normativos y de inversión público y privada, además del control de la calidad del gasto (por parte de gobiernos y empresas).

A esto se le suman los retos de tener que generar consensos a nivel de partidos políticos y en el ámbito empresarial y con los trabajadores. “Más allá de las diferencias, hay que definir la misma estrategia de inserción internacional para Uruguay”, afirmó.

Una reciente encuesta de la UEU que buscó determinar cómo están paradas las empresas exportadoras en Uruguay en materia de sostenibilidad, muestra que están mejor evaluadas en programas eficientes de agua, energía, residuos sólidos y afluentes, y etiquetados. En ese sentido, están bien encaminadas para una “certificación verde” en esta materia, pero donde más les falta es a nivel de diálogos con los grupos de interés, medición de objetivos (por ejemplo, medir los avances en la disminución de la huella de carbono), y en reportes e informes. La obtención de un “certificado verde” será condición sine qua non para una mayor inserción internacional en mercados cada vez más exigentes.

Nuevos sectores que dinamizan, como el litio

La Cepal considera que América Latina tiene oportunidades de relocalización de su producción, con el impulso de nuevos sectores dinamizadores como el del litio, vinculado a la movilidad eléctrica que está ganando espacios en los diversos países. La comisión promueve el desarrollo productivo abierto al mundo, pero con un enfoque territorial local marcado y con estrategias integradas, incluso entre los países de la región, a diferencia de la tendencia actual de trabajar los temas centralizadamente.

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