Redacción El País
El Banco de Previsión Social (BPS) ofrece dentro de sus prestaciones en 2025 una partida económica para personas que puedan beneficiarse de terapia con equinos.
Quiénes acceden al apoyo de BPS para equinoterapia
Según informa BPS en su página web, esta prestación económica aplica para algunas personas con discapacidad a partir de los dos años de edad. Quienes pueden acceder a este apoyo son específicamente quienes requieran asistir a centros de equinoterapia y tengan un vínculo de algún tipo con BPS.
El monto a cobrar y cómo se debe tramitar
El monto a cobrar en 2025 por esta prestación es de $ 2.531, indica BPS. Se trata de un pago mensual que se realiza al proveedor correspondiente.
Además, los beneficiarios que reciban este apoyo económico podrán renovarlo a los dos años de ser otorgado.
La solicitud de tratamiento se debe gestionar directamente en el centro de equinoterapia que elija el beneficiario, quien se encargará de la tramitación ante BPS. El comienzo del tratamiento está sujeto a la disponibilidad de cupos de cada centro, agrega BPS. Se puede ver más información haciendo clic aquí.
Cómo funciona la equinoterapia
El tratamiento con caballos puede ser aplicado como terapia complementaria o alternativa en niños y adultos. Sus beneficios abarcan desde aspectos físicos y cognitivos hasta emocionales y sociales. El trabajo se desarrolla a través de tres principios terapéuticos: los impulsos rítmicos que el animal transmite al jinete, que varían entre 90 y 110 por minuto; el patrón de marcha, que posibilita la relajación y la reconexión de terminales nerviosas; y el calor corporal que desprende del animal, que es siempre superior al del cuerpo humano, y por lo general ronda los 38 grados.
Las sesiones de equinoterapia pueden durar hasta una hora. En ellas se hacen una serie de ejercicios, de acuerdo a la necesidad de cada persona. “Hay ejercicios que se practican y con ellos se van logrando la rehabilitación ya sea del tronco, de las piernas, de la cabeza o del cuello. Se trabaja mucho la relajación del brazo y de las piernas, la lateralidad, el equilibrio. Para las personas que no pueden andar, ir a caballo es como si estuvieran caminando. Y todos estos patrones se van grabando a nivel cerebral y provocan un montón de respuestas que benefician mucho al paciente”, introduce la psicóloga y equinoterapeuta Verónica Pereira (47).
Por otro lado, la experta destaca que los beneficios emocionales y psíquicos de lo que implica vencer el miedo al animal, conectarse con él y conquistar la confianza para montarlo, son fundamentales. “Implica fortalecer la autoestima porque impacta en la seguridad. Lograr ir al paso, después al trote y al galope, pide mantener el equilibrio y esto, unido al placer de hacer una actividad, genera un montón de beneficios a nivel hormonal”, añade.