Firma uruguaya en el centro del fraude financiero de Parmalat

| La compañía local fue creada en 1996 bajo el régimen de una sociedad anónima financiera de inversiones

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IVAN KIRICHENKO/OSCAR VILAS

Una empresa uruguaya, filial de la multinacional Parmalat, es sindicada como uno de los principales canales a través de los cuales se desviaron, al menos, parte de las fabulosas sumas que originaron un agujero contable del grupo lácteo que hasta ahora se valúa en unos U$S 12 mil millones, y que amenaza con seguir creciendo a medida que avanzan las investigaciones. Se trata de una sociedad anónima financiera de inversión (SAFI) con la cual Parmalat Uruguay asegura no tener ninguna relación, pese a lo cual ambas empresas comparten la misma dirección.

"No sé dónde fue a parar el dinero que buscan. Pero puedo dar dos pistas interesantes. Revisen dos sociedades del grupo: Carital do Brasil y Wishaw. No conozco bien este asunto, lo único que sé es que en ellas terminaron monta-ñas de dinero", declaró a la justicia italiana Gianfranco Bocchi, uno de los contables de Parmalat, detenido por la quiebra de la firma italiana.

Bocchi, al igual que el ex director financiero Fausto Tonna, también detenido desde finales de diciembre por la millonaria quiebra del coloso, decidió colaborar con los jueces que indagan sobre el agujero contable de más de 10.000 millones de euros (U$S 12.000 millones).

REITERACION. En las últimas horas la compañía con sede en Uruguay, Wishaw Trading SA, ya había aparecido vinculada al desvío de dinero de Parmalat. El domingo pasado el diario brasileño Folha de Sao Paulo divulgó que la firma fue destino de algo más de U$S 200 millones entre los años 1996 y 2002, enviados desde Parmalat Brasil y sus empresas controladas.

Según datos en poder de una comisión parlamentaria brasileña, que investiga giros al exterior que presuntamente pueden constituir crímenes económicos que cita el diario, en ese lapso las empresas controladas por Parmalat remitieron al exterior 1.700 millones de reales, alrededor de U$S 600 millones. La empresa uruguaya fue el segundo mayor destino superado solo por Parmalat Participaciones de Brasil con sede en Nueva York, a la que se giraron unos U$S 212 millones en ese período.

Un vocero de Parmalat Uruguay consultado por El País dijo haber escuchado hablar de Wishaw Trading, que no figura en la guía telefónica de Montevideo, pero aseguró que no tiene "ninguna relación" con la empresa láctea local.

Un balance de Parmalat Spa, la empresa madre, correspondiente a 2002 publicado en Internet da cuenta que la sede de la compañia montevideana es en Plaza Cagancha 1335, piso 7, donde están ubicadas las oficinas uruguayas de la consultora KPMG.

MUDANZA. Consultado por El País, Carlos Larrimbe, director de KPMG, explicó que Parmalat Uruguay es cliente de la consultora y que, a pedido de ésta, alrededor de 1996 asistió a Parmalat Brasil en la conformación de Wishaw Trading en el régimen de las SAFI, empresas que en el país actúan bajo la supervisión de la Auditoría Interna de la Nación.

El ejecutivo precisó que "como es de uso" cuando se creó la SAFI constaba la sede de KPMG como su sede, pero que depués su dirección fue trasladada a Millán 4551, dirección en la que está ubicada la administración de la láctea local. El cambio de dirección se habría producido en el año 2000, según dijeron otros informantes. Por otra parte, Larrimbe aseguró que KPMG "no lleva la contabilidad ni audita" a Wishaw Trading.

En Uruguay existen, al menos, cinco empresas que tienen vinculaciones con Parmalat según los datos contenidos en el balance mencionado antes.

Se trata de Lactería SA, 100% propiedad de Parmalat Spa; Parmalat Uruguay, de la que es dueña Lactería; Wishaw Trading, cuyo paquete accionario está en manos de Parmalat Spa (16,67%), Parmalat de Venezuela (30%), Parmalat Paraguay (30%) y Parmalat Participacoes de Brasil (23,33); Alfrelan SA, de la que es dueña Parmalat Spa; y Gelatería Parmalat Uruguay, propiedad de Gelatería Parmalat de Luxemburso (90%) y Parmalat Soparfi, una financiera también de Luxemburgo.

Posiblemente las investigaciones de la Justicia italiana sigan arrojando derivaciones en los próximos días y no es de descartar que las acciones puedan extenderse a otros países de América Latina, entre ellos Uruguay.

Las SAFI sólo pueden operar con el exterior

Las Sociedades Anónimas Financieras de Inversión (SAFI) tienen como objetivo básico realizar inversiones y desarrollar actividades comerciales en el exterior, lo que incluye las operaciones de intermediación de comercio exterior entre terceros países.

Fueron creadas por una ley de junio de 1948, y la Auditoría Interna de la Nación (AIN) aprueba en promedio por año los estatutos de 4 mil nuevas SAFI, aunque muchas de ellas no está operativas (El País, 6/3/01).

"Estas sociedades no pueden desarrollar su actividad o realizar inversiones en el Uruguay, pero sí pueden mantener cuentas bancarias en moneda extranjera en territorio nacional", explicó a El País el experto en Derecho Tributario Félix Abadi.

Según la normativa vigente, las SAFI están sujetas a un "régimen tributario de excepción" por el cual, si cumplen una serie de requisitos, pagan un impuesto que corresponde al 3 por mil anual, que se calcula sobre su patrimonio líquido, más aquellos pasivos que superen el doble de ese patrimonio.

Las SAFI están incluidas en el régimen general de sociedades de capital en materia de organización y funcionamiento, por lo cual deben tener asamblea de accionistas, directorio, y estatutos propios, indicó Abadi.

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