La economía argentina registró en los últimos años tasas de crecimiento que demuestran una sostenida vitalidad, cuando se cumplió ayer un quinquenio de la declaración de la moratoria más grande de una deuda en la historia, que crispó los mercados mundiales.
Si bien el default fue previsible, el ex presidente Adolfo Rodríguez Saá declaró el 23 de diciembre de 2001 la suspensión de los pagos de la deuda externa de U$S 132.000 millones (46% del PIB).
La moratoria se produjo en medio de la mayor crisis económico-social e institucional de Argentina y corrió como reguero de pólvora en los principales centros financieros internacionales.
Tres días antes había tenido lugar una rebelión popular que dejó 30 muertos en todo el país y obligó a renunciar a la presidencia a Fernando de la Rúa. En el lapso de siete días, se sucedieron cinco mandatarios de extracción peronista.
"¡Argentina, Argentina!", corearon entre vivas y aplausos parlamentarios y el público instalados en el Congreso cuando el sucesor de De la Rúa, hizo el anuncio en su discurso de investidura, luego de ser elegido por la Asamblea Legislativa.
"El pago de la deuda ha sido el más grande negociado económico que se haya vivido. El Estado argentino suspenderá el pago de la deuda externa", afirmó Rodríguez Saa. AFP