Aparentemente el gobierno está decidido a darle guerra a toda burocracia que lo que hace es justificar salarios, burocracia no productiva, trabadora, engorrosa, la que no apuntala al usuario.
Desde El Ministerio de Economía y Finanzas, nos han convocado a esos efectos.
El rol del Estado es determinante y el cumplimiento de sus cometidos, debe contribuir al desarrollo de los ciudadanos.
Conrado Ramos, otrora Director Nacional del Servicio Civil, que se ha preocupado y ocupado como nadie del tema que nos ocupa, menciona que existe una idea de un “Estado facilitador” y agrega que se basa en reconocer dos hechos fundamentales.
Por una parte, la relevancia de la iniciativa privada con una acorde estructura de incentivos. Es decir, las empresas asumen riesgos, invierten, generan crecimiento que luego se concreta en mayores fuentes de trabajo y bienestar. En nuestro sector lo vemos cotidianamente. Y vaya que se asumen riesgos de todo tenor.
Después está la relevancia del contexto institucional que provee el sector público. El Estado debe aportar previsibilidad y reglas claras para la inversión, pero además se transforma en “facilitador” cuando logra proveer servicios públicos universales de forma eficiente e inclusiva, promover estructuras con bajos niveles de burocratización. La digitalización que se instaló debería ayudar a esto último. Puro sentido común.
Es necesario instalar la idea de un Estado activo y competente y no nos referimos tanto a su tamaño y a su capacidad. Es menester que las distintas organizaciones públicas puedan cumplir sus cometidos en tiempo y forma, facilitando la vida de las personas, las empresas y no que sean inoperantes y tronchen actividades que dinamizarían mucho la economía. Reitero que lo vivimos en nuestro sector, con demoras interminables en distintos estamentos que socavan toda la energía para la inversión.
También acota Ramos que contar con un servicio civil profesional motivado y evaluado, un presupuesto público basado en productos y resultados, así como planes de digitalización que identifiquen mejoras a realizar, son pilares claves.
Modernizar el Estado es un esfuerzo muchas veces invisible, no hay cintas para cortar y nichos de resistencia a vencer. Hay una cultura enquistada de décadas y décadas, que muchas veces no se acompasa con la realidad del momento y con la necesidad de adoptar decisiones rápidas.
Pero reducir tiempos, eliminar costos artificiales y limitar la tendencia al aumento del gasto público es enorme.
Por eso las empresas (representadas en este caso por APPCU, pero en términos generales), tenemos un rol para transitar hacia un Estado enfocado en los ciudadanos y facilitador de la iniciativa privada.
Las organizaciones públicas, en lo pertinente, deben rever sus procesos, asegurándose que cada actividad que se realiza tiene un resultado medible y agrega valor, de eso deben estar convencidos quienes ejercen el servicio público y el ciudadano que, en definitiva, financia la labor con el pago de impuestos.
Por eso la discusión sobre si es más o menos Estado, debe encauzarse por otro lado y debe dirigirse a la “calidad” del servicio y al compromiso que se asume con el ciudadano para que éste logre la satisfacción de su cometido. Ni que hablar el compromiso que asumen los funcionarios, que deberán comprometerse con la tarea, con el buen servicio y ser acicateados debidamente en función de su productividad.
Hemos propuesto la idea de crear comisiones bipartitas de trabajo con los distintos estamentos del Gobierno nacional o departamental, para agilizar la tarea, para que se reciban de primera mano las inquietudes y se actúe en consecuencia. No queremos privilegios de ningún tipo. Sucede que los promotores invierten mucho dinero, se necesitan respuestas con premura para que la inversión se lleve a cabo y lo que es más importante, se demande mano de obra por doquier (directa e indirecta). Círculo virtuoso por donde se lo mire.
Poner el tema encima de la mesa ya es positivo y además refiere a un tema que contribuye a alentar a invertir y no estar al socaire de expectativas desalentadoras.