La educación es el camino más efectivo para el crecimiento, se trate de un país o de una persona.
Es el proceso por el cual la capacidad de desplegar vida y fuerza, se concreta.
Hay que educar y educarnos para mejorar la forma de relacionarnos, para generar capacidades de comunicación, para que podamos conocernos mejor y para saber que queremos y como lograrlo.
Los países que tomamos como referencia en desarrollo, algunos asiáticos, Irlanda, Nueva Zelanda, tienen el 80% de su población con el bachillerato terminado y al 60% con títulos universitarios.
En nuestro país el promedio es de 30% y 15%...
Sin duda apuntar al desarrollo implica aumentar los niveles de educación y capacitación.
Precisamente en capacitar obreros, trabaja el sector. Lo lleva a cabo con buen suceso, tanto a través del Fondo de Capacitación (FOCAP), como con el concurso del INEFOP (Instituto Nacional de Empleo y formación profesional), donde en su ámbito se ha creado un Comité
Sectorial de la Construcción, apuntalando con fondos, la capacitación obrera.
Miles de obreros se vienen capacitando con el citado Focap y el apuntalamiento de Inefop, cuando es requerido. Hemos expresado en un editorial pasado, la vorágine instructiva que ofrecemos en APPCU, con un espectro de temas muy amplio, con un denominador común, conocimiento.
El dinamismo que está teniendo el sector y consecuentemente la demanda de mano de obra, supone la necesidad de formar rápidamente trabajadores capacitados. Se han iniciado cursos en Artigas, Salto, Paysandú, Maldonado y Montevideo, entre otros departamentos, con el objetivo de extenderlos a todo el país.
Sin duda hay que educar para enriquecer individuos, porque las realidades sociales no se abordan de manera directa. Hay que educar a las personas como finalidades y no como medios…
En esta industria existe el convencimiento de que hay que ofrecer una visión que ofrezca nuevos horizontes a los jóvenes. La gente acepta sacrificios a cambio de precisamente horizontes, aunque sean a largo plazo.
Sin duda alguna, nuestros pozos de petróleo son nuestra gente; no es ni el acuífero guaraní, ni el valor del trigo, ni el valor de nuestros campos.
Hay que crear conciencia y cultura a favor de un modelo que valorice el conocimiento, la creatividad, el emprendimiento.
Alguien dijo que el sistema científico, el sistema productivo y el sistema político deben funcionar como un trípode productivo generador de riquezas y oportunidades; no deben mirarse ni con recelo ni con falsos antagonismos.
La vida plena que buscamos pide esfuerzos, esfuerzos que nos van a hacer vivir más plenamente. Para eso tenemos que educar y educarnos, para ser capaces de aceptar los obstáculos que naturalmente están en el camino de nuestros deseos.
El sector así lo ha entendido y lo va plasmando en los hechos, como un objetivo en si mismo, con la misma responsabilidad que la seguridad y salud en la obra