Mientras los gobiernos de Uruguay y Brasil acordaron esta semana un importante convenio automotor que apunta a facilitar el intercambio de la industria automotriz entre ambos países, una firma local tiene 2.000 autos prontos para ingresar al mercado brasileño que no lo pueden hacer.
El gerente general de Grupo Effa en Uruguay, Andrés Antoniuk, informó a El País que su empresa tiene 2.000 vehículos de la marca Lifan sin poder acceder a ese mercado desde principios de junio. Actualmente, hay 15 camiones detenidos en la frontera del Chuy que no pueden ingresar al vecino país.
Si bien el empresario evitó entrar en detalles sobre los motivos que llevaron a este inconveniente, el director Nacional de Industrias, Sebastián Torres, había comentado a El País en su edición de ayer que esta empresa tenía inconvenientes para obtener los registros de origen de la línea Lifan. Es decir, una especie de homologación que certifica que el armado de los vehículos se hizo con componentes de la región.
De hecho, las autoridades del Ministerio de Industria de Brasil se comprometieron ante sus pares de Uruguay a hacer gestiones ante la Receita Federal de Brasil -una especie de Aduana local- para solucionar el inconveniente.
"Hoy estamos en una situación bastante complicada por el impacto económico. Además, nuestro socio de China (Lifan) está tomando este tema con preocupación por lo que pueda pasar en un futuro", advirtió Antoniuk.
Grupo Effa tiene a Brasil como el principal destino de su producción, ya que el mercado local es muy pequeño para atender el volumen de fabricación que tiene en su planta en Uruguay. Esta empresa importa la mayor parte de los componente de los vehículos que arma desde China, y luego le agrega algunos componentes industriales regionales y la mano de obra local. Pero Uruguay no es el único país que tiene inconvenientes para ingresar con sus autos a Brasil.
Según informó Clarín, Argentina tenía cerca de 40.000 varados en la Aduana de Brasil a la espera de las autorizaciones para ingresar a ese país. Para los empresarios del sector el conflicto comercial por las licencias automáticas "nunca se enfrió".