BRASILIA | ANSA
El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff planea aplicar represalias contra Argentina, debido a restricciones en el comercio bilateral, pero todavía se apuesta en una negociación que impida la "guerra comercial", según fuentes oficiales.
Las autoridades brasileñas "no descartan" adoptar medidas contra su tercer socio comercial -detrás de China y Estados Unidos- debido a que sus exportaciones podrán ser objeto de maniobras burocráticas que retarden el ingreso al mercado argentino.
La respuesta comercial está siendo analizada en el Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, pero antes de dar inicio a un eventual fuego cruzado, el gobierno aguardará por lo menos hasta marzo, para evaluar el impacto de la nueva política del gobierno de Cristina Fernández, consignó Folha de Sao Paulo.
Por lo pronto en Brasilia aún hay "expectativas" de que Cristina "revise" su posición. Los importadores argentinos deberán realizar una declaración jurada antes de adquirir bienes en el exterior y el gobierno contará con 15 días para librar la autorización, según la norma publicada hace una semana y que entra a regir en febrero.
El ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior brasileño, Fernando Pimentel, expresó el jueves su desaprobación sobre la decisión argentina al decir que es "difícil" negociar con sus vecinos.
Sus declaraciones fueron rebatidas por la ministra de Industria argentina, Débora Giorgi, quien recordó que su país importó US$ 22.700 millones de Brasil en 2011, un aumento del 23% y que el déficit alcanzó los US$ 5.800 millones.
"Se calienta la guerra comercial con Argentina (y) Brasil monta estrategia para el contraataque" escribió ayer Folha.
"Discutir caso a caso con cada empresa (importadora) si puede o no comprar a otros países es limitar las importaciones (si la medida del gobierno argentino) entra en vigor podemos afectar al Mercosur", opinó Roberto Giannetti da Fonseca, director de la poderosa Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo.
La Confederación Nacional de la Industria también censuró al gobierno argentino y la semana pasada, un día después de anunciada la nueva norma, señaló que esta es una amenaza a la "seguridad jurídica" de los exportadores.
A pesar de las quejas del gobierno y los privados brasileños las exportaciones de bienes manufacturados tienen en Argentina y varios países de la región una balanza favorable.
Los embarques hacia Argentina están compuestos, en un 95%, por productos industriales, señaló el jueves Giorgi al reclamar que Brasil impone barreras.
Para analistas los roces entre Brasil y Argentina son también la consecuencia de la crisis internacional.