Artemis autorizado a casar parejas

No debe haber nada más romántico y diferente que casarse a bordo de un crucero de turismo en pleno océano; es claro que estamos hablando de aquellos que pueden hacerlo y no lo han hecho posiblemente por desconocimiento.

Sin embargo, esta opción solo existe en dos o tres cruceros cuyo capitán está debida y legalmente autorizado a firmar el acta por delegación del país perteneciente a la bandera del barco. Posiblemente eran aquellos famosos tres barcos conocidos por "El Crucero del Amor".

Hace más de medio siglo que "atar nudos en altamar" es un procedimiento que ha sido suprimido y vaya uno a saber por qué, aunque se puedan intuir algunas causas, como por ejemplo que los burócratas no quieren competencia.

En algunos cruceros hemos visto algún cartel que dice que el "casamiento celebrado a bordo y firmado por el capitán solo es válido durante el viaje del crucero", está clarito entonces.

Muchas empresas anuncian estar listas para casamientos a bordo, pero esto es solo cuando el barco está en puerto y la ceremonia la realiza un burócrata del registro civil que media hora antes estuvo comiendo pan con grasa.

Sin embargo los capitanes pueden llevar a cabo y firmar actas de nacimiento a bordo y defunciones y esto no lo pueden evitar los burócratas, así que tienen que aceptarlo. Al menos así sucede en los barcos que llevan la bandera inglesa.

Ahora nos enteramos de que el capitán del crucero "Artemis" -con bandera de Bermuda, que nos visitó el pasado 11 de noviembre de 2005- está autorizado a casar.

Bueno, lo cierto es que los barcos de P&O ("Arcadia", "Artemis", "Oceana"), sus capitanes están autorizados a firmar actos de casamiento legalmente. Dicen que hasta ahora han recibido 600 solicitudes de parejas tan jóvenes como de 23 años.

Una advertencia: esta ceremonia cumplida a bordo de estos barcos es muy seria, absolutamente legal, con lazos indisolubles y no se debe tomar a la ligera.

Asimismo, el capitán toma esta ceremonia con toda la responsabilidad y formalidad que corresponde, ante Dios y ante el Estado.