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La actividad del vino uruguayo impactada por un problema de corchos y botellas, ¿qué pasa?

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Bodega de vinos. Foto: Archivo El País.

SECTOR

Bodegas uruguayas enfrentan un aumento de los costos de insumos a nivel global.

Las bodegasuruguayas se enfrentan a varios desafíos. Además de la caída del dólar, que afecta a las exportaciones, tienen un problema de desabastecimiento de las botellas de vidrio y de corcho natural a nivel mundial. También hubo un aumento del costo de las etiquetas y cajas local producto de un impulso de los precios globales.

El presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi), Ricardo Cabrera explicó a El País que el tema de las botellas de vidrio es “muy importante porque hay pocas en el mundo, sin perjuicio de la guerra” entre Rusia y Ucrania.

Por su parte, Javier Traversa de Bodega Traversa señaló a El País que el problema de las botellas de vidrio se instaló desde hace un año y medio. Entiende que se deberá trabajar con modelos clásicos y sin ninguna botella especial por un par de años más. Frente a la coyuntura, tienen que comprar los insumos con mayor anticipación o manejar un stock un poco más grande, lo que tiene un costo financiero, advirtió.

En ese sentido, dijo que lo más razonable en este momento “es tratar de no sacar líneas nuevas con otras presentaciones, y atenerse a lo que hay (en el mercado) porque es más seguro encontrarlo”, comentó, y añadió: “Innovación y packaging quedan de lado y estamos un poco en mano de los productores de botellas”.

En Traversa las compran a Chile y tuvieron la “precaución de traer muchos envases en el correr del verano”. Hubo que “cambiar la estrategia de compra y adquirirlas con anterioridad”. La decisión fue ante la dificultad de conseguir el insumo y que, además, en estos meses se producen cortes por la nieve en la Cordillera de los Andres.

El vidrio les aumentó a las bodegas un 8% en dólares el 1° de marzo. Una de las cosas que influyó en la demanda en la industria del vidrio, fue la decisión de Europa de publicar un nuevo listado de envases retornables obligaotrios, lo que hizo que las empresas necesitaran más papel y vidrio, añadió.

En el caso de Bodega Garzón, su managing director Christian Wylie dijo a El País que hubo varios factores que explican la situación. Por un lado, volvió el consumo masivo de la cerveza con la apertura de los pubs.

También sucedió que las cristalerías “tuvieron una demanda explosiva al punto de que estaban exportando botellas vacías hace unos meses atrás”.

Además, según contó, hay pocas empresas y, cuando hay escasez, corrigen los precios hacia arriba. Otra cosa que sucedió es que una de las fábricas más grandes en Mendoza se quedó sin uno de los hornos. Asimismo, el commodity de la soda, que se utiliza para hacer el vidrio, tuvo una suba.

“Nosotros nos cubrimos rápido, pero mucha gente ha tenido que resignarse incluso a cambiar la forma de la botella o el color del vidrio”, comentó.

Otro problema al que se enfrentan las bodegas es la falta de corcho, producto de la escasez del árbol con el que se produce, que es el alcornoque, explicó Cabrera. Al mismo tiempo, cada vez se está consolidando más el tapón de plástico y la tapa de rosca.

Sobre los corchos, Traversa indicó que vienen de Portugal, y manejan unos 30 o 60 días más que antes en la previsión del insumo.

Precio

Wylie contó que la inflación les está “pegando” en los costos. “Hay que ir siguiendo la inflación de más o menos un 9% con la estrategia de precio en Uruguay”, pero las “botellas de vidrio subieron muchísimo” y lo que son “insumos como corchos, papel de etiqueta, recursos para etiqueta, caja, están en un promedio 15% más caros. Eso se come los ajustes que podamos hacer por inflación”, afirmó.

“El otro desafío es el dólar, que pensábamos estar en $ 45 o $ 46 y nos encontramos con que se deprecia un 7% en un año. La situación nos castiga las exportaciones” porque se convierten en menos pesos uruguayos, agregó. Más allá del valor de la moneda estadounidense, señaló que los fletes están “carísimos” y que la logística es “muy complicada”.

El presidente del Inavi explicó que “el vino no ha subido en forma lineal con otros alimentos. Se mantiene una tendencia natural de incremento de precio en forma razonable. El tema de la guerra afecta en los valores de los fletes de vinos al exterior. Aunque han subido, hay una exportación fluida. Estamos en prácticamente los mismos valores del año pasado y el año anterior”.

Quizás “vendimos apenas un poquito menos pero con mayor precio”, acotó.

Ecológico

El presidente del Inavi aclaró que los vinos de alta gama requieren corchos naturales de primera calidad. Además, son primordiales si se guarda el producto durante años. Sin embargo, si se va a consumir en el mismo año o el siguiente, “no hay problema con el tapado”.

Ante la pregunta de si ve la posibilidad de migrar a corcho de plástico, Cabrera respondió que, “llegado el caso habrá que sacrificarse y utilizar los tipos de cierre que se adapten más a la calidad del producto”. Pero, tanto el plástico como la tapa de rosca se “diferencian de un corcho de buena calidad”.

En cuanto al envase, sobre si la botella de vidrio es suplantable, explicó que no lo es para el vino fino. En el caso del de mesa, “se está usando mucho el Tetra Pak y el bag in box”.

“En general, hay un tema de economía circular y habrá que adaptarse a las nuevas realidades del cuidado del ambiente. En la medida que se pueda recircular el vidrio creo que sería una buena cosa, pero también va de la mano que pudiéramos tener una fábrica acá, no solo para la bebida sino para otros alimentos”, agregó.

La brecha cambiaria y la apertura de frontera

El vino es uno de los sectores que se ve afectado por la mayor apertura de frontera con Argentina. Javier Traversa de Bodega Traversa contó a El País que el impacto ha sido sobre todo en el litoral porque el “mismo público gastronómico cruza a almorzar y cenar del otro lado”. La afectación “se ve en todos los tipos de vino, pero en mayor proporción en el vino fino. No sé si es el que lo va a comprar del otro lado o el que lo trae ilegalmente, le rinde más traer un buen vino que uno de mesa”.

El managing director de Bodega Garzón Christian Wylie indicó que “impacta en la venta en Colonia e incluso en Montevideo”. Lo que “realmente es negocio es comer y tomar, porque casi todo lo otro es similar”. Pero sí, “nos afecta porque hay gente que cruza la frontera a comprar vino, hay contrabando y, como entra muy barato, es negocio. Es una desviación muy grande, un desajuste muy grande. Creo que le impacta más al que está vendiendo vino a los $ 250 pesos que al que vende a $ 500, que es otro consumidor”, comentó, y señaló que la empresa pudo seguir creciendo pese a esta situación.

El presidente del Inavi, Ricardo Cabrera, explicó que un “gran tema de toda la vida es el tipo de cambio con Argentina. Sin embargo, el vino argentino que más se importó fue el fino” pero “por debajo de la venta de vino nacional”. En el caso del Tetra Pak, “que era un poco el problema, no afectó para nada. Se siguió vendiendo más el vino nacional en Tetra que el argentino, y ahí hay un tema de calidad”.

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