MARKETING DEPORTIVO

DIEGO FERREIRA

El rey indiscutido de laFórmula 1de los últimos años no encontró rivales capaces de arrebatarle la corona; el británico Lewis Hamilton se proclamó el pasado domingo por cuarta vez en fila como campeón del mundo, y al hacerlo igualó un récord impensado: los siete títulos conquistados por el alemán Michael Schumacher.

La histórica consagración del británico -en una temporada alterada por el coronavirus- tuvo un epílogo hazañoso: largó en la sexta posición pero terminó triunfando en el Gran Premio de Turquía. A sus 35 años, el británico alcanzó a Schumacher en el número de campeonatos, pero ya lo había superado en total de victorias (94 contra 91), podios (163 contra 155) y pole positions (97 contra 68).

Otras cifras también dan cuenta de la relevancia de Hamilton: el piloto factura al año US$ 54 millones (US$ 42 millones por concepto de salario de parte de la escudería Mercedes-Benz y US$ 12 millones por patrocinios), lo que le vale para colocarse en el puesto 13 entre los 100 deportistas mejores pagados del mundo, de acuerdo a la revista Forbes. La pole position le pertenece al tenista suizo Roger Federer, que supera los US$ 100 millones anuales entre ingresos publicitarios y deportivos.

El traje antiflama que usa Hamilton está plagado de marcas. Pero independientemente de prestar su imagen por esa vía a múltiples empresas, también tiene sus propios acuerdos comerciales como representante de Bose, L’Oréal, Mercedes-Benz, Monster Energy, Police, Puma, Sony, Tommy Hilfiger, Vodafone-USD. El último sponsor en sumarse a su portafolio son los electrodomésticos LG.

Hamilton tiene un perfil que cotiza alto para las marcas en redes sociales. Un estudio sobre los 50 deportistas con mayor potencial en marketing, elaborado por el sitio SportsPro y la consultora Nielsen, situó al piloto en el puesto 21. Para confeccionar el listado, se consideraron los datos de 6.000 deportistas en sus interacciones en redes sociales.

El piloto es todo un influencer; tiene 20 millones de seguidores en Instagram, 6 millones en Twitter y 4,3 millones en Facebook. En sus redes, suele publicar imágenes sobre su vida como piloto de F1, pero también las utiliza como plataforma para pronunciarse sobre causas sociales como la lucha contra la discriminación. Hamilton es uno de los acérrimos promotores del movimiento Black Lives Matter en el deporte.

Dominante en las pistas, el británico ha despertado distintas especulaciones acerca de su futuro. Él mismo sorprendió hace solo un par de semanas cuando deslizó la posibilidad de dejar de correr el año próximo.
Sin embargo, despejó toda duda en la conferencia de prensa tras consagrarse heptacampeón. «Tengo el mejor contrato que puede haber, en términos de cómo está estructurado, y de la gestión del tiempo. También en cuanto al equipo que me rodeó, ha sido genial. Pero siempre estoy tratando de ver cómo podemos mejorar. ¿Cómo puedo ser más eficiente y hacer más por los patrocinadores? ¿Cómo puedo posicionarme para hacer más por el equipo?», reflexionó.

Hamilton se ve en un futuro cercano como asesor de Mercedes en el desarrollo de nuevos vehículos. «Están convirtiendo sus coches en ecológicos y electrificando más, y quiero ayudarles en ese camino. Me gustaría ayudarles en términos de impulsar la diversidad», puntualizó.

El piloto récord ya tiene una nueva meta en mente: alcanzar el octavo título, una proeza jamás lograda.