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Sueldo e inflación: ¿cómo se calcula el salario real y qué es el poder adquisitivo?

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Hombre contando billetes de 50 pesos uruguayos en su billetera. Foto: Darwin Borrelli
Produccion fotografica con los nuevos billetes de 50 pesos uruguayos por el 50 aniversario del BCU, dinero, billetera, cotizacion, Montevideo, ND 20181220, foto Darwin Borrelli - Archivo El Pais
Darwin Borrelli/Archivo El Pais

FINANZAS DE BOLSILLO

La evolución del Índice de Precios del Consumo (IPC) afecta de manera directa en el bolsillo del trabajador.

En épocas de negociación salarial se habla con más frecuencia de salario real y de poder adquisitivo. Y la razón es muy simple: lo que se pacte en los Consejos de Salarios determinará en parte las finanzas personales de los trabajadores. En este Finanzas de Bolsillo veremos qué significan esos dos conceptos y cuál es el impacto que tiene en la vida de las personas.

Primero veamos qué es el salario real. Es la diferencia entre el ingreso mensual del trabajador y la variación de los precios de productos y servicios que consume. En otras palabras, al sueldo que se recibe “en mano” se le descuenta la suba de precios.

Por lo tanto, según explicó a El País el economista Martín Alesina, el salario real baja cuando los precios suben más que el sueldo. “En este caso, el trabajador podrá adquirir con su salario menos bienes y servicios que antes”. En el caso opuesto, si el incremento del salario es “mayor al aumento de precios, el salario real sube”.

Al calcular el salario real se puede ver cuál es el poder adquisitivo. El economista señaló que “es la capacidad de una persona o un grupo de adquirir determinados bienes y servicios, dado su ingreso”. Por ende, cuando el salario real sube, aumenta el poder adquisitivo, y, cuando el salario real baja, desciende el poder adquisitivo.

“Los dos conceptos anteriores son clave para entender la economía familiar. En buena parte, el ingreso de las familias es utilizado para el consumo de bienes y servicios. Por eso, para saber si mes a mes tenemos acceso a más o menos bienes, debemos comparar la evolución de nuestros ingresos con respecto a la de los precios”, explicó.

Una de las maneras de ver cómo evolucionan los sueldos a nivel nacional en el sector público y el privado es el Índice Medio de Salarios (IMS), que lo calcula el Instituto Nacional de Estadística (INE) y se estableció en la ley 13.728 en diciembre de 1968.

Aclarado el punto anterior, hablemos de la inflación. Por definición es la suba de los precios en un determinado lugar físico y espacio temporal. El INE explica que el Índice de Precios del Consumo (IPC) es un “indicador agregado que estima la variación mensual de los precios de bienes y servicios que consumen los hogares”. ¿Cómo lo calcula? Releva todos los meses los “precios de un conjunto de bienes y servicios seleccionado a partir de la estructura del gasto de consumo de los hogares que habitan en las regiones urbanas del país”.

Ahora llevemos la teoría a los números. El julio, el IMS tuvo una variación mensual de 0,92%, acumulada en el año de 5,11% y en los últimos 12 meses de 5,83%. Al mismo tiempo, los precios tuvieron una variación mensual en julio de 0,52%, acumularon en el año 5,3% de aumento y en los 12 meses cerrados a julio tenían 7,3% de alza.

¿Qué significan todos esos porcentajes? Los trabajadores tuvieron una pérdida del poder adquisitivo de 1,47% en los 12 meses cerrados a julio de 2021.

El INE diferencia entre los sueldos del sector público y el privado. En el primer caso, los salarios crecieron 5,93% en los 12 meses cerrados a julio, por lo que el salario real bajó 1,37%. En el segundo caso, los salarios subieron 5,78%, por lo que la caída fue de 1,52%.

Unos 250.000 trabajadores cobran parte de su sueldo por partidas especiales de alimentación. Foto: D. Borrelli
Compra con tarjeta de crédito o débito. Foto: D. Borrelli

Consejos de Salarios.

En Uruguay, en los Consejos de Salarios se fijan los sueldos mínimos por categoría laboral y se determinan los ajustes de las remuneraciones de los trabajadores, entre otras cuestiones. Alesina explicó que lo que se resuelve en las negociaciones “tiene gran importancia en la evolución futura del salario real y del poder adquisitivo de las familias”.

Las decisiones que se tomen, en “conjunto con la inflación que efectivamente se de en ese periodo, determinará la evolución del salario real de buena parte de los sectores de la economía local en el corto/mediano plazo”, afirmó.

“Las negociaciones salariales pactan el aumento futuro de los salarios nominales para numerosos rubros. Para ello, se toma en cuenta la inflación que se espera que haya en el futuro. Si el aumento pactado del salario nominal es mayor a la inflación que efectivamente hubo en ese periodo, el trabajador tendrá un aumento del salario real, y viceversa en caso contrario. Como la inflación del futuro no es conocida, se toman las expectativas de inflación que tienen los expertos consultados por el Banco Central”, añadió.

Además, comentó: “Las tasas de inflación esperadas para los próximos años son más bajas que la actual. Por diferentes razones, se espera que la inflación baje, pero no se sabe con certeza si es lo que ocurrirá. Si bien existen cláusulas en caso de que la inflación esperada no se cumpla y no se dé lo pactado en materia de no perder poder adquisitivo, hay preocupación por parte del sector sindical. Para cubrir a los trabajadores de la inflación en tiempo real, y que la recuperación del poder de compra perdido a raíz de la pandemia se comience a dar lo antes posible, se exigen aumentos mayores”.

Lo que propone el gobierno para la recuperación salarial

El gobierno presentó a principios de julio las pautas para la novena ronda de Consejos de Salarios. Ante el impacto que tuvo la pandemia en algunas actividades, dividió a los sectores en dos grupos: muy afectados y menos o poco afectados.

Para los menos o pocos afectados planteó un convenio por dos años con aumentos semestrales. Las subas tendrán un ajuste por inflación y una cuota por recuperación del poder adquisitivo que se perdió.

El ajuste y el nivel de recuperación salarial de los trabajadores dependen del tamaño de la empresa. Para las grandes, medianas y pequeñas se planteó un ajuste de 2,5% en julio 2021; 3,5% en enero 2022; 3,1% en julio 2022; y 3% en enero 2023. En julio de 2023, habrán recuperado 1,6 puntos porcentuales.

La propuesta para las micro empresas es un ajuste de 2,5% en julio 2021; 3,2% en enero 2022; 2,8% en julio 2022; y 3% en enero 2023. La recuperación será de 1 punto porcentual para julio de 2023.

Por otra parte, para los sectores muy afectados -aquellos que fueron exonerados del pago de los aportes patronales en la ley 19.942- el gobierno planteó un periodo “puente” y un convenio de un año. En julio de 2021 no hay ajuste, y recién en enero de 2022 se dará una suba de 3%.

La explicación detrás de la diferencia entre el monto en el recibo de sueldo y lo que se cobra

El salario nominal es el sueldo previo a los descuentos. A ese monto hay que restarle los diferentes aportes, por ejemplo, el Fonasa, la jubilación y el Fondo de Reconversión Laboral. Además, algunos trabajadores aportan a una AFAP y pagan el Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas (IRPF). Por otra parte, el salario líquido es el dinero que recibe el trabajador “en mano”, es decir, en su cuenta bancaria, en un cheque o en efectivo.

El salario mínimo en Uruguay y su valor actual

El Salario Mínimo Nacional (SMN) se creó a través del Decreto 1534/969 del 28 de noviembre de 1969. En esa instancia se lo definió como el “piso por debajo del cual no puede estar ninguna remuneración”, según recoge el INE. A partir del 1° de enero comenzó a regir el salario mínimo nacional de $ 17.930 mensuales. De esa manera, el jornal diario mínimo es $ 717,2 y el sueldo por hora mínimo es $ 89,65.

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