AFTER WORK

Recorrer el viñedo, saborear un banquete pantagruélico, comprar productos seleccionados en su almacén. En Camino del Golf, entre ruta 104 y Camino Eguzquiza, Restaurante Narbona Punta del Este amerita una escapada a la zona de chacras marítimas de La Barra.

La propuesta es funcional y versátil. Los visitantes pueden recorrer el establecimiento por su cuenta y disfrutar la vista de los viñedos o instalarse en el restaurante que agasaja a los paladares más exigentes con sus platos.

El reducto gastronómico abre todos los días de la semana al mediodía y los viernes y sábados suman la noche. Con una carta variada, la casa se caracteriza por incluir uno de sus productos en cada plato.

Y si algo gusta mucho, los comensales, antes de regresar a sus domicilios, pueden adquirir algunos productos seleccionados en su almacén de campo.

Quesos, dulce de leche, yogur, conservas, embutidos, pastas, vinos, preparaciones de panadería y pastelería, entre otras, son algunas de las tentaciones que pueden adquirirse todos los días en el espacio del almacén.

Quienes no quieran apostar a almuerzos o cenas formales, pueden degustar una tabla de quesos, fiambres y panes artesanales de masa madre, acompañados de sus reconocidos vinos o también probar pizzas de masa madre elaboradas en el horno de barro que está instalado en la panadería.

El patio de verano tiene vista al atardecer y conecta con un bar donde también se sirven cervezas artesanales y tragos.

En Carmelo (Colonia) Narbona impuso un estándar de calidad reconocido; el establecimiento de Punta del Este lo internacionalizó.

«Nuestra propuesta trasciende a lo gastronómico gracias a sus sorprendentes rincones perfumados por el aire de mar y de campo, que aportan frescura natural y sabrosa, al mejor estilo campiña mediterránea rodeada de viñedos y un entorno conectado con la naturaleza», resumió María José Banchero, su propietaria.