Casmu continúa avanzando en su compromiso con una atención médica integral, incorporando un nuevo protocolo que permite la visita de mascotas a personas internadas en el sanatorio, bajo determinadas condiciones de seguridad e higiene. La medida forma parte de una estrategia institucional orientada a humanizar la asistencia sanitaria, poniendo en el centro a la persona, sus emociones y vínculos afectivos.
El vínculo entre una persona y su mascota es profundo, constante y, muchas veces, tan importante como el de cualquier otro integrante de la familia. En momentos de internación o tratamiento prolongado, esa ausencia puede generar tristeza, ansiedad o sentimientos de soledad. La posibilidad de reencontrarse, aunque sea por un rato, con ese ser querido de cuatro patas se transforma en una experiencia emocionalmente reparadora.
En ese marco, el sanatorio recibió recientemente a Kimba y Che, los primeros perros en formar parte de esta iniciativa. Kimba fue la primera en ingresar, marcando el comienzo de una nueva etapa en la atención de Casmu. Horas después, Che, un perro joven y compañero diario de su dueño, también tuvo su esperado reencuentro.
Ambas visitas se desarrollaron en un entorno cuidado, cumpliendo con todas las medidas establecidas por el protocolo interno, que garantiza la seguridad de los pacientes, del personal de salud y de los propios animales. El objetivo principal es claro: promover el bienestar emocional y acompañar a las personas hospitalizadas desde una perspectiva más humana y cercana.
Los beneficios de este tipo de iniciativas están respaldados por evidencia científica. Múltiples estudios han demostrado que el contacto con animales mejora el estado de ánimo, reduce el estrés, regula la presión arterial, disminuye la percepción del dolor y aporta una sensación general de bienestar. En el caso de personas internadas, estas visitas también actúan como estímulo emocional y favorecen la recuperación.
El bienestar emocional es una dimensión esencial de la salud. Sentirse contenido, acompañado y emocionalmente activo influye directamente en la evolución clínica de los pacientes. Está comprobado que quienes mantienen una actitud positiva frente al proceso de internación tienden a responder mejor a los tratamientos, a colaborar más con el equipo médico y a experimentar una recuperación más rápida y sostenida. El entorno afectivo, en este sentido, se vuelve un complemento clave del abordaje terapéutico.
Esta propuesta no solo mejora la experiencia hospitalaria de quienes reciben a sus mascotas, sino que también involucra a las familias, al personal de salud y a la comunidad. Genera un cambio de paradigma en la forma de entender y abordar la salud, reconociendo que el cuerpo y las emociones no pueden separarse: Una mirada integral, sensible y empática marca la diferencia.
Casmu reafirma así su compromiso con una medicina centrada en las personas, donde el cuidado no se limita a lo físico, sino que también incluye lo emocional, lo social y lo afectivo. Esta apertura a nuevas formas de acompañamiento refuerza los valores de empatía, respeto y cercanía que guían el trabajo diario de la institución.
Esta iniciativa también representa un paso hacia una medicina más integradora. Incorporar prácticas que contemplen tanto el bienestar físico como el emocional contribuye a una experiencia de internación más humana y positiva. Kimba y Che son apenas los primeros pasos de una transformación que ya comenzó a sentirse en el entorno hospitalario.