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Semm homenajeó a Luis “Yuyo” Tamborindeguy, cofundador y guía, en un emotivo acto por su aniversario

En el 42° aniversario de Semm, se realizó un sentido homenaje —en el jardín de Casa Central, en la calle Bulevar Artigas— a uno de sus fundadores, el doctor Tamborindeguy, fallecido en agosto.

Homenaje al doctor Luis "Yuyo" Tamborindeguy.
Romina Andrioli presentando un cuadro de "Yuyo" Tamborindeguy en el homenaje rendido por Semm.

En el aniversario de Semm —un 6 de diciembre que la institución considera el inicio de un sueño colectivo— médicos, directivos, funcionarios y familiares se reunieron para rendir homenaje al doctor Luis “Yuyo” Tamborindeguy, cofundador, exdirector general y pilar de la institución. La fecha no fue casual: fue el día perfecto para volver a los valores que dieron origen a la empresa y que “Yuyo” defendió hasta el último día.

El acto, realizado en la sede de Bulevar Artigas, comenzó con la proyección de un video que recuperó sus palabras durante el 40º aniversario de Semm. Allí, Tamborindeguy resumía sin adornos la receta que sostuvo a la institución desde su nacimiento: objetivos claros, perseverancia, determinación, mística y la convicción de trabajar con los mejores médicos. “Una empresa que tiene todo eso —decía— no puede fracasar”.

Homenaje al doctor Luis "Yuyo" Tamborindeguy.
Doctor Luis "Yuyo" Tamborindeguy.

El recuerdo del “Mago” Voelker

El profesor Ricardo “Mago” Voelker, compañero de ruta y cofundador del proyecto, tomó luego la palabra para un retrato tan profesional como afectivo.

Recordó que conoció a Yuyo hace más de medio siglo y que desde entonces lo sorprendió siempre su inteligencia “superior”, su honestidad incorruptible y su capacidad de acompañar al otro. En su repaso, subrayó su doble formación —medicina interna y terapia intensiva— y cómo esa mirada integral fue la chispa que encendió muchas de las ideas fundacionales.

Ricardo “Mago” Voelker en el homenaje al doctor Luis Tamborindeguy.
Ricardo “Mago” Voelker -amigo y compañero de Yuyo- durante sus palabras en el homenaje.

Voelker también evocó una anécdota clave: cuando Tamborindeguy impulsó la creación del primer cuidado intermedio médico en el Hospital de Clínicas, convencido de que los pacientes que salían del CTI necesitaban una atención más cercana. “Esa historia resume su manera de pensar: ver antes, ver distinto y trabajar con pasión”, dijo.

Un visionario que imaginó un sistema médico distinto

En su discurso, el doctor Voelker repasó los grandes hitos impulsados por Tamborindeguy: la transformación de Semm en una emergencia integral para adultos y niños; la creación de Medicina Personalizada como modelo de atención de alta calidad; el nacimiento de Cosem; la adquisición del Sanatorio Mautone y otros emprendimientos que hoy forman el Grupo Semm.

Placa homenaje al doctor Luis Tamborindeguy en la sede técnica de Semm.
 Placa homenaje al doctor Luis Tamborindeguy en la sede técnica de Semm.

“No hubo un solo proyecto en el que faltara su firma. ‘Yuyo’ era un hombre que veía el futuro”, remarcó su colega. Recordó, además, cómo financiaron los inicios: sin inversores externos y con los médicos aportando capital para poder comprar ambulancias, alquilar la primera sede y pagar los sueldos del personal. “Los médicos trabajamos gratis más de un año”, recordó.

También habló de su perseverancia: durante un año entero, él y Tamborindeguy fueron todos los jueves al Ministerio de Salud Pública a esperar la autorización para comenzar a funcionar. “Vimos construirse un edificio entero desde la ventana… y la autorización no aparecía. Pero seguimos yendo”, relató.

El líder natural y el roble para recordarlo

Voelker definió a Yuyo como un líder nato, de esos que no necesitan ser proclamados: “Nunca lo votamos, nadie lo nombró líder. Lo era, y punto”.

En el homenaje también se plantó un roble en homenaje aldoctor Luis Tamborindeguy.
Momento en el que se plantó un roble -árbol favorito de Tamborindeguy- en el patio del edificio de Semm, en honor al exdirector general.

Su liderazgo —dijo— no se basaba en el poder sino en la empatía y en una mezcla exacta de firmeza, visión y calidez.

“Dejó obras inmensas, pero su mayor legado es el cómo hacer las cosas: elevar la mirada, cuidar a los demás, innovar sin descanso y entender que nuestra profesión tiene sentido cuando sirve al otro”, expresó Voelker.

Homenaje al doctor Luis Tamborindeguy en la sede técnica de Semm.
Familiares y directivos de Semm junto a la placa homenaje en el edificio de Semm.

El homenaje contó con la conducción y moderación de la periodista Romina Andrioli, e incluyó también un gesto simbólico: la plantación de un roble en honor a “Yuyo”, un árbol que, según contó Lala, su compañera de vida, era su especie predilecta. “Al principio parece frágil, pero después crece, abraza, da sombra y aloja vida. Así era él, así es su legado”, expresó la familia. Luego, se descubrió una placa en la puerta de la Dirección Técnica que dice: “Base central Dr. Luis ‘Yuyo’ Tamborindeguy. Aquí comenzó un sueño. 6 de diciembre de 1983”.

A su vez, Lala mencionó que cada etapa de Semm está vinculada a un momento del recorrido de su esposo. “Lo que queda ahora es honrar su camino y que las nuevas generaciones reciban este legado como ese roble recién plantado: pequeño hoy, pero destinado a crecer fuerte”, dijo.

Familia, amigos y colegas en el homenaje al doctor Luis Tamborindeguy.
Familia, amigos y colegas en el homenaje al doctor Luis Tamborindeguy.

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