Uruguay fue uno de los primeros países de la región en desarrollar la medicina nuclear hace 62 años atrás. Se trata de una rama de la medicina que utiliza pequeñas cantidades de material radiactivo para obtener imágenes del funcionamiento de los órganos y tejidos del cuerpo, permitiendo diagnosticar y tratar diversas enfermedades de manera precisa y específica.
Esta disciplina tuvo sus inicios en el ámbito público, en los hospitales Maciel y Clínicas, y con el tiempo se expandió al sector privado. Lo que inició con el esfuerzo de los doctores Rodolfo Ferrando (padre), Antonio Páez y Manlio Ferrari instalando la primera clínica privada independiente dedicada a esta especialidad, hoy continúa con la inauguración de un nuevo servicio de estudios PET, el Consultorio de Imagen Molecular Ponce, en una iniciativa conjunta con el Sanatorio Americano.
Con casi 50 años de experiencia, continúan siendo pioneros en esa materia y han incorporado tecnología de última generación que permite realizar estudios más precisos. Uno de esos equipamientos es la Tomografía por Emisión de Positrones (PET), una herramienta fundamental para la detección temprana del cáncer y otras enfermedades complejas.
“El PET permite un diagnóstico más preciso y más precoz, especialmente en oncología, aunque también en patologías neurológicas y cardiológicas”, contó el doctor Rodolfo Ferrando, director del centro y referente en medicina nuclear en Latinoamérica. Según explicó, el PET es un estudio no invasivo que permite analizar el cuerpo entero en un solo examen, identificando alteraciones funcionales a nivel molecular antes de que sean visibles con otras técnicas. Por otra parte, el equipo incluye un tomógrafo de rayos X que lo convierte en una técnica de imagen híbrida (PET/CT), proporcionando alta resolución anatómica en conjunto con información funcional detallada.
“Esta tecnología posibilita identificar cambios funcionales en las células desde etapas muy tempranas del desarrollo de una enfermedad, incluso antes de que aparezcan alteraciones anatómicas visibles en estudios como la tomografía o la resonancia magnética, lo que le otorga un enorme valor para la detección temprana y la caracterización funcional de los tumores”, sostuvo Ferrando.
El especialista destacó que esta tecnología puede cambiar el rumbo del tratamiento hacia uno más preciso y eficaz, ya que posibilita analizar el comportamiento biológico de los tumores y elegir la terapia más adecuada para cada paciente.
“En un 30% a 40% de los pacientes, el PET/CT genera un cambio en la conducta terapéutica inicial, orientando hacia opciones más adecuadas y efectivas”. Además, según dijo, esta tecnología permite monitorear la respuesta al tratamiento y detectar recaídas precozmente. Por otra parte, permite evitar tratamientos innecesarios que determinarían más daño que beneficio, con el consecuente ahorro para el sistema de salud.
Otra de las ventajas de esta tecnología es la capacidad de detección precoz de cáncer oculto. “Entre un 2% y 3% de los estudios PET/CT permiten hallar lesiones incidentales, es decir, hallazgos inesperados de gran valor clínico”, afirmó el experto. En algunos países desarrollados, el PET/CT se utiliza como herramienta de screening para detectar tumores en etapas iniciales mediante protocolos de baja dosis de radiación.
Análisis con inteligencia artificial
El equipo PET con el que cuenta el Consultorio de Imagen Molecular Ponce posee características únicas en el país. La composición química de sus cristales de detección, su pequeño tamaño y su disposición, así como la incorporación de avanzados algoritmos de corrección y reconstrucción de imágenes permiten visualizar áreas de enfermedad más pequeñas con mayor facilidad y detalle. Además, incorpora inteligencia artificial para diversas funciones como corregir el movimiento respiratorio—que de lo contrario puede llevar a errores— lo que facilita y mejora significativamente la detección de anomalías.
A su vez, el equipo incorpora otras herramientas avanzadas, como la posibilidad de intercalar diferentes protocolos dentro de una misma sesión. Esto permite profundizar el análisis en determinadas regiones del cuerpo o dedicar más tiempo a zonas específicas, sin necesidad de realizar imágenes adicionales al finalizar el estudio de cuerpo entero. De esta manera, se reduce el tiempo total del procedimiento, se minimiza la dosis de radiación recibida por el paciente y se mejora la calidad de las imágenes obtenidas, lo que de acuerdo a Ferrando, también contribuye a una mayor comodidad y bienestar del paciente durante el examen.
Bajo número en el país
Las patologías que más se benefician de esta tecnología son, en su mayoría, las enfermedades oncológicas, que representan aproximadamente el 90% de los estudios PET realizados en el mundo. Sin embargo, según explicó Ferrando, también existen otras patologías, como las neurológicas o cardiovasculares, que pueden beneficiarse de esta tecnología.
El equipo PET del Consultorio de Imagen Molecular Ponce, incorpora un tomógrafo de 128 hileras de detectores, que permite reconstruir más de 300 cortes. “Esta resolución excepcional posibilita estudios sumamente detallados de las arterias coronarias y de las grandes arterias en su salida del corazón. Gracias a su capacidad para “congelar” el movimiento cardíaco, el tomógrafo puede detectar de forma no invasiva la presencia de placas de ateroma o de obstrucciones coronarias, ofreciendo una herramienta diagnóstica de enorme valor clínico para el manejo de los pacientes con dolor torácico o factores de riesgo cardiovascular”, informó el profesional.
Según contó, a pesar de su relevancia, la cantidad de estudios PET que se realizan en Uruguay está muy por debajo de lo recomendable. “Nuestro país, con la tasa más alta de mortalidad por cáncer en la región, debería realizar más estudios de este tipo según los estándares internacionales”, consideró.
Expresó que en un país con alta incidencia de cáncer como ocurre con Uruguay, una difusión más extendida del estudio PET, se traduciría en tratamientos más oportunos y adecuados, y potencialmente en una disminución de las muertes por esta enfermedad.
“Es necesario ampliar significativamente los esfuerzos en esta dirección, porque, si nos comparamos con otros países con incidencia similar, el volumen de estudios PET que realizamos es considerablemente menor”, indicó.
El paciente en primer lugar
En cuanto al Consultorio de Imagen Molecular Ponce, Ferrando aseguró que fue concebido “poniendo al paciente en primer lugar”, filosofía que ha guiado su trabajo desde los inicios de la clínica, de la mano de sus fundadores.
“Buscamos ofrecer no solo la mejor tecnología, sino también amplia experiencia, formación continua, respaldo profesional y confort en nuestras instalaciones. Entendemos que el paciente oncológico atraviesa una situación particularmente difícil, por eso es fundamental brindarle una experiencia cálida y contenida, junto con la más avanzada tecnología y la mejor atención”, sostuvo.
Y agregó que para ellos, la rapidez en la coordinación de los estudios y en la entrega de los informes es esencial, ya que muchas veces las decisiones terapéuticas deben tomarse con urgencia, y el tiempo puede ser determinante.