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El gran reto de la nueva economía: los inútiles e inempleables

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Yuval Noah Harari, historiador y escritor, alertó sobre este problema durante el Sura Summit llevado a cabo este martes.

El ser humano es la especie más adaptable del planeta. Esa capacidad le permitió sobrevivir por tantos años en el mundo. Pero ahora enfrenta un reto «nunca antes visto»: reinventarse a cada momento ante el vertiginoso cambio que sufre el mundo de la mano de la tecnología y la Inteligencia Artificial, reflexionó Yuval Noah Harari, historiador israelí y autor de los bestsellers Sapiens, Homo Deus y 21 Lecciones para el siglo XXI.

Harari fue orador el martes 26 en el Sura Summit, organizado por SURA Asset Management. Entre otros temas, abordó la necesidad de que la humanidad se adapte rápidamente. «El mundo será cada vez más misterioso. Por primera vez en la historia de la humanidad nadie sabe cómo será dentro de 20 años. ¿Cómo será el mercado laboral? Nadie lo sabe», afirmó.

Ante la incertidumbre, propuso como solución que los seres humanos se «reinventen varias veces en su vida», lo que implica una inversión grande de los gobiernos en capacitación y en ayuda psicológica.

Yuval Noah Harari
Yuval Noah Harari. Foto: ynharari.com

«Por primera vez en la historia de la humanidad nadie sabe cómo será el mundo dentro de 20 años. ¿Cómo será el mercado laboral? Nadie lo sabe»

A su entender, la idea de una profesión para toda la vida se acabó y dio paso a un escenario más dinámico: cuando un trabajo desaparece, otro llega. No existe una «carencia total de trabajo», sino que el problema es «el proceso de recrearse para lo que surge».

«Por ejemplo, ¿qué pasará con los conductores de taxi y camiones cuando lleguen los vehículos autónomos? Ahí crecerá el trabajo en la parte tecnológica. El problema es cómo se transforma un conductor de 40 años en un ingeniero de software», agregó el historiador.

La solución, según Harari, es que los gobiernos hagan una «fuerte» inversión. «Esa persona no va a trabajar por un tiempo durante esa transición y será capacitada para que consiga nuevas habilidades».

«Aquellos que están en ‘el fondo de la sociedad’ están en peligro de convertirse en personas inútiles para el ámbito laboral que se viene. Si no se reinventan, no tendrán las habilidades necesarias para la nueva economía y no es que estén desempleados, sino que son inempleables».

Harari alertó que esto podría ampliar las brechas sociales y económicas: «Los países ricos serán capaces constantemente de reentrenar su fuerza laboral y eso los hará más ricos, porque la nueva riqueza irá hacia las economías que serán capaces de reinventarse y adaptarse. Los países pobres, que no tienen esos recursos, serán más pobres y la brecha será cada vez más grande».

El impacto psicológico que implica la reinvención constante también supone un reto. «Aunque exista asistencia financiera, psicológicamente es muy difícil para los seres humanos recrearnos una y otra vez a lo largo de nuestras vidas. Entonces, habrá un estrés psicológico y el gobierno debe ayudar. Y, nuevamente, los países ricos son los que estarán mejor calificados para hacerlo», acotó. 

Yuval Harari

Según Harari, el énfasis debe estar en desarrollar habilidades blandas. «¿Quién sabe si los seres humanos serán los que generen los códigos en el software dentro de 20 años? Tal vez las máquinas lo harán mejor que nosotros», reflexionó.

Esta situación de desigualdad podría acarrear un nuevo fenómeno en el ámbito laboral: las personas «inempleables»: «Aquellos que están en ‘el fondo de la sociedad’ están en peligro de convertirse en personas inútiles para el ámbito laboral que se viene. Si no se reinventan, no tendrán las habilidades necesarias para la nueva economía y no es que estén desempleados, sino que son inempleables. Tenemos la responsabilidad de cuidarlos y no permitir que se retrasen y se transformen en irrelevantes e inútiles», alertó.

Flexibilidad mental

Harari resaltó que la educación es un ámbito clave para mitigar esa desigualdad. Dijo que hay que dotar a los niños de «flexibilidad mental» y de la capacidad de «sentirse cómodos con lo desconocido y con el cambio, porque ese es el futuro».

«La velocidad del cambio se incrementará cada vez más y para sobrevivir tendremos que constantemente reentrenarnos, aprender y reinventarnos. Los niños necesitan esa capacidad de estar abiertos, de mantenerse cambiando, de sentirse bien con no tener todas las respuestas. Esto es difícil, porque asusta y mucha de la educación tradicional va en la dirección opuesta. Hoy se enseña algo de Historia, de Física, de Matemática, y si dan la respuesta correcta pasan el examen. Esto de tener que saber la respuesta correcta no durará mucho, porque nadie sabe cuál es la respuesta correcta en el futuro. Tenemos que encontrar la forma de poder desarrollar ese tipo de flexibilidad mental», explicó.

Según Harari, el énfasis debe estar en desarrollar habilidades blandas. «¿Quién sabe si los seres humanos serán los que generen los códigos en el software dentro de 20 años? Tal vez las máquinas lo harán mejor que nosotros», reflexionó.

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