Redacción El País
Por la calle Carlos Solé, a pocos metros de avenida Juan Carlos Blanco, se encuentra Cuaró. Compuesto por apartamentos de uno a tres dormitorios, con posibilidad de jardín y rooftop, el edificio fusiona dos atributos: una de las mejores ubicaciones del Prado con la arquitectura de Tanco Desarrollador Inmobiliario.
Cuaró cuenta con ambientes funcionales y luminosos. Grandes ventanales, zonas verdes, una arquitectura moderna, ladrillo y madera conforman la fisonomía del predio que, hasta hace poco tiempo ocupaba un depósito. El proyecto ya se encuentra en la etapa de ocupación y si bien las ventas han sido un éxito, aún quedan unidades a la venta.
Fundado por Juan Pedro Tanco Errea en 1975, la firma de desarrolladores inmobiliarios ha tenido desde sus inicios un vínculo especial con el Prado. De hecho, sus tres socios siempre han vivido allí. “Es un barrio que siempre nos atrae. Con el afán de hacer cosas, cuando surgió la oportunidad de hacer este desarrollo no lo dudamos”, dice el arquitecto Marcelo Guillermo Scorza, socio director de Tanco Desarrollador Inmobiliario.
“Tenemos una vocación marcada hacia el barrio. Es una zona de Montevideo que nos apasiona y que tiene potencial. Si hablás del Prado, todos quienes han vivido allí lo recuerdan, y quienes no, lo asocian enseguida con el lugar de los parques, el de la Rural, de la naturaleza”, explica el arquitecto Juan Francisco Cabrera Berobide, también socio director de Tanco.
En ese histórico barrio residencial, el estudio ha trabajado en dos líneas. A través del reciclado interno de caserones pero que mantienen su fachada patrimonial, y derrumbando para transformar depósitos en viviendas nuevas. “Nos gusta que el Prado sea más Prado”, comenta Cabrera. “Y se logra manteniendo eso que ya lo hace lindo, y mejorando lo que hay que mejorar”.
Tanco dejó el plano y comenzó a realizar desarrollos inmobiliarios a mediados de los años noventa, en pocos años se consolidaron con proyectos de gran porte en distintas zonas del Uruguay. Fueron pioneros en el desarrollo de Avenida de las Américas y empujaron el desarrollo inmobiliario de la zona. Ahora buscan replicarlo en el Prado. Cuaró es el primer paso, con dos tercios de sus unidades vendidas. Y para esa zona ya tienen más proyectos en desarrollo. También en el Centro, cerca del Obelisco.
Si se piensa en Prado, se piensa en casas con jardín, parques, pero también en seguridad. En ese sentido, Cuaró tiene tanto las ventajas de una casa como un apartamento. De esta forma, se tiene lo mejor de los dos mundos: la casa con jardín y la seguridad.
Otro factor importante que se tiene en cuenta a la hora de hacer una inversión inmobiliaria es la ubicación. En el Prado, la oferta se concentra en las avenidas Millán, Suarez y Agraciada, pero no tanto adentro del barrio. La zona más cotizada, y la que ofrece Cuaró, es un barrio tranquilo con tránsito, poco ruido, pero a dos cuadras de Suarez y a cinco de Agraciada.
Además, el proyecto está bajo la Ley de Vivienda Promovida, lo que exonera a todas las partes de los impuestos, y se traduce en precios más razonables para que más gente acceda a una vivienda. “Es una de esas oportunidades para vivir o invertir”, dice Guillermo Scorza.
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