Vacaciones de Michelle Obama despiertan críticas

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DANIEL HERRERA LUSSICH

En WASHINGTON

CORRESPONSAL PERMANENTE

Las vacaciones de Michelle Obama y su hija de 9 años Sasha en las playas de Marbella han desatado la gran polémica del verano. Nadie duda que fueron programadas en un mal momento. Hoy es uno de los temas que acapara la atención de EE.UU. a tres meses de las elecciones parlamentarias, poniendo en alto riesgo las hasta ahora cómodas mayorías del oficialismo demócrata en el Congreso.

Las críticas duras y ácidas nacieron a los segundos de anunciado el viaje de Michelle, Sasha, un grupo de 21 amistades íntimas y 40 adiestrados hombres y mujeres del Servicio de Inteligencia de la Casa Blanca. Barack Obama cumplió en esos días de ausencia familiar 49 años y los festejó con el personal de presidencia y, de noche, con sus viejos amigos de Chicago. "¡De locos!", fueron las palabras del principal comentarista de la cadena FOXNews, conservadora, que repetía burlonamente: "¡Dejar solo al mandatario para ir a disfrutar, en vacaciones privadas, las aguas del Mediterráneo!".

"¡Estados Unidos aún no ha salido de la crisis económica y un capricho de la Primera Dama recibe el okay presidencial!", protestó, entre otros medios, el New York Daily, que en la columnas, de la conocida Andrea Tartaros escribió irónicamente la frase: "Michelle Obama, chica materialista, es una moderna María Antonieta".

El tema es centro de debate en casi todos los canales. Chocan los más famosos informativistas, los asesores a los que siempre requieren opinión y el público por internet o teléfono. Pero el asunto agita a la opinión pública y a las aguas políticas, aun en pleno receso legislativo de verano. "La Primera Dama está de visita privada. Es una ciudadana privada y está de viaje personal con su hija. Y no voy a comentar nada más", refutó con tono de enojo, Robert Gibbs, portavoz de Casa Blanca

Las preguntas que formula la gente de ¿quién correrá con los gastos? o ¿por qué no buscó un destino norteamericano, la costa del Golfo de México, Miami, etc ?, cuestionan.

Según difundió el Departamento de Estado, el gobierno deberá costear obligatoriamente los gastos del Servicio Secreto, fuera Europa o un viaje interno. El "Air Force Two" en su traslado de ida y vuelta rondará de combustible, pilotos y demás una erogación de 180 mil dólares. Ante las objeciones Michelle y Sasha alertaron que pagarán de su propio peculio 8 mil dólares, el equivalente a un pasaje de primera clase.

El hotel, de cinco estrellas, que reservó para la comitiva 70 habitaciones (precios entre 800 y 6000 dólares por cuarto doble), las comidas, transporte, se afirma, aunque no oficialmente que correrán por cuenta de la Primera Dama y sus amistades.

Muchos opinan que Michelle tiene todo el derecho a sus vacaciones en el exterior, otros, los más severos, se indignan y dicen que no en el momento económico que vive el país, que tienen que surgir derivaciones políticas, porque hay dineros del contribuyente en el medio.

Todo el problema está ocupando las primeras planas. En agosto se cumple el receso parlamentario, al retorno de los legisladores se sabrá qué consecuencias aparejarán las vacaciones en España para la Casa Blanca. Mientras, Barack Obama mantiene el más discreto silencio.

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