El INAU y Unicef salieron ayer a desestimular la fuerte demanda de familias uruguayas que están realizando consultas sobre la posibilidad de adoptar niños haitianos que quedaron huérfanos tras el terremoto.
No sólo señalaron que los trámites de una adopción internacional son largos y engorrosos -en Uruguay solamente hubo 10 casos en 25 años- sino que subrayaron que la prioridad planteada con los niños haitianos es buscar posibles familiares sobrevivientes, aún lejanos, o que sean adoptados en sus propias comunidades para preservar las mejores posibilidades de reinserción de los menores.
Es tal la actual situación de caos con los niños en la isla caribeña que éstos deben ser numerados para su identificación, dijo la presidenta del INAU, Nora Castro.
Explicó que para un trámite de adopción el niño debe estar identificado y debe existir, además, una organización similar al INAU como contraparte, lo que no ocurre en Haití.
"Siempre se va a priorizar el acogimiento en el ámbito local para evitar el desarraigo", afirmó Castro, que pidió a los interesados en las adopciones que reflexionen con serenidad sobre el interés superior de los niños.
El director de Unicef en Uruguay, Gustavo de Armas, señaló que la organización trabaja para evitar el tráfico de niños y dijo que no hay registros de que esto suceda, pero sí experiencias anteriores similares en las que este delito se verificó tras un desastre natural.