Santiago - La nueva presidenta chilena Michelle Bachelet visitó hoy la tumba de su padre, un general muerto en prisión durante la dictadura del general Augusto Pinochet, y concurrió a un oficio religioso ecuménico en la Catedral de Santiago, un día después de asumir como la primera mujer al frente de un gobierno en Chile.
Instalada desde ayer en el palacio presidencial de La Moneda, la mandataria socialista mantuvo las últimas reuniones bilaterales con algunos de los representantes de 120 países que llegaron a Chile el fin de semana y por la noche encabezaba una fiesta popular al aire libre en el centro de Santiago.
Bachelet, médica pediatra de 54 años, llegó temprano junto a su madre, Ángela Jeria, hasta al Cementerio General de Santiago, para vivir instantes de recogimiento ante el mausoleo donde yacen, desde hace 32 años, los restos del general de la Fuerza Aérea, Alberto Bachelet.
El padre de la mandataria murió en marzo de 1974, cuando tenía 50 años, víctima de una falla cardiaca causada por las torturas a que fue sometido por sus propios compañeros de armas que meses antes lo habían detenido acusado de "traición a la patria".
"Hay un homenaje que no puedo dejar de hacer. Mañana (hoy) estaré junto a él, pero sé que él está aquí conmigo", señaló Bachelet en su primer mensaje al país la noche del sábado desde uno de los balcones de La Moneda.
"No queremos repetir los mismos errores del pasado", proclamó, al evocar la dictadura del general Augusto Pinochet, que se instaló en el poder por 17 años después de atacar por aire y tierra esa misma sede gubernamental donde se suicidó el presidente socialista Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973.
"Soy depositaria de toda una historia que tuvo momentos grises y amargos pero que ha sabido recuperarse", agregó, junto con saludar "a las Fuerzas Armadas y de Seguridad de Chile, que son parte importante de nuestra historia y que hoy día son patrimonio de todos los chilenos".
La presidenta, que es agnóstica, separada y madre de tres hijos, volvió a vivir momentos de emoción en la Catedral Metropolitana de Santiago, donde el cardenal Francisco Javier Errázuriz concelebró un oficio ecuménico junto a representantes de distintas iglesias que oraron por el descanso del alma del general Bachelet.
"El proyecto de Dios siempre se encamina a la reconciliación y la paz; hacia una paz que se construye sobre la verdad, que es obra de la justicia, que supone el perdón y que florece en virtud de la benevolencia y la generosidad", afirmó el cardenal en su homilía ante la presidenta, sus ministros, embajadores y autoridades del país que colmaban el templo.
Al concluir la ceremonia, cientos de personas que aguardaban su salida saludaron a la presidenta, que estrechó sonriente las manos, antes de subir a un automóvil descubierto para regresar a La Moneda.
Durante este segundo día en la sede del gobierno, la doctora Bachelet recibió a la ministra de Defensa de Francia, Michelle Alliot-Marie, a quien conoció cuando también ocupó esa Cartera en el gabinete del ahora ex presidente Ricardo Lagos.
También sostuvo entrevistas con la ministra de Hacienda de Noruega, Kristin Halvorsen; el presidente del Parlamento de Portugal, Jaime Gama; la primera vicepresidenta del Parlamento ruso, Liubov Sliska, y el ministro de Defensa de Bélgica, André Flahaut.
En uno de sus últimos encuentros recibió al presidente electo de Haití, René Préval, que asumirá su cargo el próximo 29 de marzo, y a quien le transmitió la disposición de Chile de seguir cooperando en la recuperación de las instituciones de ese país.
"No podemos abandonar al pueblo haitiano que está viviendo una situación extraordinariamente precaria", dijo el nuevo canciller Alejandro Foxley, que también se reunió con Préval.
Chile mantiene desde hace dos años un contingente militar de 600 hombres en Haití, que integran la fuerza multinacional desplegada por la Organización de Naciones Unidas para garantizar la paz, después de la crisis política que a fines de febrero de 2004 culminó con la caída del presidente Jean-Bertrand Aristide.
AFP