PENA DE MUERTE
El año pasado se efectuaron 25 ejecuciones en Estados Unidos, todas ellas llevadas a cabo por autoridades estatales para personas condenadas por cargos también estatales y no federales.
El gobierno de Donald Trump anunció ayer jueves que la administración federal volverá a utilizar la pena capital tras 16 años y programó las fechas de las ejecuciones para cinco condenados, informó el fiscal general de Estados Unidos, Bill Barr.
A instancias de Trump, que pide habitualmente castigos más duros para los crímenes violentos, Barr instruyó a la Oficina Federal de Prisiones a que adopte un nuevo protocolo para el uso de la inyección letal.
El año pasado se efectuaron 25 ejecuciones en Estados Unidos, todas ellas llevadas a cabo por autoridades estatales para personas condenadas por cargos también estatales y no federales.
Debido a los debates sobre los métodos de ejecución y a controversias sobre las drogas utilizadas, además de las reticencias del anterior presidente estadounidense, el demócrata Barack Obama, ningún prisionero federal había sido ejecutado desde 2003.
Los primeros a los que se les aplicará esta medida serán cinco asesinos ya condenados que serán ejecutados en la penitenciaría de Terre Haute, en Indiana.
Barr ordenó que la Oficina de Prisiones ejecute el procedimiento mediante una sola inyección legal del fenobarbital (fenobarbitona), un barbitúrico que reemplaza un método que usaba tres drogas distintas.
De los 50 estados, 25 utilizan este método, 21 no permiten su uso y cuatro tienen una moratoria.
Obama, presidente entre 2009 y 2017, cuestionaba la aplicación de la pena de muerte, sin entrar en el debate de fondo. En una entrevista con Marshall Project en 2015 dijo que la práctica era “profundamente perturbadora” y señaló la desproporcionada cantidad de negros que reciben sentencias de muerte.