En su carta a Temer le dice que los médicos prevén cuatro meses de recuperación.
El canciller de Brasil, José Serra, renunció este miércoles debido a problemas de salud, según una carta enviada por el ministro al presidente Michel Temer. La salida de Serra es una baja importante en el gabinete de Temer, que enfrenta una dura crisis económica en medio de graves denuncias de corrupción que están golpeando más altos niveles de la política brasileña.
Serra, de 74 años y que en diciembre se sometió a una cirugía en la columna vertebral, argumentó que sus problemas de salud le "impiden mantener el ritmo de los viajes internacionales inherentes a la función de canciller".
Textualmente, la carta de Serra a Temer dice: "Señor Presidente. Por la presente solicito mi renuncia al cargo de Ministro de Estado de Relaciones Exteriores. Lo hago con tristeza pero en razón de problemas de salud que están en conocimiento de vuestra excelencia, los cuales me impiden mantener el ritmo de viajes inherentes a la función de canciller. Esto sin mencionar las dificultades para el trabajo del día a día. Según los médicos, el tiempo adecuado para el restablecimiento es de por lo menos cuatro meses. Para mí, fue motivo de orgullo integrar su equipo. En el Congreso, honraré mi mandato de senador trabajando por la aprobación de proyectos que apunten a la recuperación de la economía, al desarrollo social y a la consolidación democrática de Brasil. Respetuosamente, José Serra".
Serra asumió como canciller de Temer el 12 de mayo de 2016, después de que fuera apartada de su cargo la entonces mandataria Dilma Rousseff, destituida definitivamente en agosto por unas irregularidades en las cuentas públicas
El senador asumió el mayor escalón de la diplomacia brasileña dispuesto a dar un giro de timón de 180 grados a la política brasileña tras 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), que tejió lazos con el "bloque bolivariano".
Entre las 2.353 palabras que dijo Serra en su discurso al asumir, no figuró Uruguay. Por el contrario, hizo énfasis en el rol estratégico que pasarán a tener Argentina, Estados Unidos, la Unión Europea, China y Japón en su política exterior. Con Argentina, es más, habló de la necesidad de complementarse y de la sintonía que existe. De hecho, el primer viaje de Serra como canciller fue a Buenos Aires para mantener una reunión con su colega argentina Susana Malcorra. Con Rodolfo Nin Novoa hubo un breve contacto, protocolar y de presentación.
La salida de Serra supone un nuevo obstáculo para el presidente Temer, quien desde hace semanas busca un ministro de Justicia para substituir a Alexandre de Moraes, quien fue nombrado juez de la Suprema Corte. Desde que reemplazó en mayo a Rousseff, Temer ha perdido a siete prominentes figuras de su administración, seis ministros y un cercano asesor, por desavenencias internas, acusaciones de corrupción y ahora por problemas de salud.
Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), fue candidato a la presidencia en 2002 (derrotado por Lula da Silva) y 2010 (derrotado por Rousseff) y se especulaba sobre una posible postulación para las comicios de 2018, aunque sus problemas de salud podrían apartarle definitivamente de una carrera electoral. Fue además ministro de Salud del gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).
En diciembre pasado, Serra fue operado de la columna en el hospital Sirio Libanés de San Pablo, estado del que fue gobernador del 2007 al 2010. El periódico Folha de Sao Paulo publicó que, por esa lesión, su equipo médico le habría prohibido viajar en avión durante cuatro meses por el riesgo de lesionarse la médula.
EL ESCENARIO ECONÓMICO.
Prudencia en el recorte de tasa del BCB.
La renuncia del canciller José Serra llega en momentos en que Brasil está revisando su economía buscando salidas a la recesión. Precisamente, este miércoles el Banco Central de Brasil (BCB) recortó en 0,75 puntos porcentuales su tasa básica de interés, dejándola en 12,25%, prosiguiendo el ciclo de distensión monetaria iniciado en octubre pasado, cuando estaba en 14,25%. Este recorte, el cuarto consecutivo, coincide con las expectativas de los analistas y demuestra cierta prudencia de la institución emisora, pese a la rápida reducción de la presión inflacionaria y a la falta de vitalidad de la economía, sumida desde hace dos años en una profunda recesión. El Comité de Política Monetaria (Copom) del BCB indicó que la decisión fue adoptada "por unanimidad" de sus nueve miembros y que tuvo en cuenta un escenario externo "aún bastante incierto". Destacó la reducción de las expectativas inflacionarias del mercado, que se sitúan en 4,4% para 2017, dentro de la meta fijada por el BCB, así como "la importancia de la aprobación y la implementación de las reformas" impulsadas por el gobierno de Michel Temer para reducir los déficits fiscales y recuperar la confianza de los mercados.
CAMBIOS EN EL GOBIERNO DE TEMEREFE, AFP, EL PAÍS