PRIMARIAS

Acaba de cumplir 38 años el 19 de enero. Era desconocido para el gran público hasta hace algunos meses. Pero Pete Paul Montgomery Buttigieg, o Pete Buttigieg como se conoce ahora, está a pocos pasos de poder ser el presidente de la potencia más grande del mundo: Estados Unidos.

Dicen que es conservador en sus ideas para estar dentro del Partido Demócrata aunque su juventud y ser abiertamente gay le han dado la ventaja de mostrarlo progresista entre los candidatos a la presidencia. 

Un repaso por su currículum refleja, además, que este joven de 1,78 de altura parece haber "sumado todos los porotos" para ser candidato a la presidencia. 

Hijo único de dos profesores (ella estadounidense y él maltés), Buttigieg nació en South Bend Indiana. Fue becado Harvard donde estudió en el Instituto de Política. Luego consiguió una beca Rhodes y cursó Filosofía, Política y Economía en Oxford donde se recibió con honores. Su tesis fue sobre la base de la novela de Graham Greene "El americano impasible", una novela detectivesca sobre el conflicto del Sudeste asiático y Estados Unidos. Por si faltara un detalle: habla siete idiomas. Y lo usa para lamentar por ejemplo el incendio de Notre Dame en francés o mostrarse comprensivo con los inmigrantes dirigiéndose en español.

Pero a los títulos profesionales que coronan al "self made man" tan reconocido en Estados Unidos se le sumó el galardón de "héroe de guerra". En 2012 ingresó a la Armada y más tarde fue a Afganistan donde estuvo siete meses como oficial de contrainteligencia. Y su experiencia no la deja pasar presumiendo tener más terreno de guerra que cualquiera de los últimos presidentes.

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Antes de eso ya había hecho su primera incursión en política convirtiéndose en uno de los alcaldes más jóvenes al ganar la de South Bend en Indiana. 

En medio de su carrera política, en 2015, dio a conocer que era gay. En 2018 se casó con Chasten Glezman, profesor de 30 años y a quien conoció a través de una aplicación de citas. De ganar las elecciones Glezman se convertiría en el "Primer caballero".

Tras el anuncio Buttigieg obtuvo el 80% de los votos en la siguiente elección, seis puntos más que la primera vez.

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Pero lejos de resaltar su perfil gay, Buttigieg, católico convertido en episcopal, ha destacado su fe a través de sus discursos lo que ha generado polémica entre demócratas poco afectos a expresarla.

Quienes lo conocen lo describen como ambicioso, pero calmo. Y esto es los tiene nerviosos a varios demócratas en Estados Unidos.

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Es que Buttigieg dio un gran paso en su carrera por la nominación demócrataal liderar el martes los resultados parciales de la votación en Iowa. Iowa, un estado rural con apenas 3 millones de habitantes, concentra cada cuatro años la atención tanto dentro como fuera del país, ya que es el primer asalto en la contienda electoral de EE.UU.

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Posicionándose en la centro-derecha, y con varios contribuyentes entre los que se encuentra Caroline Kennedy, Buttigieg se embarcó en la batalla por la Casa Blanca el año pasado, enfrentando candidatos más experimentados y que lo duplican en edad. Entre sus oponentes están el exvicepresidente de Barack Obama, Joe Biden, líder en las encuestas a nivel nacional, y el senador Bernie Sanders, la gran esperanza para el ala izquierda del Partido Demócrata, que perdió con Hillary Clinton la nominación de 2016.

Pero en Iowa, los dos septuagenarios fueron derrotados por este joven sin experiencia en Washington. Y además, sobrepasó a Sanders.

Un dato suspicaz: el último año en el liceo St. Josephu2019s Buttigieg ganó un concurso de la Biblioteca John F. Kennedy por un ensayosobre uno de sus actuales rivales: Bernie Sanders.

El punto fuerte del Buttigieg es su elegibilidad. Aunque presentó posiciones progresistas, sus opiniones más moderadas sobre la cobertura de salud y los impuestos podrían convencer a los votantes de centro, en particular a los independientes y los republicanos que votaron por Trump pero ahora quieren una opción para superar la polarización reinante en el país.

Buttigieg, astuto, se presentó cada vez más como un defensor de la unidad tras las divisiones de la era Trump en ese contexto.

Entre sus planteos además figuran elevar el salario mínimo, apoyar a los sindicatos, aumentar el número de jueces en la Corte Suprema, actuar contra el cambio climatico, limitar compra de armas, dar ciudadanía a inmigrantes y una reforma electoral.

La gran meta ahora es avanzar hacia la candidatura demócrata en las elecciones presidenciales de noviembre. En Estados Unidos algunos le ponen una ficha mientras que otros dicen que ya han visto perfiles como estos crecer y caer rápidamente.