Partygate: Boris Johnson contra las cuerdas en su partido por violar varias veces el protocolo sanitario

SCOTLAND YARD LO TIENE EN LA MIRA

Scotland Yard tiene en la mira al primer ministro Boris Johnsona quien se le acusa de haber roto repetidas veces el protocolo de sanidad británico.

A las acusaciones de participar en las fiestas -ya conocidas como “partygates”- en plena pandemia, se suma una larga lista de escándalos y advertencias. Entre ellas, Johnson podría afrontar una rebelión masiva dentro de su propio partido si no pone fin en Inglaterra a todas las restricciones del covid-19, según advirtió Mark Harper, influyente diputado. El primer ministro también se ha visto envuelto en una serie de acusaciones de favoritismo a empresas privadas y a polémicas sobre sus “gastos excesivos”. Por si fuera poco, su partido lo responsabiliza de la pérdida de un escaño clave para los conservadores en unas elecciones locales. Y sufrió la renuncia figuras claves, como la de David Frost, negociador clave del Brexit.

Scotland Yard estudia abrir una investigación sobre la supuesta fiesta con bebidas alcohólicas organizada en el jardín de la sede del Gobierno en Downing Street en mayo de 2020, en pleno confinamiento por el covid-19.

La revelación del pasado lunes de un nuevo festejo en el que habría participado el líder tory, convocado en esta ocasión cuando todo el país estaba sujeto a duras restricciones sociales por la pandemia, ha vuelto a poner contra la cuerdas al primer ministro.

Scotland Yard ha confirmado que ya se ha puesto en contacto con el Ejecutivo y valora actualmente si inicia una investigación sobre lo sucedido.

“El Servicio de la Policía Metropolitana tiene constancia de las amplias informaciones relacionadas con supuestas violaciones de las Regulaciones de Protección Sanitaria ocurridas en Downing Street el 20 de mayo de 2020, y está en contacto con la Oficina del Gabinete”, señaló un portavoz de Scotland Yard.

La número dos del Partido Laborista, Angela Rayner, ha exigido que el primer ministro comparezca ante el parlamento para responder a las preguntas de los diputados, tras haber negado en numerosas ocasiones haber participado en eventos sociales durante el confinamiento.

Hasta el momento, la oficina del primer ministro no ha negado que éste estuviera presente.

En un correo -obtenido en exclusiva por el canal ITV- en el que el secretario de Johnson animaba a los destinatarios a unirse al encuentro en el jardín de Downing Street desvela que unas 40 personas participaron en la reunión, en la que se comieron aperitivos de picnic y se consumió alcohol.

Esto indignó a la opinión pública. En aquel momento, las reglas del confinamiento permitían únicamente reunirse al aire libre con una sola persona no conviviente y respetando una distancia de dos metros.

Si Johnson optara por extender las restricciones por el covid a finales de este mes, el “premier” se arriesga a comprometer su liderazgo.

Por ahora las normas en Inglaterra abogan por el uso de mascarillas en ciertos lugares cerrados y en el transporte público, la recomendación de trabajar desde casa siempre que esto sea posible y el empleo de certificados covid para demostrar el estatus de vacunación.

Pero el diputado tory Mark Harper advirtió a Johnson que de no terminar con las restricciones el día 26, cuando está previsto que lleguen a su fin la mayor parte de las normas vigentes actualmente, podría comprometer su liderazgo en 2022 de cara a los comicios locales previstos para mayo.

El tema de una “rebelión” no es nuevo. El 14 de diciembre de 2021, un centenar de diputados ´toris´ votaron en contra del plan presentado por el ´premier´ para frenar el aumento de contagios (el cual no obstante salió adelante con el apoyo laboralista), pero el hecho fue visto como la mayor insurrección en las propias filas de Boris Johnson desde su llegada al poder hace dos años y medio.

Las acusaciones de distinta índole vienen de tiempo. Hace dos años se descubrió que Owen Paterson -cercano al primer ministro y que ha sido un miembro del Parlamento durante décadas-, recibía un sueldo como asesor de dos empresas privadas que tenían intereses en Reino Unido, y el gobierno de Johnson fue acusado de maniobras políticas para protegerlo.

La BBC señala que “esto ha servido para revivir polémicas como la de los gastos excesivos de Johnson, como los de remodelación de su residencia que se habían financiado con fondos donados al Partido Conservador”.

Otro fuerte revés fue cuando los conservadores perdieron en diciembre pasado las elecciones locales en el condado de North Shropshire, un escaño que mantenían desde hace casi 200 años, en un indicio de la grave crisis de confianza en la figura de Boris Johnson.

La victoria ha recaído en Helen Morgan, candidata liberaldemócrata, quien logró más de 20.000 votos de diferencia.

La situación es más que incómoda para el líder y todo el mundo está atento al posible desenlace. (Con información de EFE y AFP)

No más limites en eventos

En Escocia levantan medidas

La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, anunció ayer martes que levantará el límite de 500 personas en grandes eventos la próxima semana, considerando que la región está superando el brote de ómicron y debe prepararse para vivir con el virus.

A partir del próximo lunes los grandes eventos como encuentros deportivos ya no tendrán limitación de asistencia, anunció Sturgeon ante el parlamento regional, precisando que los organizadores deberán sin embargo intensificar los controles sobre la vacunación de los asistentes.

Esta decisión despeja el camino para que Escocia juegue en casa en el torneo de rugby de las Seis Naciones, que comienza contra su gran rival Inglaterra el 5 de febrero.

El gobierno autónomo dirigido por la independentista Sturgeon, que establece su propia política sanitaria, ha adoptado sistemáticamente restricciones más severas frente al covid-19 que el ejecutivo británico de Boris Johnson en Inglaterra. Pero ayer consideró que “vivir con el virus es lo que todos deseamos desesperadamente”. Y “sabemos que no podemos confiar continuamente en las medidas restrictivas para gestionarlo”, subrayó.

Escocia y Gales -otra de las cuatro naciones que forman el Reino Unido- ordenaron en diciembre que los encuentros deportivos se jugasen en su mayor parte a puerta cerrada en respuesta a la disparada de casos por la más contagiosa variante ómicron. Johnson no impuso tal restricción en Inglaterra. AFP

En medio del escándalo sobre las “partygates”, la portavoz del primer ministro durante la COP26, Allegra Stratton, presentó su renuncia, tras la difusión de unas imágenes en las que ella bromeaba sobre la celebración de una fiesta de navidad en Downing Street, en un video grabado en 2020.

Y el pasado 18 de diciembre pasado, el responsable británico de las negociones para el Brexit, David Frost, presentó su renuncia “con efecto inmediato”, según indica en la carta de dimisión y abandona el Gobierno de Boris Johnson en desacuerdo con la dirección que está tomando el Ejecutivo.

El hombre que ha dirigido el Brexit se dice “desilusionado” con las restricciones del plan B contra el covid-19, el aumento de los impuestos y la agenda verde del Ejecutivo. “Espero que nos movamos lo más rapidamente posible hacia donde debemos ir: una regulación ligera, bajos impuestos, una economía emprendedora en la vanguardia de la ciencia moderna y del cambio economico”, señala en la carta de renuncia.

“Espero que podamos volver al buen camino pronto y no nos dejemos tentar por el tipo de medidas cohercitivas que vemos en otros lugares”, añade.

Su marcha ha sido un golpe bajo para Johnson que vive la peor crisis de su mandato, tras la rebelión de un centenar de diputados Tory y un desastroso resultado electoral. La salida de Frost aumenta la sensación de caos y descontrol en el equipo gubernamental.