CONSEJO DE SEGURIDAD

Ofensiva de Turquía agrava la situación en el norte de Siria.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas evitó en su reunión de ayer lunes condenar o elaborar una declaración conjunta en relación a la ofensiva lanzada por Turquía contra una milicia kurda aliada de Estados Unidos. Al concluir la sesión solicitada de urgencia por Francia, el embajador francés ante la ONU François Delattre manifestó su "viva preocupación ante la situación en el norte de Siria con la escalada en curso".

También evocó la "situación humanitaria trágica causada por las operaciones del régimen sirio y sus aliados", sobre todo en Idleb y en la región de Guta oriental, a la que ningún convoy humanitario ha logrado acceder hace semanas.

Pero respecto a la ofensiva terrestre lanzada el sábado por las fuerzas turcas en Afrín, ciudad del norte de Siria, contra las milicias kurdas de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), Delattre se limitó a llamar a la "prudencia" a Turquía, tal como lo había hecho el domingo el jefe de la diplomacia de su país, Jean Yves Le Drian. Ese llamado, dijo, fue "ampliamente compartido por los países presentes en la reunión del Consejo, ayer lunes.

Ningún otro representante de países influyentes en el Consejo de Seguridad se expresó al respecto. La representante estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, no participó en la ronda de consultas.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, compartió desde Londres el llamado de Delattre pero lo extendió a "todas las partes" y reconoció "el legítimo derecho de Turquía" de "protegerse". La jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Federica Mogherini, se dijo "extremadamente preocupada" por la operación militar turca, que "podría minar" un nuevo ciclo de negociaciones por la paz en Siria previsto para esta semana en Viena.

Delattre remarcó por otro lado que la "prioridad" actual es la "unidad de los aliados en la lucha" contra el grupo Estado Islámico, y que Afrín "es solo uno de los elementos de la situación en Siria".

Ankara lanzó su ofensiva luego de que la coalición internacional antiyihadista conducida por Washington anunciara la creación de una "fuerza fronteriza" integrada, entre otros, por los combatientes kurdos, lo cual suscitó la ira de las autoridades turcas.