Obama ratifica favoritismo y le "roba" superdelegados a Hillary

1/1: 2008-02-26 00:00:00 500x500 ()

WASHINGTON AP Y AFP

En la reñida disputa entre Hillary Clinton y Barack Obama, los superdelegados se perfilan como los que decidirán al candidato demócrata. El problema para Hillary no es sólo sumar más adeptos, sino no perder los que ya tiene a manos de Obama.

Encandilados por la oratoria del senador de Illinois y por su seguidilla de 11 victorias consecutivas en elecciones internas, muchos superdelegados, que en un primer momento se comprometieron con Clinton, están dudando o peor aun para la ex primera dama, se están yendo con Obama.

En las últimas dos semanas, 25 superdelegados pro Hillary dieron su apoyo a Obama, según un estudio publicado por la agencia AP. Hasta ahora, Clinton cuenta con una ventaja de 241 superdelegados contra 181 del senador negro.

Ese informe revela también que mientras varios superdelegados dieron la espalda a Hillary, ninguno desertó de las filas de Obama.

De mantenerse esta tendencia representaría un problema serio para las aspiraciones presidenciales de la primera dama.

Los analistas coinciden en que es muy probable que ni Barack Obama ni Hillary Clinton alcancen los 2.025 delegados, sobre un total de 4.049, en las primarias para la nominación.

Ante tal escenario, la definición se haría esperar hasta noviembre cuando la convención nacional del partido -fijada entre el 25 y el 28 de agosto- reúne los votos de 3.253 delegados, designados en las primarias, y de 796 superdelegados.

¿Pero quiénes son estos superdelegados? Esta figura existente sólo en el partido Demócrata, engloba a los dirigentes del partido (legisladores, gobernadores, funcionarios y ex funcionarios) cuyo voto no queda comprometido con el resultado de las elecciones internas, por lo que están habilitados a votar en la convención por cualquiera de los candidatos.

Con la inusitada trascendencia que cobran los superdelegados, los aspirantes se lanzaron a la conquista de sus votos.

"Nos bombardean de correos electrónicos enviados por todo el mundo", dijo al New York Times, Donna Brazile, una dirigente demócrata.

Las estrategias de seducción que ponen en juego ambas campañas son diferentes. En el lado de Hillary, las negociaciones están encabezadas por el ex presidente Bill Clinton y su hija Chelsea.

A veces la que llama por teléfono es la propia Hillary. Bill Gosh, superdelegado de Vermont que apoya a Clinton, dijo que esta semana recibió un llamado suyo.

En el caso del senador negro de Illinois, la ofensiva corre por cuenta del ex jefe de la mayoría de Senado, Tom Daschle, el ex candidato John Kerry y también por Michelle, la esposa del candidato.

Vince Powers, dirigente demócrata en Nebraska, dijo que su teléfono empezó a sonar luego que su favorito, John Edwards, se retiró de la campaña.

Powers recibió llamados de los Clinton y de Daschle. A todos les respondió que el primero de los candidatos que fuera su estado antes de los "caucus" (asambleas electorales) de Nebraska (fijadas para el 9 de marzo), recibiría su apoyo. Dos días después, Obama llegó a Omaha, la ciudad más grande del estado.

Pero aún muchos delegados están en la disyuntiva. Obama dice que sería injusto que los superdelegados le den la espalda si gana las primarias.

"En vista del rumbo que tomó esto, creo que es importante que tratemos de unir al partido en torno al candidato que eligió el pueblo, en lugar de jugarnos por nuestro preferido", afirma John Pérez, un dirigente de California, que apoyaba a Edwards, después a Hillary y ahora está indeciso.

Las malas noticias para Hillary no se resumen a la estampida de superdelegados. Un sondeo de la Universidad de Quinnipiac reveló que Obama acortó distancias de cara a las primarias de Ohio y Texas del próximo 4 de marzo.

Aunque sustancial, la ventaja de Hillary en Ohio, está en baja. Clinton reúne el 51% de las preferencias contra el 40% de Obama, que subió 7% respecto a otra encuesta de hace doce días. En Texas, su ventaja sobre Obama es de sólo dos puntos (48,8% a 46%).

Ente ambos estados, suman un total de 389 delegados, lo que podría distanciar o acortar la ventaja de Obama en el número de delegados. Pero difícilmente pueda darse un resultado que invite a decir que la nominación quedó resuelta.

El fenómeno efervescente en torno al candidato demócrata Barack Obama, que los medios estadounidenses llaman "Obamamanía", parece haber alcanzado su techo.

Luego que por largo tiempo los periódicos y canales de televisión más influyentes han puesto el nombre de Obama por todo lo alto, parecen haber recuperado su espíritu crítico a medida que se confirma su condición de favorito.

"Obama representa la novedad del año y los periodistas aman lo que es nuevo. Pero mientras más aumente su condición de favorito, más de cerca examinarán sus declaraciones y sus antecedentes", dice Darrell West, experto en medios de la Universidad Brown en Rhode Island.

Como ejemplo, el columnista del Washington Post, Robert Samuelson, publicó un artículo titulado "La ilusión Obama" en el que cuestiona la experiencia del candidato: "Obama es esencialmente una presencia escénica sobre todo definida por su poderosa retórica. El problema es esa enorme brecha entre su arte oratorio y sus ideas".

En el New York Times, el comentarista David Brooks habló de "magia que se desvanece" y, con ironía, bautizó a Obama como "Su Esperanza" (en lugar de "Su Alteza"). Hace solamente algunas semanas, luego del "caucus" de Iowa del 3 de enero ganado por Obama, el mismo Brooks se preguntaba quién osaría colocarse en medio del camino del fenómeno.

Hasta el propio Obama parece querer poner fin al fenómeno: "es verdad que estoy consciente de mis imperfecciones, (pero) yo no competiría si no creyera que puedo llevar a este país en una nueva dirección", señaló. AFP

1.361 Cantidad de delegados que ya consiguió Obama, contra 1.267 para Hillary, según conteo de AP. Una nominación requiere 2.025.