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María Elena Bottazzi: "Fui nominada al Premio Nobel de la Paz por Corbevax"

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María Elena Bottazzi
The Peoples Vaccine The Peoples Vaccine
max trautner

ENTREVISTA

"Corbevax no tiene patente, decidimos dejar nuestra tecnología abierta", afirmó la científica.

De nacionalidad hondureña, la científica microbióloga María Elena Bottazzi desarrolló con su equipo de trabajo la vacuna contra el covid-19 Corbevax, en el Texas Children Hospital y Baylor College of Medicine, en Houston (Estados Unidos). Bottazzi es decana de la Escuela Nacional de Medicina Tropical del Baylor College of Medicine y codirectora del Centro de Desarrollo de Vacunas en el mencionado hospital. Este año fue nominada al Premio Nobel de la Paz por el aporte a la ciencia con el desarrollo de Corbevax, que no tiene patente. Actualmente continúa sus investigaciones para crear una vacuna universal contra todos los coronavirus. Desde Houston, conversó con El País.

-¿Cómo se dio su nominación al Premio Nobel de la Paz?

-A principios de este año, la congresista Lizzie Fletcher nos llamó a Peter Hotez (científico colega) y a mí, vía zoom, para avisarnos que se le había dado la oportunidad de nominar a alguien para el Premio Nobel de la Paz y que nos había seleccionado por la innovación de nuestro centro y nuestra filosofía de desarrollar vacunas sin patentes, incluyendo la del covid-19, promoviendo colaboraciones para avanzar en este tipo de productos. La noticia fue una sorpresa, porque generalmente cuando hablamos con los representantes (de gobierno) es para informarles sobre las novedades en el ámbito científico, en qué estamos trabajando y respondemos sus preguntas. Y cuando nos llamó pensamos que era para algo así, pero habló de la nominación.

-¿Cómo se sintieron y qué pasó después?

-Nos sentimos muy orgullosos y contentos. Como latinoamericana y mujer, la nominación es muy especial, y también para el centro es muy importante. Cuando la noticia salió a luz pública, tuvimos una gran respuesta, optimista, positiva, de todos lados, de Honduras, de otros países de Latinoamérica, de Italia y Estados Unidos. Fue muy bien recibida y compartida la noticia.

-¿Cuál es la situación actual de Corbevax, cuánto se está produciendo y distribuyendo?

-Corbevax está siendo producida en la India por la empresa Biological E Ltd. y tiene una capacidad productiva de hasta 100 millones de dosis al mes. El gobierno de la India firmó con esa empresa un acuerdo de compra de 300 millones de dosis, de las que ya han distribuido casi 70 millones en la población. Allí se recibió la aprobación de que Corbevax también puede ser usada como una vacuna de refuerzo. Por otro lado, la vacuna fue aprobada en Botswana y están dando pasos para que el gobierno la pueda importar y distribuir. Además, estamos trabajando con productores de otros países. La vacuna está en la última fase de revisión de la OMS, estamos esperando que la organización dé su visto bueno para la precalificación y autentificación global.

"Corbevax no tiene patente, decidimos dejar nuestra tecnología abierta".

-Cuando dice que están hablando con productores de otros países, ¿a cuáles se refiere?

-La biotecnológica Biofarma está en fase III de los estudios clínicos en Indonesia. No la llaman Corvebax, sino Bumn. También hemos transferido la tecnología de la vacuna a una compañía en Bangladesh. Y el grupo InmunityBio está haciendo esfuerzos para crear infraestructura para la producción local de esta vacuna en África, está en fase de evaluación.

-¿Por qué no lleva siempre el nombre Corvebax?

-Corvebax es un nombre que le dio la compañía de la India, pero cada productor puede darle un nombre específico según sus registros de marca. De todas formas, en todos los casos, siempre la tecnología para producirla es la que proviene de nuestro laboratorio, aunque los nombres del producto sean diferentes.

-¿Cómo logran desarrollar la tecnología de vacunas, sin necesidad de patentar?

-En el caso del covid-19 es una opción que tuvimos, dejar nuestra tecnología abierta. Queremos no solo publicar los hallazgos de cómo se desarrolla la vacuna, sino compartirla para que otros aprendan.

Podemos hacerlo porque nuestro modelo es para desarrollar vacunas para gente pobre y no entramos en el sistema comercial tradicional o de las multinacionales. Son vacunas creadas en un ámbito académico para el mayor acceso a la salud pública en los países que no tienen poder económico o comercial.

-¿Cómo se financian y cuánto costó el desarrollo de Corbevax?

-Tenemos fondos y subsidios para avanzar en las investigaciones con apoyos de instituciones de salud y filantrópicos fundamentalmente de Texas y Nueva York, donde hay muchas familias de millonarios y empresas que quieren aportar a la ciencia. En este caso, habíamos reunido US$ 7 millones para trabajar específicamente en los coronavirus y seguimos recibiendo apoyos para seguir avanzando.

-Hay laboratorios, como Pfizer, que liberaron las patentes de sus vacunas contra el covid-19 bajo algunas circunstancias, ¿qué opinión le merece?

-Sí, hicieron acuerdos de dispensaciones para que las vacunas puedan ser estudiadas y aprendidas, pero eso dura mientras estén en uso de emergencia, No hay detalles de lo que va a suceder a largo plazo. El hecho de que quieran compartir conocimiento es algo positivo.

-¿Qué otras vacunas están desarrollando en el centro de investigación en Houston?

-Estamos avanzando en segundas generaciones de vacunas para el covid, pero también para otros coronavirus y estrategias para, eventualmente, producir prototipos para una vacuna universal o de amplio espectro. Esto significa que podría hacer una vacuna para todos los coronavirus. En medicina tropical, tenemos varios programas en diferentes estadíos. Para el mal de Chagas desarrollamos una vacuna que actualmente se está produciendo en México. También tenemos una vacuna contra parásitos intestinales en fase II. Estamos avanzando poco a poco.

-Luego de la distribución desigual de vacunas en el mundo durante la pandemia, varios países de la región se han propuesto crear sus propias vacunas para tener mayor autonomía, ¿lo ve realista considerando la falta de recursos de América Latina?

-Sí, yo creo que es viable, no solo podemos ser más autónomos en el desarrollo de vacunas, sino en cualquier tipo de biológico. Incrementar la investigación es el primer paso, porque se puede crear una compañía de manufactura en el área médica pero debe tener el personal y el conocimiento para estos temas. Eso hace mucha falta en nuestra región, pero hay que corregir eso para luego pasar a la producción. Todo está muy acaparado en lugares muy específicos del mundo y ese sistema destruye el acceso de nuestra región a los productos e insumos para producirlos.

-¿Qué opina de la investigación médica que se lleva a cabo en Uruguay?

-Uruguay tiene mucha historia de colaboración científico-médica con otros países latinoamericanos, como Brasil, y también con otros europeos, como Francia. Tiene el muy importante Instituto Pasteur, que le da la oportunidad de llenar brechas a nivel de investigación y desarrollo. Creo que Uruguay tiene mucho potencial para seguir estableciendo muy buenas colaboraciones transnacionales, y también apoyar a otros países de la región a través del Pasteur.

-¿Han tenido alguna relación con instituciones de Uruguay en algún momento?

-Tenemos muchas colaboraciones con instituciones académicas y centros de investigación de Brasil, México, Colombia y otros países. Con Uruguay no tenemos algo formal, pero sí nos han invitado a conferencias. Siempre nos interesa la colaboración, incluyendo al Pasteur de Uruguay. Es cuestión de definir objetivos comunes, ver el tema de los fondos y qué capacidades se necesitan concertar.

"Siempre nos interesa la colaboración, incluyendo al Pasteur de Uruguay”.

-¿La nominación al Premio Nobel de la Paz está impactando de alguna forma el trabajo que están haciendo?

-Ya ha tenido gran impacto porque ha incrementado la visibilidad de nuestro centro, nos llaman para dar conferencias y clases, nos invitan a congresos, damos entrevistas. Muchos institutos de distintos lugares tienen interés en saber cómo funciona nuestro modelo de investigación y colaboración.

-¿Han conseguido más financiamientos o apoyos desde que se difundió la noticia de la nominación al Nobel de la Paz?

-No nos llovieron millones de dólares, pero obviamente nos ha abierto puertas para aplicar a nuevos tipos de propuestas y apoyos, y establecer nuevas colaboraciones con médicos e investigadores de todo el mundo que quieren aprender.

Moderna demandó a Pfizer y Biontech

La empresa estadounidense Moderna lanzó una ofensiva judicial contra Pfizer y BioNTech, acusándolas de infringir patentes sobre tecnologías esenciales para su vacuna de ARN mensajero contra el covid-19. “Moderna está convencida de que la vacuna Comirnaty Covid-19 de Pfizer y BioNTech infringe las patentes presentadas por Moderna entre 2010 y 2016, que cubren la tecnología fundamental de ARN mensajero de Moderna”, dijo en un comunicado. Pero la compañía también quiere mantener el control de tecnologías que pueden ser empleadas en muchos otros contextos, ya que utiliza su plataforma de tecnologías relacionadas con el ARN mensajero para el desarrollo de tratamientos contra la gripe, el VIH, enfermedades autoinmunes y cardiovasculares y varios tipos de cáncer.

En respuesta, Pfizer y BioNTech aseguraron estar al tanto de la demanda y niegan cualquier mala actuación. “El trabajo de BioNTech es original, y nos defenderemos enérgicamente ante cualquier alegación de infracción de patentes”, señaló la compañía, que aseguró que “respeta los derechos de propiedad intelectual válidos de los demás”.

Esta no es la primera demanda por infracción de patente sobre tecnología innovadora de ARN mensajero. Moderna ha sido demandada por las biotecnológicas Arbutus Biopharma Corporation y Genevant Sciences y BioNTech en Alemania por su compatriota CureVac. BioNTech y Pfizer respondieron a su vez a CureVac denunciándola ante la justicia de EE.UU. AFP

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