POLÉMICA
La medida rige para los que lleguen de territorio español. El Reino Unido, a su vez, se mantiene como el primer país de Europa y tercero del mundo más castigado por la pandemia.
El coronavirus provocó este fin de semana un roce entre España y el Reino Unidos, debido a la decisión del gobierno británico de imponer cuarentena de dos semanas a los viajeros procedentes de territorio español, que además provocó enojo entre turistas. Si no cumplen la cuarentena, deberán pagar una multa de 1.000 libras (1.027 euros).
“Estamos conmocionados, no lo veíamos venir, de lo contrario no habríamos viajado”, confió a la agencia británica PA Jill Witte, una mujer de 53 años que llegó ayer domingo desde Barcelona al aeropuerto londinense de Gatwick, junto a su marido e hijos.
Aún respetando la decisión británica, España se esforzó en mostrar que malestar con la medida. “España es un país seguro. Al igual que otros países europeos, España tiene rebrotes. Esto no es inusual. Lo más importante es que España está haciendo un gran esfuerzo para controlar estos rebrotes”, señaló la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya.
Los tres “grandes brotes” que vigilan las autoridades sanitarias, de los más de 280 activos de COVID-19 en España, son los de Barcelona, Zaragoza y Lérida, que “están controlados”, insistió la ministra.
Ante la aceleración de los contagios en España, donde los casos registrados diarios se han triplicado en los últimos días, otros países tomaron medidas: Noruega impuso una cuarentena, en su caso de diez días, a los llegados desde territorio español, mientras que Francia desaconsejó visitar Cataluña.
La medida británica entró en vigor a la medianoche del sábado, apenas unas horas tras su anuncio, lo que sorprendió a muchísimos viajeros en España, principal destino turístico de los británicos, incluido el ministro de Transportes, Grant Shapps, en territorio español de vacaciones.
La forma “francamente desorganizada” de hacer el anuncio ha causado “angustia” entre los viajeros, que quedaron “confundidos y desamparados”, criticó en Sky News el diputado el opositor laborista Jonathan Ashworth.
¿Por qué “no nos advirtieron con mayor antelación” por parte del gobierno?, se preguntó de su lado el operador turístico británico Tui, y destacó que varios miles de británicos viajaron a España el fin de semana.
Pero el gobierno británico defendió la medida. “No nos disculparemos” por haber adoptado “esta decisión lo más rápido posible”, dijo el canciller Dominic Raab. “Entiendo que es un trastorno para los afectados que están en España o se planteaban ir, pero debemos ser capaces de actuar de forma rápida y decisiva para proteger al Reino Unido” de nuevos brotes, afirmó Raab.
Su colega española González Laya informó que ambos países mantienen discusiones para excluir las islas de Canarias y Baleares, unos destinos turísticos “muy controlados” con cifras de contagios “muy por debajo de los datos epidemiológicos en el Reino Unido”.
Ambos archipiélagos, pero también otros zonas visitadas en verano, buscan salvar parte de una temporada turística ya muy resentida por la pandemia del coronavirus, en España donde el turismo supone un 12% del PIB.
La aceleración de los contagios en algunas zonas de España, sobre todo en el noreste, llevaron a varias regiones a implementar medidas, como restricciones en el número de personas que pueden reunirse o el refuerzo de la obligatoriedad de la mascarilla, so pena de multa.
En Cataluña, con casi la mitad de los nuevos casos detectados, las autoridades pidieron desde hace diez días a los residentes del área metropolitana de Barcelona quedarse en casa y el viernes cerraron los locales de ocio nocturno, identificados como focos de contagio.
Pese a la situación, la basílica de la Sagrada Familia en Barcelona celebró ayer domingo una misa por las víctimas del COVID-19, con un aforo bastante reducido y medidas de seguridad.
Según el Gobierno español, los fallecidos por la COVID-19 en España en los últimos siete días suman 10 personas -hasta un total acumulado de 28.432 fallecimientos-, y el país ha realizado más de 4 millones pruebas diagnósticas.
El Reino Unido, a su vez, se mantiene como el primer país de Europa y tercero del mundo más castigado por la pandemia, con 45.752 muertes confirmadas, tras sumar 14 decesos y 747 contagios en 24 horas.