AFP
Sam Altman, destituido como director ejecutivo de OpenAI, la compañía que lanzó hace un año la plataforma de inteligencia artificial ChatGPT, fue invitado a Francia por el ministro encargado de Internet, Jean-Noël Barrot.

“Sam Altman, su equipo y sus talentos son, si lo desean, bienvenidos en Francia, donde estamos acelerando [nuestros esfuerzos] para poner la inteligencia artificial al servicio del bien común”, escribió Barrot en la red X (antes Twitter).

La invitación se produce al día siguiente de que dos importantes empresarios, Xavier Niel (Iliad) y Rodolphe Saadé (CMA CGM), anunciaran la creación de un laboratorio de investigación de inteligencia artificial (IA) dotado con 300 millones de euros en París y llamado “Kyutai”. En la carrera de la IA, Francia quiere crear “campeones nacionales”, declaró Barrot.

Sam Altman, de 38 años, fue despedido por sorpresa el viernes como director ejecutivo de OpenAI, después de que el Consejo de administración le retirara su confianza por considerar “que no siempre ha sido sincero”.

“Me encantó el tiempo que pasé en OpenAI”, reaccionó en X tras el anuncio. “Fue transformador para mí personalmente y espero que también un poco para el mundo”, dijo.

Desde que salió la primera versión de ChatGPT el 30 de noviembre de 2022, millones de personas lo han utilizado para escribir mensajes, pedir una receta de cocina o inventar una historia para contarles a sus hijos. Pero pese a su éxito, ChatGPT y otras interfaces de este tipo suscitan preocupaciones sobre los peligros que puede entrañar para la democracia (a través de una desinformación masiva) o el empleo.

Sam Altman se había convertido en un abrir y cerrar de ojos en una figura de primer orden en Silicon Valley, antes de ser fulminado como jefe de la empresa. La noticia de su cese cogió por sorpresa a Silicon Valley, ya que Altman había sido reconocido como pionero y una de las figuras más destacadas de la IA.