El Comercio de Quito/GDA
- ¿Cree que América Latina está en los prolegómenos de alguna crisis?
- Yo creo que América Latina es un continente que ha perdido la oportunidad una y otra vez a lo largo de su historia. Es absurdo que sea un continente pobre, atrasado por las monstruosas desigualdades que hoy día tiene. Es un continente que tiene todo para ser lo contrario de eso y tiene un pie en la cultura occidental, que es la que más desarrollo y prosperidad ha traído.
- ¿De qué ha servido tener esas riquezas, cuando no la hemos sabido explotar?
- No debemos echarle la culpa a nadie por haber fallado. Hemos fallado nosotros y hay que reconocerlo y, a partir de esa autocrítica, decidirnos a cambiar las cosas. Hay indicios de progreso. Es un hecho, por ejemplo, que países como Chile están saliendo de la pobreza, desde la caída de Pinochet. No sólo ha evolucionado desde el punto de vista económico, sino también democrático.
- ¿Considera que las elecciones se han vuelto una actividad circense?
- No sólo en América Latina. En el mundo, por desgracia, las elecciones son un espectáculo audiovisual antes que un gran cotejo de ideas, de proyectos y de programas. Esa es una realidad y es una deficiencia de la democracia. Pero con todas sus deficiencias, que son grandes, la democracia es el sistema que ha traído más libertad y más justicia a las naciones que la practican. Esto hay que tener muy presente para no rendirse a los cantos de sirenas populistas que siguen allí a nuestro alrededor.
- ¿Cree que las utopías -un germen del populismo- han hecho más mal que bien?
- Las utopías políticas, sin ninguna duda, han sido fuente de las peores catástrofes. Con las utopías artísticas ha pasado lo contrario. Allí, soñar con mundos perfectos, con sociedades perfectas, ha sido muy beneficioso para la humanidad. Lo que ha sido absolutamente perjudicial para la humanidad es creer que se podían crear sociedades perfectas de acuerdo a un cierto patrón. Cada vez que se ha intentado eso, el resultado ha sido sangre, violencia y genocidio. En política, el progreso no viene de la idea de una sociedad perfecta, sino de una sociedad perfectible. Es imposible poner de acuerdo a todo el mundo, porque somos seres muy distintos, y la democracia es el sistema que consigue, mediante transacciones recíprocas, coexistir a una gran diversidad de gente. Por eso la democracia es la negación de la sociedad perfecta.
- ¿Cuál es el papel del escritor frente a ese intento de crear sociedades totalitarias?
- Mostrar la futilidad de esa idea de la perfección en lo social y en lo humano. Basta que leamos una obra maestra y que la cotejemos con la realidad en la que vivimos para descubrir que el mundo siempre estará por debajo de nuestros sueños, que las sociedades perfectas no van a ser posibles. Creo que la literatura es el instrumento más adecuado para educar a la humanidad sobre esa verdad y otra es despertar en nosotros un espíritu crítico.
- ¿Cómo restablecer en América Latina la confianza en las instituciones?
- No podemos tener una sociedad que sea indiferente a las actitudes delictivas, que les perdonemos a nuestros políticos que hayan sido ladrones y que luego de cierto tiempo los recibamos otra vez con los brazos abiertos y los llevemos al poder incluso con nuestros votos. Debemos convencer a nuestra mejor gente que renueve la política.
Perfil
Nombre: Mario Vargas Llosa
Nació: Arequipa (Perú)
Edad: 61 años
Otros datos: Ex candidato a la presidencia de Perú
Enemigo de los populismos
Es uno de los mayores exponentes de la literatura en castellano a nivel mundial. Entre sus obras más conocidas están "La ciudad y los perros" (1963), "Pantaleón y las visitadoras" (1973) y "La fiesta del chivo" (2000). Pero fuera de ese ámbito, también es reconocido como periodista y ensayista. Incursionó además en la política, postulándose a la Presidencia de su país en 1990 y siendo derrotado por Alberto Fujimori. En las últimas elecciones peruanas, en 2006, pidió a los votantes no unirse a Ollanta Humala y sí votar a Alan García, a quien consideró "el mal menor". A fines de los `80, Vargas Llosa fue uno de los mayores críticos del entonces (y actual) presidente de Perú. En Ecuador, donde ayer dictaba una conferencia magistral en Cuenca, pidió al gobierno de ese país que no siguiera el modelo venezolano de Chávez.